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Tal vez "Triángulo amoroso" no sería la mejor forma de llamar a la situación en la que esos tres amigos estaban. No, era algo un poco (tal vez demasiado) más complicado que eso; o al menos no entraba en la definición habitual que se veía en películas cursis y dramáticas que tanto adoraba Sakura pero se negaba a admitirlo en voz alta.

Los Triángulos amorosos normalmente se trataban de dos chicos peleando por el corazón de una chica y esta no podía decidir con cuál de los prospectos de ensueño quería quedarse, porque los dos eran muy perfectos para escoger o porque la protagonista símplemente era una idiota codiciosa. A veces no escogía al que tú apoyabas y otras veces sí; era un concepto interesante, mientras se quedara en la ficción Sasuke podría soportarlo.

Nunca fue fan del romance ni las cosas melosas, ni por asomo y tal vez gracias a su nulo conocimiento de ello fue que ni siquiera notó que había caído en lo que tanto detestaba; una situación digna de comedia romántica.

Porque siendo justos, eran ninjas, tenían cosas mucho más importantes en las que pensar y no ayudaba tampoco que uno fuese más despistado que el otro cuando de amor se trataba.

Tanto, que ni siquiera se habían dado cuenta que los tres amigos estaban en un Triángulo amoroso... o algo parecido.

-¡¿Dónde está ese pervertido?! ¡Se suponía que debíamos estar aquí a las nueve y ya son las once!-gritó Naruto tan escandaloso como siempre, haciendo a las aves cercanas salir volando y sin dejar de quejarse, mientras caminaba en círculos pisando fuerte.

Los otros dos ninjas de ese pequeño grupo tan sólo lo observaban, con más calma y mirando desde lejos al más desastroso sentados contra el tronco de un árbol para ocultarse en la sombra.

Era pleno verano y aunque fuesen guerreros, eso no los hacía inmunes al horrible calor que había estado azotando Konoha.

-Calmate, Naruto, ya sabes cómo es Kakashi-sensei, no se porqué sigues pensando que llegará a tiempo-le reprochó Sakura con algo de fastidio, lo único que la detenía de ir hasta el rubio y darle un fuerte golpe en la cabeza era que estaba muy cómoda sentada junto a Sasuke.

O bueno, cerca, estaban a menos de un metro y con suerte podría acercarse al pelinegro sin que este se diera cuenta, ¡tal vez hasta podría rozar su hombro "accidentalmente"!

Ah, de sólo pensarlo su corazón saltaba de la emoción.

-¡¿Por qué debería aceptar que además de pervertido sea un impuntual desconsiderado?! Agh, de todos los senseis que pudieron...-se quedó a media maldición el de ojos azules, porque de pronto sintió una presencia aparecer detrás de él y no tenía que girar para saber quién era.

Los tres genins miraron a Kakashi sonreír por debajo de su usual máscara, o al menos eso suponían por la forma en que su ojo se volvía una media luna y su rostro parecía brillar sin preocupación.

-¡Hola, chicos! Perdonen el retraso, es que me perdí de nuevo en el sendero de la vida, saben cómo es-dijo Kakashi como si nada, agitando su mano en el aire y en la otra Naruto podía ver cómo sostenía uno de sus libros de Icha Icha.

-Sí, claro...-murmuró Sasuke con un tono aburrido, sin darle mucha importancia a la actitud extraña habitual del adulto.

-Como sea, ¿listos para entrenar?-preguntó el platinado, pero por la forma en que guardaba su tan preciado libro sabían que en realidad no tenían muchas opciones.

Al menos esa vez los tres chicos habían desayunado bien antes de salir, conociendo a quién tenían de maestro.

-¡Lo estoy desde hace dos horas!-gritó Naruto enojado, casi sacando humo por las orejas y Kakashi sólo atinó a revolver su cabello como si de un perro se tratara.

𝐓𝐑𝐈𝐀́𝐍𝐆𝐔𝐋𝐎 𝐀𝐌𝐎𝐑𝐎𝐒𝐎 | 𝐍𝐀𝐑𝐔𝐒𝐀𝐒𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora