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Casi se cae cuando corrió por las escaleras al escuchar que tocaban la puerta.

Cuando abrió se topó con el mensajero quien lo miró con el ceño fruncido por su respiración agitada y posición extraña. 

Resopló y firmó para recibir un paquete. 
Ya iban 4 veces en la semana que le pasaba algo parecido,  pero era de esperarse. 

Después de que una sombra negra hizo desaparecer a su demonio se sintió completamente solo,  y es que no lo había pensado pero todos sus días se convirtieron en un Hoseok a su lado. 

Sabía prácticamente toda su vida,  y ahora él,  no sabía cómo sentirse puesto a que odiaba que Hoseok hubiera jugado con él de esa manera.  Pero por otra parte,  Hoseok mandó lejos todo lo que quería por demostrar que lo quería y que en verdad sentia algo más. 

Tantos pensamientos y ninguno tenía sentido. 

Además de que quizás el castigo era la muerte,  no lo sabía.
Esa idea estaba presente en su cabeza cada día que pasaba y Hoseok no aparecía,  incluso buscó a Jimin pero jamás lo encontró.  Y pensar que Hoseok estubiera muerto por besarlo,  solo hacía que se sintiera peor. 

Pero esa pequeña posibilidad se estaba cumpliendo conforme las semanas pasaron. 

3 meses de no saber nada de Jung Hoseok. 

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-¡¡Si,  yo sé que te enamoraste.  Llevas diciendo eso desde que esto comenzó!! ¿Solo eso sabes decir?

Un golpe más fue a dar en la espina dorsal de Hoseok,  él se retorció del dolor y comenzó a respirar más rápido,  su cuerpo dolía,  mucho.  Y quizás su conciencia estaba agotándose de soportar.

-A-amo a Jeon Jungk-kook... -Un susurro se escapó de sus labios. 

Mil cuatrocientos setenta y ocho veces había dicho que amaba a Jungkook.  Los contó.

Solo eso quería pensar,  quería recordar lo bien que se sentía estar con él.  Solo así soportaría. 

Otro golpe calló en su espalda.

Agua muy fría fue a dar en su cuerpo casi desnudo,  se quejó con un grito de sorpresa,  ahora la cubetada de agua hirviendo.  Llevaba 91 días,  casi 3 meses que todos los días eran iguales. 

Se supone que el castigo era ser torturado hasta morir.  Pero el padre de Hoseok no quería eso,  prefería verlo sufir hasta que dijera que odiaba a Jeon Jungkook. 

Pero conforme el tiempo pasó su padre ya estaba harto,  sus días fueron desperdiciados en una persona que solo decía una oración.  Y Jimin estaba muy concentrado en llegar a ser un Diablo. 

Así que se resignó,  y decidió que su hijo fuera desterrado. 

Hoseok respiraba cada vez más rápido, y es que en este momento un demonio estaba comenzando arrancar un cuerno de su cabeza.

Su cuerno estaba siendo extraído, sus manos aprestaban con fuerza las cadenas, sus dientes mordían su labio hasta hacerlo sangrar,  gritaba de dolor cuando metían un cuchillo haciendo palanca para que por fin saliera el cuerno. 
Por más que intentara alejarse  no podía, forcejeaba y luchaba hasta que lograron quitar un cuerno.

¡¡No me beses!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora