2° Tome asiento

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El viaje estaba siendo muy tranquilo, ya que no había tráfico. Decidí encender la radio para escuchar un poco de música, pero como no había de mi agrado, decidí poner un disco que tenía en la guantera. Una hora, dos horas, tres horas... y así hasta ocho horas, conduciendo sin hacer ni una sola parada para tomar el café o que me diera un poco el aire. Conduje hasta donde se supone que vivía mi primo, ya que nunca he tenido la oportunidad de visitarlo, y aparqué a unos pocos metros de la entrada de aquel edificio. Cogí mi móvil para ver si tenía algún mensaje o llamada, y ahí estaba, mi primo me había escrito diciendo que le había surgido algo muy importante, y que le había dejado las llaves de la casa al vecino del 4B, por lo que le respondí con un: "gracias" y unos emojis de corazón, expresando mi gratitud por haberme dejado quedarme con él durante estos días. Guardé el móvil en mi bolso y me dirigí a la portería donde estaban los timbres para llamar a cada piso. Busqué el que indicó mi primo, y a los pocos segundos una voz respondió:

-¿Si? -dijo una voz grave.

-Buenos días, soy Daniela, la prima de Sergio, es que me dijo que usted tenía las llaves de mi casa.

-Sí, por supuesto, ahora mismo te abro y te doy las llaves.

-Gracias -respondí yo de la manera más amable posible.

Rápidamente escuche un clic, y era el de la puerta abriéndose, empujé y subí en el ascensor hasta llegar al cuarto piso, donde un hombre de pelo tintado de gris y tatuajes me dio las llaves con una gran sonrisa.

-Toma las llaves.

-Gracias.

-Por cierto, yo soy Juan Pablo.

-Encantada -le di un beso en cada mejilla -y yo soy... bueno, ya sabes que soy Daniela -reí yo.

-¿Y cuánto tiempo vas a estar aquí?

-Hasta que me confirmen si voy o no a trabajar aquí, si me dicen que sí empezaré a buscar piso, y si no, tendré que volver a Medellín.

--¿Desde tan lejos vienes?

-Sí, yo... -iba seguir hablando, pero fui interrumpida por el sonido del telefonillo de Juan Pablo.

-iVaya! Espera un momento, debe ser mi novio.

Juan Pablo respondió al telefonillo y dejó pasar al que se supone que era su novio.

-Hola bebé -dijo aquel chico que acababa de llegar dándole un beso -iOh! ¿Tú eres Daniela? - preguntó él acercándose a mí.

- Sí, yo soy, y tú eres...

-Perdón, yo soy Cristobal.

-Un gusto conocerte.

-¿Quieres pasar a tomar algo? -dijo él señalando a la entrada de su casa.

-Me encantaría, pero tengo que dejar mis cosas y partir a la entrevista de trabajo.

-Entiendo -dijo Cristobal -pues cuando vuelvas estaremos aquí, por lo que si quieres llama.

-Esta bien, muchas gracias, lo tendré en cuenta.

-Pues entonces hasta luego -dijo Juan Pablo.

Me despedí de ellos y agarré las llaves que Juan Pablo me dio. Abrí la puerta y me encontré una nota que decía:

Hola Daniela, siento las molestias, pero me he tenido que ir súper rápido porque un amigo mío ha tenido un accidente en coche. Si tienes hambre en el frigorífico hay espaguetis para comer, y volveré por la noche. Tu habitación es la primera del pasillo de la izquierda.

Sergio.

Al terminar de leer la nota fui a mi habitación, donde dejé todo lo que había traído. Si que es verdad que tenía un poco de hambre, pero solo agarré una manzana, ya que aún así tenía un nudo en el estómago. Al terminar me lavé los dientes y me dirigí hacia aquel gran edificio donde se supone que tendría la oportunidad de trabajar.

-Hola, buenos días, soy Daniela Calle, vengo por la entrevista de trabajo.

-Con que usted es la señorita Calle.

-Sí, ¿Algún problema? ¿He llegado tarde?

-No, no se preocupe, todo está en orden, solo que debe esperar 15 minutos ahí sentada, ya que el señor Ramírez está en una reunión que se le ha alargado un poco.

-iOh! No se preocupe, en ese caso esperaré allí sentada -dije señalando una zona con varias sillas.

-Perfecto, yo te avisaré cuando vea que se haya terminado la reunión.

-Esta bien, muchas gracias por su tiempo.

Y sin entretener más a aquella mujer, me fui a la zona de la que habíamos hablado y me senté al lado de una máquina de café, cuando una mujer se acercó.

-¿Tú eres la nueva? -preguntó mientras agarraba un vaso para servirse el café.

-Espero ser la nueva, que es diferente -aclaré yo.

-Por tu comentario supongo que todavía ni has hecho la entrevista -dijo mientras giraba su cara hacia mí.

No se por qué, pero esa cara me sonaba muchísimo, todo de aquella persona me sonaba.

-Bueno, pero creo que te pueden dar el trabajo.

-¿Y eso? ¿Por qué estás tan segura?

-Según me han dicho, tú ya tienes experiencia con este tipo de cosas, y todos los que han venido son unos novatos, no saben nada de este empleo -dijo ella muy convencida.

-Gracias, supongo.

-Me llamó Maria José pero dime Poché, y espero ser tu nueva compañera de trabajo -dijo ofreciéndome la mano para que la estrechara.

Yo le di la mano mientras seguía pensando quién podría ser aquella persona.

-Señorita Daniela -me llamó la mujer de antes -Ya está el señor Ramírez, puede ir pasando a la sala 12.

Yo me levanté y me despedí de aquella chica, mientras me dirigía a la habitación que la mujer me indicó. Llamé a la puerta y entré, observando un despacho muy iluminado y amplio.

-Tome asiento por favor.



LA ABUSONA CAMBIA  - CACHÉ (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora