Amor, Amor, Amor.

Capítulo IV ¿Por Qué No Puedo Odiarte?

  ¿Por qué no podía odiarlo?

Esta pregunta rondaba cada día, cada hora y cada minuto por su alocada mente, que se cansaba de repetir esa pregunta una y otra vez, que seguía aun sin contesta a pesar del tiempo que había gastado buscándole una respuesta.

Cada día era aún más difícil, mientras más trataba buscar algún defecto en aquel chico que antes le había causado tanto daño, pero a su vez la tenía a sus pies y sinceramente no podía.

Desde su cabello oscuro con un corte perfecto, hasta sus jeans negros gastados, todo lo que él representaba era imposible de ignorar, no solo para ella, sino que para casi todas las personas que tenían la oportunidad de encontrarse en el mismo lugar que él.

No sabía si era su vibra de chico malo, o la profundidad de sus ojos tan oscuros como la noche, pero, el solo verlo la estremecía, y su aroma... La enloquecía.

Al recordar por lo que había pasado con él y todos los engaños que había tolerado, hacía que su cabeza diera un vuelco y su atontado corazón le diera la razón a su cabeza.

Él no era el indicado... Después de lo que le había hecho sufrir con constantes desilusiones, ya estaba harta de todo lo que el conllevaba y no podía seguir con todo ese peso toda su vida.

A pesar de todo, no podía odiarlo, al recordar luego todos aquellos momentos juntos donde se encontraban tan felices, jamás abandonarían sus recuerdos como los mejores momentos de su vida.

No sabía cómo olvidarlo y sacarlo de su loca mente que solo repetía aquellos momentos como si fueran recientes haciéndola soñar despierta dejándola sin concentración y algunas veces hasta sin aire.

Pero como ya era de costumbre no podía odiarlo, la pregunta estaba tatuada en sus pensamientos... En todas partes, y aunque odiaba admitirlo, sabía la respuesta, algo que no se lo había dicho a nadie y que tenía escondido en lo más profundo de su cabeza.

Lo amaba, tanto como nadie había amado a alguien, y aunque la había hecho sufrir tanto, no podía dejar de sentir eso por él... Jamás lo haría, a pesar del dolor que sienta al verlo caminar a lo lejos, no lo podía cambiar.