17° El cerrajero que nunca apareció

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-Daniela, te quiero... -dijo Poché. -Te quiero ver a las 12 mañana en mi casa, tengo una sorpresa para ti.

-Uy, qué estás tramando.

-Nada, sólo una bonita tarde en el campo haciendo picnic y comiendo tu comida favorita.

-No sé qué puede ser ahora mismo, ¿Puede ser una bonita tarde en el campo haciendo picnic y comiendo mi comida favorita?

-Wow Daniela, ¿Eres adivina y no me lo habías dicho?

-No, no lo soy, pero según mi bola de cristal lo seré el viernes que viene.

-Está bien... -empezó a reírse a carcajadas. -Bueno, yo me voy ya, que mi descanso ya ha acabado y tengo que volver al trabajo.

-Bueno, entonces... ¿Te veo después?

-Sí, nos vemos luego -Poché fue a abrir la puerta, pero no podía. -Daniela, nos acabamos de quedar encerradas.

-¿Qué? -no, no, no, esto no puede estar pasando. 

Esta vez intenté yo abrir la puerta, pero tampoco podía.

-Voy a llamar a un cerrajero o algo para que nos saquen de aquí -dijo ella marcando un número. -Hola buenas, se ha atrancado la puerta del despacho número 16 del edificio Salaverry. Perfecto, gracias.

-¿Qué te han dicho?

-Qué en media hora estaremos afuera.

-Pero eso es mucho tiempo, pero qué le vamos a hacer.

-Al menos nos hemos quedado encerradas juntas -dijo sonrojándose. -Es decir, que sólo sería un aburrimiento y todas esas cosas.

-Lo pillé desde el primer momento Poché -solté una mini risa y me acerqué a ella.

-Pero ya sabes que yo explico mucho las cosas.

-Sí, eso es cierto -le di un abrazo pero al rato ella se separó.

-Daniela, el caso es que yo... digamos que tú.

-¿Eh? explícate más que no entiendo.

-Es que ahora mismo no puedo explicarlo con palabras.

-Pues explícalo con gestos -dije mientras me apoyaba en mi mesa.

-No me vas a odiar, ¿Verdad?

-Cómo me robes mi lonchera de nuevo, sí.

-Robarte... la lonchera no -se acercó a mí, me rodeó con un brazo y con el otro me agarró de la mandíbula. -Pero robarte el corazón, sí -y después de eso unió nuestros labios en un dulce beso, que empezó a convertirse en uno apasionado.

Cerré los ojos y le seguí el ritmo agarrándole suavemente el pelo.

-Poché, yo no sé que decir.

-Pues hazlo con gestos -le acaricié la mejilla y volvimos a besarnos, estuvimos así muchísimo rato.

-Oye, Poché será mejor que paremos, no vaya a ser que entren y nos vean así -dije yo sonrojándome.

-Por eso no te preocupes, nadie va abrir la puerta.

-¿Y el cerrajero?

-La puerta no está atrancada, lo puedes comprobar si quieres, todo era un plan que hice con Mateo, el del despacho 23 para poder invitarte a salir.

-Aww, que tierna eres -le di otro beso, pero esta vez más corto. -Espera... entonces, ¿Tampoco tienes que trabajar ahora?

-Eso sí, pero tengo papeleo y me acuerdo de alguien que me tenía que ayudar.

-Pues vamos allá. 

LA ABUSONA CAMBIA  - CACHÉ (ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora