EIGHT

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Cuando el timbre sonó, salió rápido a ver si era Martín pero en vez, era Mauro. Al ver esa cara llena de ira y cinismo por querer matar a alguien, le dio miedo. Sí, Pedro había matado unas cuantas veces en sus robos, pero no era un loco obsesionado por hacerlo, y más que sus emociones están terriblemente desordenadas, se encontraba en un estado de debilidad terrible, si alguien le levantara la voz, se lanzaría a llorar por tres días.

Mauro se adentró a casa de Pedro sin pedir permiso para entrar y empezó a oler esta, como si fuera un alfa en busca de su omega. Mauro estaba buscando a su zorrita. Justo cuando ese se fue corriendo, al haber saltado la ventana, se despertó y se dio cuenta que lo tenía que traer de vuelta y el primer lugar el cual imaginó que podría estar era la casa de Pedro. Pero al entrar en esta y ver que no estaba en ningún rincón, arrinconó a Pedro a la pared y lo empezó a estrangular.

—Decime dónde mierda está Martín, hijo de puta. —dijo con una voz tan dura, en sus expresiones se notaba que estaba haciendo algo de fuerza.

—Y-yo que v..voy a sa-ber. —Pedro ya estaba rojo, el aire casi no le llegaba.

Entonces cuando estaba apunto de quedar inconsciente, apareció Martín. Apareció con unas flores algo pequeñas (que se notaba las había robado) pero al ver que Pedro estaba en esa situación, su reacción fue pegarle un fuerte golpe a Mauro.

Ay Martín, lo que te espera...















sí, me dilaté tanto solo para esto, perdón

dilatarse = tardarse ;)

SIN TÍTULO         PEDRIMENTE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora