¿AMOR U ODIO? © [LINK, DARK LINK & TÚ] |COMPLETA|

Capítulo 1

Esta mañana ____ despierta exhausta y recuerda que es día de entrar a su nueva academia. Rezongando se levanta al escuchar tal molesto sonido de su alarma. Se levanta y talla sus ojos bicolor para despertarse completamente. Toma su ropa y se mete al baño para desvestirse y arreglarse. Minutos después ella sale y baja a la cocina a desayunar. Finalizando, toma su mochila semi-vacía y saliendo de casa, suspira para terminar bostezando.

[...]

Fuera de la entrada principal de la academia, ____ nota como varios grupos distintos de chicos se acercaban a ella.

—¿Eres la nueva alumna? —dijo un chico de gafas que la miraba con una ceja arqueada. Ella asintió. En eso el joven dio vuelta ignorándola por completo.

—Nerd. —susurró haciendo lo mismo que él. Al dar la vuelta, cerró sus ojos y en eso choca repentinamente con un chico—. Disc-Disculpa... fue mi error...

Ella tartamuda al ver tan guapo rostro. Sus mejillas se colorean automáticamente al ver aquellos ojos de rubí.

—No te preocupes... ¿Eres la nueva, verdad? —el joven pregunta y ella asiente colocando sus manos tras su espalda—. Ah ya veo, espero te guste la academia. Nos vemos luego, tengo que irme. Soy Dark, un gusto.

—Yo soy ____, un gusto. Nos vemos luego... —él sonrió y se marchó. Ella suspiró al ver tanta perfección frente suya.—. Estaba muy guapo... —susurró para sí misma caminando a la nada.

Entró al gran edificio y vio a varios grupos de chicas. No quiso acercarse porque no veía ninguna de su tipo. Llegó hasta un salón y dudó en entrar.

En eso el timbre sonó y la hizo entrar en pánico. No se podía mover por el nerviosismo que se apoderó de ella. Sin pensarlo dos veces, dio vuelta como hizo antes y nuevamente chocó con alguien.

—¡Ey ten cuidado! —gritó una áspera y amarga voz masculina que hizo que ella se asustara—. Se nota que estás hueca. Muévete.

—Eh... ¿Dark? —dijo al ver que el rostro del joven, era similar. Él arqueó una ceja al ver lo confundida que estaba.

Hubo un silencio entre ambos jóvenes el cual la incomodó aún más.

—¿Me parezco a ese imbécil? —dijo el joven haciendo que ella con sorpresa alce las cejas—. ¿Quién eres tú para empezar? —dijo con molestia alejándose un poco de ella—. No dudo que eres nueva. ¿Estás sorda? —dijo aumentando su tono seco y molesto al ver como ella no respondía.

—N-No, perdona confundirte... pero te pareces un poco... —el joven rodó sus ojos. Ella comenzó a jugar con sus sudorosas manos tras su espalda—. Diosas... este chico es aún más guapo... —pensó mordiendo su labio mientras apreciaba los de él.

Hubo de nuevo un silencio que los abrazaba. Ella automáticamente se sonrojó dejando al joven confundido.

Ella en silencio, se da la vuelta y se aleja de él. Ella lo miró de reojo por última vez, y su fría mirada estaba encima de ella. Sonrío falsamente haciendo que él nuevamente ruede sus ojos, ignorándole dando vuelta.

—Diosas... que guapo está... —

[...]

Cuando sonó el timbre por segunda vez, ____ salió al patio para tomar aire, ya que no sabía qué hacer. En eso, el joven de ojos rojos apareció dándole esperanzas a ____.

—Hola ____. Oye... ¿viste a mi hermano? —pregunta rascando su nuca. Ella como respuesta negó—. Lo ando buscando, pero si lo ves es un chavo alto de ojos azules y es rubio... por cierto, es bien mamón.

—¿¡Es tu hermano!? —él asintió con lástima. Ella mordió su labio nerviosa al descubrir algo nuevo tan pronto—. Son gemelos... Dark está guapo, pero el otro... uff Diosas... —pensó mirando para todos lados fantaseando—. Bueno... de hecho sí lo vi, pero... —se calló al recordar todos sus comentarios negativos.

—¿Fue muy grosero? —ella reaccionó y asintió al mismo segundo. El pelinegro rodó sus ojos furioso. Se acercó a ella y le susurra—. Él es así, no te preocupes por él. Ahora me va a escuchar.

—¿Eres mayor que él? —él asintió separándose un poco de ella. Luego, un silencio se presentó dejando a ambos incómodos—. Bueno eh... iré a la biblioteca, nos vemos después Dark. —dijo con pena.

—Vale, cuídate y cuidado si te encuentras a mi hermano. Me llamas. —dijo haciendo una seña con su mano. Ella intentó detenerle para comentarle, que no tenía su número; pero el joven ya se había marchado.

—Perfecto... —dijo con desagrado—. Ya da igual... —ignoró ese detalle y el mismo de encontrarse con el rubio. Dio vuelta atrás y se dirigió a la biblioteca.