OO9

2K 226 90
                                    

Sakura tomó un sorbo de té mirando a sus amigos con curiosidad poco disimulada, pero tampoco quiso ser la primera que picara en el tema. Naruto les había llamado para verse en ese lindo puesto de té que solían frecuentar, los tres sentados en una mesita donde podían ver las hojas de los árboles caer afuera y el viento movía con suavidad los cabellos rosados.

Naruto todavía no les había dicho el porqué de su repentina reunión, se suponía que les diría algo importante pero todo lo que había hecho desde que llegaron había sido hablar de nada y divagar; su máxima especialidad.

El Uchiha no se veía muy molesto por esto, ya muy acostumbrado a la personalidad burbujeante del rubio (y secretamente disfrutando de su parloteo). Sakura también lo estaba, pero mentiría si dijera que no quería saber ya qué estaba ocultando su compañero.

-Naruto...-llamó con voz suave la kunoichi.

De inmediato captó la atención de Naruto, quien dejó de lado su escandalosa historia sobre alguna travesura que había hecho con Shikamaru y la miró con atención, sus ojos azules brillando.

Sasuke apretó los labios con molestia, pero lo disimuló fingiendo darle un trago largo a su té.

-¿Qué pasa, Sakura-chan?-preguntó Naruto con entusiasmo, una gran sonrisa pintando su rostro y sus orejas apenas rojizas, como siempre que hablaba con ella.

Era tan obvio como adorable, la única razón por la que Sasuke no se lanzó por la ventana apenas escucharle ese tono de idiota empalagoso. Por supuesto, le molestaría mucho menos si esa mirada ilusionada fuese para él.

-Cuando nos citaste aquí mencionaste que nos dirías algo importante...-le recordó Sakura, como siempre ignorando todas las obvias señales que el ojiazul le lanzaba.

Naruto pareció tocar tierra de pronto, porque sus cejas se alzaron como las de un niño alucinado por algo fantástico y un nuevo brillo pareció envolverlo por completo. Era casi cegador, como observar al sol directamente sin poder apartar la mirada aunque doliera.

O al menos así lo era para Sasuke.

-¡Tienes razón, Sakura-chan, cómo pude olvidarlo!-gritó Naruto, porque no podía hacer menos cuando estaba tan emocionado. Daba pequeños saltitos en su asiento y sus ojos desaparecieron detrás de su gran sonrisa-¿Recuerdan al Sabio pervertido?-

-¿El legendario sannin que tú insistes en tratar de forma tan irrespetuosa? Sí, creo que lo recuerdo-se burló Sakura y el rubio se rió con felicidad.

Sasuke arqueó una ceja, preguntándose desde cuándo ese par se sentía tan cómodo con el otro. O quizás siempre había sido así y él estaba muy ocupado lidiando con sus propios sentimientos inútiles para darse cuenta.

-Ve al grano, Naruto-dijo el Uchiha con un tono más duro del que quería, pero no pudo evitarlo al ver cómo el rubio volvía a divagar (porque físicamente le era imposible no hacerlo) pero esta vez bromeando con Sakura.

El más bajo se giró a verlo con mala cara y mirada filosa, seguro molesto porque había interrumpido lo que según él era un "momento mágico con Sakura-chan". A Sasuke no podría importarle menos aún si lo intentara.

-No me digas qué hacer, teme-refunfuño Naruto, pero entonces la pelirosa secundó a Sasuke porque para ella lo que decía el mayor era regla y el ojiazul resopló, rendido-Bien, bien, lo diré sin rodeos... ¡el Sabio Pervertido aceptó ser mi maestro y viajaré con él por tres años mientras me entrena para ser el mejor ninja de todos! ¡¿No es genial?!-

Los otros dos genins lo miraron en silencio por unos segundos como asimilando lo que el rubio había dicho, mientras Naruto volvía a lanzar sus brazos por sobre su cabeza para saltar en su asiento de nuevo y sonreía tan grande como nunca lo habían visto antes. Era una noticia bastante increíble, después de todo.

Sakura sonrió al ver a su amigo tan felíz, pero Sasuke no pudo mover un solo músculo cuando entendió de inmediato lo que aquello significaba.

-¡Claro que es genial, Naruto!-le felicitó Sakura con total sinceridad, acercándose para darle un abrazo apenas apretado y para Naruto fue como ver las estrellas salir en el cielo-Yo también comencé mis entrenamientos con Tsunade-sama, ¡¿no es asombroso que los dos tengamos maestros sannin?!-

Naruto asintió efusivamente, sin parar de saltar mientras su emoción casi salía como chispas de él. Era obvio lo feliz que estaba y nadie podría culparlo; con Jiraiya conocería técnicas que no podría siquiera comenzar a imaginar. Era un pervertido y a veces parecía solo un charlatán, pero sabía que a su lado su sueño de ser Hokage estaría cada vez más cerca.

No le importaban los peligros, Naruto ansiaba mejorar, convertirse en el ninja más fuerte de todos y lo haría a como diera lugar.

-¿Y cuándo te vas?-preguntó Sakura, todavía con esa sonrisa de emoción por entender en carne propia la importancia de esto para Naruto.

Ninguno de los dos notó a Sasuke, porque uno era más ciego que el otro. No se dieron cuenta de sus puños apretados en su regazo bajo la mesa y su mandíbula tensa. El Uchiha por un segundo incluso temió que sus ojos parpadearan a rojo si no controlaba pronto sus emociones.

¿Por qué siquiera estaba sintiendo esa... impotencia? No, no era eso, él sabía bien cómo se sentía la impotencia y lo que ahora le ahogaba era mucho peor, ¿tal vez era enojo, dolor, traición...?

¿Tenía lógica sentirse así cuando se suponía debía estar felíz por su amigo?

Sasuke sabía que no era el mejor amigo de todos, al menos no el que Naruto se merecía y a veces sentía que todavía no comprendía bien el concepto de compañerismo. Pero no era estúpido, estaba lejos de serlo; sabía porqué estaba sintiendo todo eso.

Y odiaba un poco más a ese rubio cabeza hueca por cada segundo que lo escuchaba reír sin preocupaciones, como si todo estuviese bien.

-Será extraño no tenerte por aquí-se rió Sakura, jugando con su cabello rosado y Sasuke la miró sin darse cuenta-Pero esto será muy bueno para ti, Naruto, ¡no seas un holgazán y aprende todo lo que puedas de Jiraiya-san!-

Ah, es verdad. Por eso debía estar feliz, porque aquello era lo que Naruto quería y era una oportunidad muy buena para él; aquello era parte de su camino. Crecer, aprender para llegar a la cima, ser el ninja más fuerte de todos y otros sueños más ridículos que ese.

Eso ya lo sabía, claro que lo sabía, leer a Naruto era tan fácil como leer un cuento infantil con dibujos y aunque fingiera que no, Sasuke escuchaba todos sus parloteos acerca de su futuro brillante como si fuese su música favorita. Siempre, y entre todos esos planes, se imaginaba acompañando al rubio.

Solo serían tres años, lo único que debería preocuparle es entrenar todavía más duro que Naruto, solo serían tres años.

-¡Claro que lo haré, Sakura-chan, debes tener más esperanzas en mí! ¡Lo lograré, de veras!-gritó Naruto, entre una defensa y un tono de alegría que podría hacer al sol girar como una moneda.

Sasuke lo miró, sin decir nada y se preguntó qué tan malo podría ser vivir sin esa luz por tres años.

Solo… solo tres largos años.








Holis uwu

Regalo de navidad adelantado, ya no podrán funarme por tardar otros seis meses en actualizar 😎👌🏻

No estaba segura de lo que quería hacer con la transición de tres años a la época de Shippuden, pero decidí que mantendría el viaje de Naruto con Jiraiya porque why not

Igual aviso que no esperen mucha fidelidad al canon de Shippuden porque no lo he terminado y la vdd no lo he seguido porque Sasuke en esa época me cae de la berga

Anyways, espero que les haya gustado y si fue así pueden votar o comentar, amo leer sus opiniones 😳💗

Luv u all,

Claude💜

𝐓𝐑𝐈𝐀́𝐍𝐆𝐔𝐋𝐎 𝐀𝐌𝐎𝐑𝐎𝐒𝐎 | 𝐍𝐀𝐑𝐔𝐒𝐀𝐒𝐔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora