TWELVE

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Pasaron en total unas cuatro horas y media, pero Martín lo había sentido como si fuera todo un año. Ver enfermeros pasar y no recibir ninguna información sobre Pedro lo tenía súper mal. Hasta que pasaron unos 4 enfermeros corriendo rápidamente hacia la sala donde estaba siendo operado Pedro.

Sintió los momentos más felices de su vida, los que pasó con Pedro, pasar frente a sus ojos y todo el mundo le cayó encima. Se sentía tan débil, no había nada qué hacer, Pedro probablemente estaba muriendo en ese momento y él no pudo decirle ni un adiós, ni el te amo más sincero que pudiera haber salido de su boca.

—Te amo, Pedro Parnenzini.

Fue lo que dijo su mente en vez de su propia boca, pues no podía.

—Sabía que no debía depender de vos, pero eras tan dulce, me querías tanto y fuiste el que me acogió en mis peores momentos, cuando m-me escapé bus-c-cando la muerte s-sin antes haber-te conocido. ¿Qué sentido tiene la vida ahora sin vos? —a la mitad de sus pensamientos empezó a balbucearlo.

—¿Familiares de Pedro Parnenzini?

—Soy su primo. —mintió.

—Sobrevivió, con mucho costo, casi muere, pero logró resistir y ahora lo trasladaremos a cuidados intensivos.

Martín pudo respirar con calma. Él aún quiso seguir a su lado.

—¿Sabes usted quién es un tal Tin? Cuando estuvo apunto de desfallecer, lo mencionó balbuceando, nos dio un gran susto, lo tuvimos que volver a dormir.

—Es alguien que lo ama y que estoy seguro él ama también, no se preocupe. —dijo tan calmado y tan feliz que el doctor quedó sospechando de ese "primo".

Sentido, eso es lo que tiene la vida a tu lado, Pedro.
















aun no acaba jeje

SIN TÍTULO         PEDRIMENTE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora