Lᴀ ᴄʜɪᴄᴀ ɴᴜᴇᴠᴀ ᴇs ʟɪɴᴅᴀ

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María José estaba acostada boca abajo a la orilla de la piscina.

Podía sentir los rayos del sol arder en su espalda desnuda, protegida tan solo por una fina capa de protector solar y la tira de un lazo de la parte de arriba de su vestido de baño.

Podía sentir el agua helada sobre su mano izquierda inmersa, mientras hacía pequeñas ondas con sus dedos.

Podía escuchar a Sebastián cantar algo mientras tomaba el sol cerca de ella.

Como un buen amigo, hacía un gran esfuerzo para no ver hacia las curvas expuestas de la chica, porque también tenía miedo de ser pillado, porque según María José, uno de sus "Súper poderes de Ciega" era poder sentir cuando alguien la observaba por mucho tiempo.

-¿Cuál es tu nivel de pereza ahora?- Preguntó María José.

-Hmm... -Pensó Sebastián .- Seis. ¿Y tú?

-Ocho...y medio.

-¿Ocho y medio? ¿Tanto? -Dijo Sebastián Risueño.

-Este sol. Las vacaciones. Esta piscina. Da mucha pereza pensar que todo esto se va a acabar.

-Ah, yo tengo pereza de tanto hacer nada. -Dijo él, volviéndose para tener un mejor acceso a las facciones de María José.

-Soy feliz haciendo nada.

-Nunca hacemos nada en las vacaciones, no pasa nada.

-¿Y qué es lo que quieres que pase, Sebastián?

-Bueno, no sé. Los grandes dramas. Los grandes amores. En nuestras vacaciones nunca pasan.

-¿Y con quién imaginas tu "gran amor"? -Preguntó María José en un tono de burla.
- Siempre dices que en nuestra clase sólo hay brujas.

-Así es. Pero no necesita ser una princesa... -Dijo Sebastián mientras vagaba en pensamientos y le enviaba miradas sugestivas.- ¿Y tú? ¿No te preocupas con eso?

-¿Con qué?

-¿Vas a pasar toda la vida sin besar a nadie, Poché?

María José bufó y le lanzó agua al chico en forma de protesta.

- Es cierto. Dormir y escuchar a Justin Bieber todas las vacaciones no va a resolver eso. De verdad. Deberías besar a cualquiera sólo para quitarte eso de encima.

-Si de besar a cualquiera se trata, ¿por qué no besarte entonces? -Mencionó María José con desdén.

El rostro de Sebastián se iluminó. Si hubiese alguien más a su alrededor vería que él encontraba esa idea sensacional.

Él sería su primer beso.

Si María José supiera lo mucho que él imaginaba el sabor de sus labios.

María José se volvió y concluyó: -Pero no es así como quiero mi primer beso.

Sebastián frunció el ceño.

Era perceptible que María José soñaba con un beso de cuento de hadas, que tal vez nunca pasaría.

-Poché, así nunca vas a besar a nadie.

-¿Quién va a querer besarme? -Preguntó decepcionada.

-Apuesto que el idiota de Mario te besaría. Siempre te tiene el ojo puesto. -Afirmó Sebastián lanzándose al agua en seguida.

-Sí, pero es deprimente saber que la única persona que estaría conmigo es Mario.
Nunca he escuchado nada inteligente salir de su boca, es completamente aburrido.¿Te imaginas que salimos y se aferre a mí y solo me utilice como un objeto? ¿Será que él es de ese tipo? -María José esperó una opinión o comentario chistoso que tardó en llegar.-¿Sebas?

En tus ojos /Caché/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora