¡No

704 134 12
                                    

Los días habían pasado, Hoseok estaba recuperándose en su casa de lo sucedido. Jungkook iba a verlo todos lo días, cuidaba de él y ayudaba demás. 
Pero algo en sus actitudes no le gustaba,  y es que luego se le veía triste,  incluso una vez lo vio llorar.  Y se sentía horrible no poder ponerse de pie e ir a ver qué pasaba.

Jungkook entró a la habitación dejando un par de ropa en una silla, luego se acercó para tomar un vaso que se encontraba al lado de Hoseok quien lo seguía con la mirada, antes de lograr tocarlo Hoseok le sujetó la mano con delicadeza, Jungkook lo miró confundido e intentó mantenerse indiferente aunque sentía como algo en su piel quemaba. 

-Quiero que hablemos.- Susurró apenas Hoseok y le miró casi suplicando. 

-No creo que sea el momento.-Negó con la cabeza, se deshizo del agarre e intentó volver a agarrar el vaso pero Hoseok volvió a sujetar su mano ahora con más fuerza. 

-Por favor Jungkook, quiero que vayamos por un café.- Bajó su mirada por que sabía que Jungkook le diría que no pero tenía una pequeña esperanza de que cambiara de parecer y le aceptara la salida. 

-No puedes caminar muy bien aún.- Dirigió su mirada al agarre y con la otra mano volvió a soltarse. 

-Lo haré, haré mi mejor esfuerzo, vamos a comer, o donde quieras.- Otra vez lo miró.

-Iremos solo unos minutos, luego regresarás aquí. 

Aunque su voz y mirada fueran firmes, al darse la vuelta y salir suspiró con frustración, dirigió su mano al pecho sintiendo su corazón tal acelerado por algo tan inútil. Inútil pero que era capaz de hacerle respirar tan fuera de sí. 

La calle era fría pero no lo suficiente para temblar, una chamarra era suficiente y más cuando entraron a la cafetería que estaba a una temperatura perfecta. 

Hoseok caminaba con una expresión indescifrable, le dolía demasiado, un ardor recorría toda su espalda y eso le hacía quejarse de vez en cuando, pero no quería ayuda, y eso a Jungkook le molestaba. 

-Mejor regresamos y-. Fue interrumpido por un Hoseok necio. 

-No, estoy bien, estoy bien, es solo que molesta un poco. Pero eso no importa. 

Llegaron a una mesa que les daba privacidad suficiente pues los respaldos era en forma cuadrada y además altos como para cubrir sus cabezas. 

Ambos sólo pidieron un capuchino, fueron atendidos  de inmediato pues el lugar no estaba tan lleno. 

-¿De qué querías hablar?.- Tomó un sorbo y esperó la respuesta.

-Yo, quiero disculparme contigo, fui muy estúpido al acercarme a ti por que buscaba beneficios para mi. Pero..-Tomó sus manos y las acercó a sus labios para darle un breve beso.- Todo lo que te dije fue cierto, yo enserio siento algo por ti, eres una persona tan increíble que lo que viví por años no me importó, volvería a vivir lo que me hicieron si es que eso te hace perdonarme. Me duele mucho el que me mires de esa forma, estés distante y...

Se quedó callado cuando Jungkook negaba con la cabeza. 

-No quiero esto, no quiero estar a tu lado y no es necesario que me pidas disculpas, eso solo lo hace peor. 

Alejó sus manos y levantó la vista solo para encontrarse con un Hoseok con los ojos llorosos. 

-J-jungkook, no digas eso, por favor, quiero que -.

-No, Hoseok, no quiero nada, estoy cuidando de ti, por que por mi culpa te pasó todo eso, pero veo que estás mejor, lograste llegar aquí sin ayuda, no creo que sigas necesitando de mi. 

Se puso de pie y comenzó a caminar a la entrada. 

-¡Jungkook!.- Con todo el esfuerzo que logró tener en ese momento, se levantó e intentó correr tras de él, pero su columna no soportó el movimiento mandándolo al suelo. Gritó de dolor y eso hizo que Jungkook volteara. 

Un mesero del lugar se acercó intentado ayudar. Hoseok se retorcía del dolor en el suelo mientras Jungkook seguía caminando. Fue levemente empujado por un chavo que entró en el lugar al ver a Hoseok tirado. Jungkook lo miró agacharse y sujetar a Hoseok hablándole para que se pusiera de pie. 

- Taehyung...-Apenas logró decir Hoseok antes de caer inconsciente por el dolor.

Taehyung estaba consiente de lo que le habían hecho a Hoseok, así que lo llevó a su casa para que pudiera descansar. 

Tae esperaba que Hoseok le pidiera quedarse, pero para nada fue así, simplemente llegaron y Hoseok insistía en que estaba bien.

-No es necesario.-Volvió a decir Hoseok.

En el piso de sala con una frazada y sus piernas encogidas, miraba perdido a un punto en la ventana. Tae entendió que el ex demonio quería estar solo, por último lo miró prestando atención a cada detalle de su rostro y admirando la perfección en cada rasgo contrario, pero fue interrumpido por un extraño movimiento que logró divisar con el rabillo del ojo.

Jungkook estaba en la puerta, y con eso entendió todo.

-Me voy, si necesitas algo, me llamas y vendré.-Se puso de pie luego de que le asistiera sin mirar.
Tae sonrió cuando una idea cruzó por su mente.
Volvió a agacharse y tomó con su mano la mandíbula foránea, se acercó lo suficiente como para que Hoseok entendiera lo que Tae quería,  siempre lo quizo.

Tan cerca...

-No...

¡¡No me beses!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora