Catch me. I'm falling

Capítulo 15

Olly Murs era mi paciente favorito por muchas razones, tener cita con él a las 11 era una bendición. Tenía siete años, un problema con su habla y linfoma. Para ser honesta, estaba segura de que sus padres le consiguieron un terapeuta solo para entretenerlo por dos horas, pero era un niño adorable así que no me importaba.

Toque la puerta de su habitación, lo encontré sentado en una pequeña mesa colocada en su cama, estaba casi calvo, su cabeza brillaba con la luz de la lámpara. Normalmente sus citas eran en mi pequeña oficina, pero se estaba recuperando de una operación, así que debía quedarse en su habitación. Olly tenía lo que yo llamaba ADD inverso, lo que significaba que tenía la habilidad de concentrarse en una tarea por un largo periodo de tiempo, desde la primera vez que lo vi hasta ahora, esa tarea había sido colorear.

Él me miro con una sonrisa cuando entre, podía verse el espacio de uno de sus dientes perdidos. –Hola señorita Summer.– me dijo con cierto acento debido a su problema al hablar.

Le sonreí al escucharlo, no me podía resistir a ese niño. Jure por Dios que si alguien ponía a Olly en terapia del habla, los mataría.

–¿Que estas coloreando el día de hoy corazón?.– le pregunte mientras me sentaba en una silla que estaba a su lado.

El orgullosamente me enseño su libro para colorear. –Me compraron un libro nuevo, es de pececitos.–

–Oh buen trabajo con ese pez payaso, me está gustando ese purpura.– le conteste mientras sacaba un libro de osos de colorear de mi bolsa, me acerque para comenzar a colorear junto con él.

–Summer.– me dijo en un tono de desaprobación mientras me daba un color de su caja de crayolas –Ese color no es verde es azul marino, este es verde.–

–Discúlpeme señor Murs.– tome el crayón que me dio y seguí coloreando un árbol de mi libro. –No volverá a pasar.–

–¡Bien!– me dijo mientras seguía coloreando su pez purpura. Era bueno en esto, sus creaciones estaban bien coloreadas sin salirse de la línea.

Tome un crayón azul y coloree un oso sonriente, trataba de no pensar en la cita que tenía mañana con el doctor. Seguí coloreando cuando escuche la voz de Olly.

–¿Por qué esta triste señorita Summer?–

Lo mire a ver sorprendida. –No estoy triste.–

El asintió rápidamente, su barbilla casi tocaba su pecho con el movimiento que realizo. –Si lo estás. – Él se me acerco un poco mientras me miraba a los ojos. –¿Es por qué amas a alguien?.–

Moví un poco mi cabeza y lo mire. –¿Por qué me pondría triste amar a alguien?.–

Él se encogió de hombros mientras pasaba con un dedo las páginas de su libro de colorear mirando sus dibujos anteriores.

–Mamá me ama y eso la pone triste.–

Quería abrazarlo muy fuerte cuando escuche sus palabras.

–Bueno… creo que amo a alguien, un poquito.– admití, porque bueno en este punto no tenía nada que perder. Mi vida se estaba rompiendo y Ethan se sentía al mismo tiempo como mi cura y mi mal.

–¿Es guapo?– él pregunto, sin saber la agitación emocional que estaba teniendo en ese momento. Esa era una de mis cosas favoritas de los niños, su honestidad y sencillez. No se andaban con rodeos o complicaciones, solo querían saber la verdad.

–Tal vez…– le dije dejando que pensara un poco más su pregunta.

Olly hizo una pausa por un momento, mientras tomaba un crayón de tono rosa brillante, comenzó a colorear un pequeño pez, luego regreso su mirada hacia mí –¿Es guapo o no?.–

Le sonreí al escucharlo. –Es demasiado guapo.–

–¿Es guapo como yo?– pregunto mientras sonreía de oreja a oreja dejando ver el espacio de su diente perdido nuevamente.

–Tal vez un poco más guapo que tu pequeño Murs.– le conteste.

El negó con su cabeza. –No puede ser.–

Deje escapar una risa mientras mi tos se hizo presente, mi semana estaba siendo un poco menos mala ahora. –Está bien... los dos son igual de guapos.–

–Bien.– él siguió pasando las páginas de su libro, se detuvo en una página con un dibujo de dos delfines coloreados con un tono gris y un gran cielo azul brillante. El arranco la página con cuidado, escribió su nombre en un lado y me lo dio. –Dáselo a él, dile que yo se lo mando.–

–¿Por alguna razón en particular?– le pregunte aceptando el regalo, le dedique una sonrisa mientras colocaba el dibujo en mi bolsa.

–Dile que es porque lo amas.– me contesto como si hubiera aclarado todo para mí. Supongo que un niño de siete años me aclaro todo. En el mundo de Olly le regalabas dibujos a las personas que amas sin ninguna complicación o sentimientos no correspondidos y sobre todo esas personas no tenían que morir.

Desearía que las cosas fueran así de fácil.