- Bebé tu en verdad no eres normal-
Comenté entre risas viendo al subnormal de mi novio posar junto a un busto de no se quién en el parque.
-Amor está rechazando mis besos mira- seguía repitiendo su tonta pose haciendome reír un poco por sus ocurrencias extrañas.
- Bebé ya deja de jugar con eso, las personas podrían molestarse.
- Y a ti desde cuándo te interesan esas personas?- en eso le había dado al clavo, la verdad es que los comentarios de los demás no me interesaban en lo absoluto, pero mi estómago rugía y Dae no dejaba de jugar con cada cosa que veía.
- Lo se mi amor pero tengo mucha hambre mi pansita duele- chille como niña pequeña con un puchero mientras sobaba mi ambriento estómago.
- Owww lo siento conejita había olvidado que querías comer- Dae se acercó a mí u tomó mis mejillas entre sus manos para darme muchos besos por todo el rostro.
- Vamos a llenar tu pansita de Rica comida- hablo con una sonrisa mientras tomaba mi mano para comenzar a caminar.
Llegamos a un puesto de comida que se veía bastante bien. Pedimos unos fideos picantes y esperamos a que llegase la comida.
- Amor tengo que decirte un secreto- susurro Dae, yo lo miré intrigada mientras mi alma de cotilla salía a flote.
- Que es?- pregunté volteando completamente hacia el.
- Primero tienes que prometerme que no se lo dirás a nadie.
- Sisi ya dimeeee- mi modo niña volvió a resurgir mientras la intriga me inundaba.
- Ok- se acercó a mí rostro y miró fijamente a mis ojos- el secreto es.....- ESTUPIDO CONEJO DILO YA...- que te amo conejita... Con todo mi corazón- su sonrisa se ensancho haciendo desaparecer sus ojitos, dejo un beso dulce en mis labios y se separó de mí para observar mi reacción.
Mi corazón latía muy fuerte, si bien no era la primera vez que me decía que me amaba, su forma de hacerlo fue muy linda y en verdad no me esperaba algo así, sentía mis ojos arder por las ganas de derramar un par de lágrimas, pero no quería hacerlo. Tome un poco de aire y me acerqué a él para darle un gran beso.
- Ese busto no sabía los besos que se perdia- comenté suave haciéndolo reír.- Te amo muchísimo conejo, gracias por entrar en mi vida así.
Dae me dio muchos besos más antes de que nuestro pedido llegase. Vi como sus ojos brillaron ante la comida y mi estómago rugió recordándome el hambre que aún tenía, mientras comíamos observaba de reojo a Dae, no sé por qué me gusta verlo comer. Al parecer este lo noto ya que se volteó hacia mí con su linda sonrisa de yosoylomashermosoquetusojosven.
- Enserio te gusta tanto mirarme?
- La verdad? Si.