No era consciente del tiempo que había transcurrido desde que los fuertes recuerdo le golpeaban con fuerza para brotar dentro de su mente, lo único que podía hacer con esto era torturarse de una manera que nunca pudo imaginar sentir dolor. Los momentos siempre tuvieron un precio y ese precio era el dolor que causaban los recuerdos con la leve ilusión naciente de volverlo a tener, claramente eso no pasaría ni hoy, ni nunca, porque ya habían pasado.
Se sentía como una mierda en ese instante por el simple hecho de tener ese tipo de pensamientos rondando en su ser, ¿volver a tener momentos felices? Aunque su anhelo era admirable, estaba consiente de que no se podía realizar. Ni siquiera estaba aseguro de volver con vida a la tierra.
Crecí como una flor que no puede florecer en un sueño y que no puede hacerse realidad.
Odiaba estar llorando como un patético ser viviente por no poder controlar cosas incontrolables, por sentirse impotente de tantas cosas que no sabía qué podía hacer en alguna situación y ese sentimiento lo único que lograba hacer, es hacerlo inútil. Pero no solo se sentía así, porque simplemente era inútil y limitado. A tal punto llegaban esos tortuosos pensamientos que empezaba a dudar su alguna vez en su vida pudo ser de ayuda.
Aunque creía que era algo tonto, quería que alguien estuviera para él en esos instantes de incertidumbre, que lo comprendiese o que por lo menos se tomara la molestia de escucharlo con honestidad. Tenía tanto que contar desde su pequeño corazón... Esperaba que cuando ese alguien llegara, siguiera palpitando con gritos de ayuda.
El tiempo estaba en contra suyo y pronto estaría tan vació como una caja sin recuerdos.
He estado viviendo en silencio,
en el túnel profundo que se tragó la luz.
En el camino oscuro que haya por atravesar,
No puedo ver un paso por delante.Hace poco había dejado de llorar, las secas lágrimas que se marcaban por sus mejillas daban a entender aquella perdida que estaba teniendo. Se drenaba tan rápido que se asustaba de llegar a convertirse en algo parecido a un monstruo.
No puedo ver nada.
Pero sin darse cuenta ya era aquello que tanto miedo tenía, sin darse cuenta de que le estaba gustando demasiado.
Pero sin darse cuenta ya era aquello que tanto miedo tenía, sin darse cuenta de que le estaba gustando en demasía, tal como la tentación de un pecado rozando suavemente el alma puritana de un santo. No quería hacerlo, se estaba asustando. Se lo había prometido a su madre, no podía romper aquella promesa y por lo menos debía mantener a flote eso.
Tenía que recompensarla por tantas noches en la cual se mantenía gritándole, tenía que hacerlo por nunca haber pedido un perdón sincero y por esas silenciosas noches extrañando su cariño con la añoranza vacía de volver a verla y derrumbarse frente a ella. Era tan joven para ver las cosas como ahora, ya cuando era demasiado tarde. Se arrepentía tanto de tantas cosas, y aun así sin expresar nada a cambio.
La borrosa memoria de la última vez que había visto a su madre, fue en el aeropuerto de su ciudad en Cuba, con miradas llenas de frialdad y palabras filosas listas para ser cortantes, estaba demasiado ensimismado en tratarla con indiferencia como para darse cuenta el daño que estaba causando para ambos.
Solía cerrar mi puerta,
Mientras mi mamá gritaba en la cocina.
Subía la música, me drogaba y trataba de no escuchar.Aunque tenía flashbacks diversos de ese día, dentro de esos escasos momentos que recordaba la imagen era tan nítida que la noche anterior antes de su partida hacia USA era una de ellas; estaba peleando por una sencilla estupidez, así como siempre era.
Hoy en día estaba consciente que en ese entonces ninguno de los dos tenía la razón absoluta, tal como obstinadamente creyeron y desearía que se hubieran dado cuenta en ese entonces, pero era un deseo absurdo.
Se paró de la cama, sentándose en el borde y dirigió su mano a una esquina del colchón, alzándolo suavemente. Habían varias fotografías deterioradas, por la falta de cuidado, de su familia. No lo pensó mucho cuando agarró una en la que su madre estaba distraída, se la había tomado él mismo. Rozó con la yema de sus dedos la pequeña cara dentro de la imagen, con toda la delicadeza que podría transmitir el cariño y sonrió con un corazón siendo estrujado.
Se sentía tan culpable al pasar los años, y aun así no podía hacer mucho para hacérselo saber.
Juré que no sería como ellos,
Pero yo era un niño en ese entonces.Quería pedirle perdón a la mujer que no solo le había dado lo vida, sino también le había dado el amor que nunca le hizo falta mientras crecía, quería abrazarla de nuevo para sentir la calidez de sus brazos y sentirse reconfortado por el ambiente afectuoso. Ansiaba que sus pulgares agarraran su rostro y con risillas limpiara sus mejillas en medio de mimos, que le preparara su comida favorita o tan solo le felicitara junto a toda su familia por haber ganado un partido de fútbol con sus amigos.
Al pasar de los años sabía que su madre también lloraba igual que él, y quería reconfórtala. Ya habían pasado tanto desde que ella lo sostenía a él, debía ahora ser él su soporte.
Mis padres no son héroes,
Son simplemente como yo.El sentimiento de odio a él mismo incrementaba por tantas cosas, le dolía el ser tan inmaduro al punto de lastimarla y no poder hacer nada para remediarlo cuando quería, porque era demasiado tarde. La vida siempre fue una señorita injusta, el karma un señor que le ayudaba solo para que se hundiera en su desesperación.
¿Si no podía hacer algo por ella, qué podría hacer por alguien más?
Sin duda, era peor de lo que imaginaba, era tan agonizante que nunca se hubiera imaginado que no necesitaba sucesos extraordinarios para sentir que era el villano del que quería escapar, un ser sin empatía dispuesto a acabar a todos por ensimismarse en sí mismo. Pensaba que era mejor no sentir nada, para no sufrir a causa de ningún sentimiento. Quería morir y que en su otra vida pudiera sentir los brazos de ella rodeándolo a él.
No era feliz, jamás lo sería, ¿Cómo estar pleno cuando no tuvo corazón para al lastimar a la única persona importante para él? No podía verla por última vez, ni siquiera sabía si podría volver a pisar la tierra alguna vez y sólo basto ese sentimiento para romperlo nuevamente.
Lloró a gritos desgarradores, gritó como si el alma se la hubieran sacado con brutal violencia. Simplemente gritó para no volver a sentir algo más
No puedo sentir nada.
O Eso creía él, no sabía que hasta el peor de los monstruos sufrían en silencio.
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𝐋 𝐈 𝐄 𝐁 𝐎 𝐘 [Editando]
ФанфикEl equilibrio de Voltron se había quebrado. La tranquilidad del bello azul ya no existía. ¿Lo peor? Las grietas de Lance no habían sido notadas detrás de su máscara. Aviso: 1) Esta historia es yaoi, LGBT, homosexual, gay o como quieras llamarlo...