La princesa pelirroja, durante su forzado alejamiento de su hermana mayor sufrirá de una soledad inmensa a tal grado de llegar a la depresión por la misma.
No hay otro camino mas que esperar el regreso de la platinada a Arendelle, no deberá caer a m...
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< Aún faltan 4 por descubrir pequeña princesa>
Escucho hablar a una voz dentro de su cabeza. La habitación era oscura, el pesar de su respiración se hizo presente. Su movilidad era escasa. No podía hacer nada en absoluto, era como si una fuerza enorme la apretara y sumiera lentamente sobre el suelo.
< ¿Crees estar cerca de ellos? ¿A caso Elsa te merece? ¿Por qué te dejo sola? Después de todo son hermanas>
Las voces en su cabeza se hacían más notables, el volumen aumento, la restringían, la volvían impaciente, sus ansias aumentaron cada vez más, la desesperación era inevitable. Ese dolor se hacía cada vez más penetrante.
< ¿Por qué ella? ¿Por qué no fuiste tú? ¿Por qué eres la más débil del reino? ¿Por qué la preferida por todos es ella?>
Anna no comprendía por que estas voces se aferraban a detenerla, a matarla con lentitud. Era demasiado para ella.
< ¿Crees que le interesas? Seguro estará con esos principitos riendo, llorando, conviviendo. Tú no estás en su mente por el momento. Ni si quiera se acuerda de ti>
–Eso no es verdad –se decía la pelirroja aferrándose a sus palabras.
No quería pensar mal de su hermana. Sabía que la adoraba, sabía que ella era lo único que amaba, sabía que Elsa sería incapaz de olvidarla pero... si es así entonces ¿Por qué no debatió con sus padres el querer estar con ella?
<Sabes que es verdad. Jamás importante serás. Eres el botón de la familia, una herradura segunda. Olvídalo, vete a casa y has como que esto jamás paso. Ríndete princesita.>
–No... ¡¡NO!! Elsa... ¡¡ELSA!!
–Anna... ¡¡Anna despierta!! –sacudiría Justin tratando de hacer que la pelirroja despertara. Esta abrió sus ojos de golpe, estaba sudando, agitada, al parecer había entrado en pánico– ¿Estas bien? –preguntaría preocupado.
–Si yo... no fue nada, solo un mal sueño –aclaro la ojiazul tratando de calmarse.
Justin dio un suspiro hondo, estaba más tranquilo por su confesión, –menos mal, nos tenías preocupados.
– ¿Tenias? –pregunto ella impresionada y extrañada, su mirada topo con el rubio quien estaba cruzado de brazos mostrándose indiferente.
Justin sonrió al ver a Anna buscando alguna respuesta de lo que él había dicho, este también miro al rubio con algo de dulzura –Si, aunque no lo creas Kristoff se preocupó, de hecho... –Dio una pausa para luego sobar su nuca algo apenado– Él fue quien me aviso, al parecer estabas quejándote de dolor y desesperación.
–¿Eso es cierto? –preguntaría la pelirroja dirigiéndose al rubio, este la miraría seriamente ocultando su preocupación por ella.
–Lo es –se limitó a decir algo, veía como la chica esperaba algo más de él, dio un suspiro, quizá el decirle lo rara que era haría que dejara de pensar que él se preocupaba por ella –Estabas moviéndote de manera extraña y quejándote, a mí me molesta que la gente no me deje dormir por lo que opte por callarte, pero... –dio una pausa, miro a otro algo incómodo –tu seguías hablando, decías que era mentira, decías que jamás te rendirías, que no eres el segundo lugar y... –nuevamente su mirada dio a ella algo sospechoso –que Elsa jamás haría eso. ¿Elsa es tu hermana?
