Epílogo

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Steve abrió los ojos. Un terrible campaneo se escuchaba por toda la habitación. Al descubrir la causa, frunció el ceño y sintió una lengua humedecer todo su rostro. Steve intentó estirar la mano para acariciar al cachorro que le movía la cola subido en la cama, pero esta estaba conectada a algo parecido a un suero.

El perro entonces, que de pequeño no tenía nada, empezó a ladrar. Sin duda era un cachorro, pero el peso que sentía sobre sus piernas era equivalente al de un niño.

— ¿Steve?

Steve no había notado el sofá en la esquina ni a la persona que se encontraba en este. No era una típica sala de hospital. Era más como una habitación común y corriente.

Al notar que era su esposo quién lo llamaba, sonrió. Tony se pudo de pie y caminó lentamente sin quitarle la mirada hacia la cama en la que estaba.

— ¿Ya conociste a Donnie? — preguntó sentándose al borde. El perro se echo sobre los pies de Steve nuevamente.

— ¿Un perro? ¿Es en serio? —Steve alzó una ceja conteniendo una sonrisa.

— Peter lo quería. Así que aprovechamos tu ausencia para comprarlo. — le contó — Ahora cree que soy su favorito. No es una competencia.

Steve se rio.

— ¿Dónde está él? — Preguntó con enormes ganas de verlo. Tony sonrió mirando hacia la ventana.

— Con Bucky, ahora él es mi competencia también — Tony le acarició la mano. — Dice ser su tío favorito — rodó los ojos en una expresión graciosa.

De repente, el silencio los atrapó. Ambos se miraron por un largo tiempo incapaces de seguir pretendiendo una conversación normal. Había mucho que ambos querían decirse. Y el rostro de Tony se tornó totalmente serio.

— ¿Sabes el miedo que me causaste? — Tony preguntó. Sus labios temblaron. La charla amena fue dejada de lado.  — Yo vi la explosion. Fui a buscarte...

— ¿Qué sucedió?

— No adivinaras quienes salvaron tu trasero.— Steve si que lo sabía. Rhodey y Natasha se proyectaron en su mente. — Ahora son fugitivos también.

— ¿Sabes algo de ellos?

— James esta bien. Y Natasha... — Tony sonrió — Ni idea. Pero sé que lo está. En unos días Bucky ira a buscarla. Parece que se le ha visto en Lisboa.

Steve sonrió.

— En serio, te amo... — Tony añadió. Se inclinó lentamente para besarle, pero entonces, la puerta se abrió de par en par. Tony soltó un bufido. Steve se rió otra vez. Lo había hecho tanto que las mejillas le empezaban a doler.

— Perdón ¿Interrumpimos? — Bucky preguntó claramente con un falso tono de disculpas. Peter estaba en sus brazos. El corazón de Steve se emocionó al verlo. Se veía radiante. El cabello le había crecido y había recuperado peso. Extremis sin duda le había hecho bien.

— Funcionó, — Tony le susurró.

Peter a penas vio que estaba despierto, saltó ágilmente y corrió hacia Steve. Bucky alzó las cejas indignado. Steve lo recibió en brazos y lo llenó de besos.

— ¡Te dormiste por dos días! — le dijo Peter riendo.

Steve abrió los ojos sorprendido y miró a Tony esperando una explicación.

— Nos asustaste. — se adelantó Bucky desde una esquina— A Tony casi le da un infarto. Pensaba que iba a tener que esperar otros setenta años para ver a su esposo. ¿Es una clase de costumbre dormirte después de estrellar un avión? Pero el doctor dijo que no sería por mucho. Mala suerte — Bucky bromeo. Steve alzó los ojos, pero luego rió. — Bien, —dijo estirándose — creo que mejor me voy. Me espera un avión en — miró su reloj — dos horas. Solo quería ver que estabas despierto.

Peter entonces hizo un puchero.

— Tranquilo, verás a tu tío favorito pronto.

Bucky le dio un abrazo al pequeño y luego le revolvió el cabello causando que Peter le diera un golpe. Luego, le estrechó la mano a Tony, quién le agradeció con una sonrisa sincera. A steve le alegraba ver que las cosas se habían solucionado entre ellos. No era agradable que tu mejor amigo y tu esposo se odiara.

— Buena suerte, amigo, —Steve le dijo a Bucky cuando este se acercó para abrazarlo cuidadosamente .

— No hagas nada estúpido hasta que vuelva.

— ¿Cómo podría? Te estás llevando toda la estupidez contigo. — Steve repuso recordando viejos tiempos. Bucky sonrió y luego se marchó.

Steve entonces, volvió a mirar a Tony. Sus ojos en una expresión indescifrable. De nuevo, habían retomado el momento que había sido interrumpido.

— Lo siento, —susurró el menor. — Siento haber dudado de ti.

— Te di razones. —Steve dijo avergonzado.

— Arriesgaste tu vida por nosotros. — Tony susurró conmovido. Como si antes no hubiese evaluado la posibilidad de que Steve lo quisiera tanto para hacerlo. Estaba muy equivocado.

— Lo haría mil veces sin dudarlo. — Steve extendió su mano libre para tomarle la mejilla. Tony se acercó y besó sus labios.

— ¡Ah! — Peter gritó cubriéndose los ojos. Ambos rieron sin despegar sus narices.
A Peter no le gustaban los besos. Entonces, mirándose de forma cómplice, Tony sujetó a Peter y junto a Steve, uniéndoseles después Donnie, llenaron de besos y caricias a Peter quién estalló en risas tratando de liberarse.

Steve no podía sentirse más feliz en ese momento. Estaba donde debía estar. En su hogar, con su familia. Ahora nadie podía convencerlo de lo contrario, había hecho la elección correcta.

Fin.

Holaaa. Bueno llegó por fin el final. ¿Qué les pareció? La verdad esta historia nació como una distracción, no pensaba continuarla, ups, pero aquí estoy escribiendo el epílogo. En verdad muchas gracias a todas las que me apoyaron con sus votos y comentarios. Lo repito, a veces puedo estar super desmotivada, pero un comentario suyo me alegra a mil. Espero que les haya gustado. Y me dicen que les parecería unos capítulos extras de Peter ya grande. Tal vez pueda considerarlo.

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