Listen to your Heart.

Capítulo 6

Capítulo 6

No tenía idea de a dónde nos dirigíamos, solo continúe conduciendo por la carretera. Aun no habíamos dicho una palabra pero yo ya sentía todo mi maldito mal humor hervir en mi sangre y ni siquiera tenía idea del por qué estaba tan furioso y algo me decía que no era con ella. Gire en la próxima salida y entre en el estacionamiento de un comedor junto a una gasolinera. Todo en uno. Genial. Espere a que Bonnie bajara pero ella permaneció inmóvil y su agarre a mi alrededor era en verdad fuerte. Me reí en voz baja y palmee su pierna. Se movió detrás de mí y apunte al restaurante casero frente a nosotros. Bajo de la moto y me entrego el casco, su cabello dorado ahora estaba seco y creaba esas increíbles ondas que recordaba haber visto. Guarde el casco y me baje.

—Entremos a comer algo.

—No tengo hambre. —murmuro como respuesta.

Resople y frote mi rostro con frustración.

—Escucha, Bonnie—Rayos, eso no sonó muy bien. Me maldije de inmediato—En estos momentos soy una bomba, estoy molesto y si no como algo pronto seré tu peor pesadilla así que entraremos a ese  jodido restaurante y pediremos algo con la grasa necesaria como para tapar mis arterias.

No sabía si se encontraba seria por mi comentario de "escucha Bonnie" ¿Qué tan irónico era eso? soy un maldito imbécil. Libero un suspiro, observo el restaurante y despues a mí. Su mirada se alejó de inmediato.

—Emm... tal vez deberías... cerrar tu chaqueta antes de entrar.

Me reí con ganas y ella ladeo su cabeza con curiosidad. —Créeme muñeca, en ese lugar seguro han visto cosas más interesantes que a mi sin camisa. Además, es obvio que ese playera no es de tu talla tal vez quedare como un caballero porque lo soy, te salve de un incendio.

Rodo sus ojos y se giró hacia la puerta del restaurante.

—He, Bonnie solo bromeo.

Pero no se giró ni respondió porque no me escucho.

Entramos en el restaurante y todos en el lugar se giraron a observarnos, Bonnie dio un paso hacia atrás chocando contra mi pecho. Sujete sus hombros y la empuje hasta una cabina libre y se deslizo en el asiento doble. Me senté junto a ella.

— ¿Puedes sentarte frente a mí?

— ¿Por qué?

—Solo hazlo.

Resople pero hice lo que me dijo y me deje caer en el lugar frente a ella, murmuro algo parecido a una "gracias" y despues observa el lugar. Segundos despues una robusta mesera se acercó a nuestra mesa y nos entregó unos dañados y viejos menús. Negué y se los entregue de vuelta.

—Queremos el especial.

—Claro cariño, ¿Y de beber? —pregunto haciendo un globo con su goma de mascar.

—Yo quiero una cerveza.

— ¿Y tú chica?

—Oh no, yo no...—Comenzó Bonnie.

—Un té helado.

—Enseguida traigo su comida.

La mujer me lanzo un guiño y se alejó gritando "Dos especiales". Observe a Bonnie y sus mejillas ardían furiosamente, su mirada se encontró con la mía.

— ¿Vienes seguido aquí? —Negué y ella frunció sus labios— ¿Cómo conoces el especial?

—Es un restaurante de gasolinera, debe tener un especial grasiento para cada jodida hora del día.

Asintió y guardo silencio pero yo no podía seguir más tiempo con eso. —Entonces... ¿Tu no... no escuchas?

Trago saliva y mordió su labio inferior. —No.

— ¿Y cómo es que me respondes?

—Soy sorda no muda. —dijo irritada.

Sonreí sin ganas.

—Sabes a lo que me refiero.

Rodo sus ojos y suspiro. —Leo los labios.

— ¿Cómo lo haces?

—No siempre fui sorda, hace 4 años era normal.

— ¿Qué sucedió?

Se encogió de hombros— Tuve un  accidente automovilístico. Me golpeé la cabeza, tuve algunas fracturas, un traumatismo y quede sorda. Eso fue todo.

Ahora me sentía terriblemente mal, no sabía exactamente que decir porque era un maldito idiota, el más grande del mundo.

—Lo lamento. —dije sin saber de dónde salió.

—Me lo dicen a menudo.

— ¿Quién más sabe sobre esto?

—Solo tu... y los maestros claro.

— ¿Cómo mierda haces con las clases?

—Ya te dije, leo los labios.

—Pero te vi, no tomas notas.

—Si lo hiciera perdería la mitad de la clase y así ya es lo suficientemente difícil. Así que tomo notas despues.

La mesera apareció de nuevo con una charola llena de comida grasienta y deliciosa. Coloco los platos frente a nosotros y despues nuestras bebidas. Me lanzo una sonrisa y se alejó de nuevo. Comimos en silencio y yo devore mí comida demasiado rápido, en verdad tenía hambre y despues de saber todo esto sobre Bonnie en verdad me tenía de nervios lo que provocaba más apetito. Termine y continúe con la comida en su plato.

— ¿Entonces no hablas con señas? —murmure entre bocados.

Ella frunció el ceño. —Odio hacerlo.

— ¿Por qué?

—No sirve de nada, solo parezco una loca agitando las manos.

Me carcajee y ella entrecerró sus ojos. —Muéstrame, quiero comprobar eso.

—Solo tengo una seña para ti.

Saco su dedo medio y lo puso en mi cara, Valla, valla. Estábamos sacando nuestras verdaderas personalidades. Me reí de nuevo mientras negaba.

—La muñeca tiene su carácter ¿He?

—Cuando hables necesito ver tus labios, es difícil leerlos cuando agachas tu cabeza.

No me había dado cuenta de que lo había echo y de inmediato pensé en cuantas veces más lo había hecho sin darme cuenta, nuevamente me dije mil veces lo imbécil que era.

—Lo siento.

Algo me decía que diría esa palabra un montón de veces al menos en este día.  Bonnie se encogió de hombros.

—No importa. ¿Qué fue lo que dijiste antes?

—Ah, no tiene importancia, muñeca.

Entrecerró sus ojos y se inclinó sobre la mesa. —Adam, me pierdo demasiadas conversaciones siendo sorda, así que no digas que no tiene importancia.

Ahí tienes de nuevo. Soy un imbécil.

—Lo siento. —y ahí va otra disculpa.

Guardo silencio y bajo la mirada hacia sus manos sobre la mesa.

— ¿En realidad necesitas tu gafas? —dije pero ella no me escucho. Toque su mano para atraer su  atención. —Tus gafas ¿en realidad las necesitas?

Dudo un momento. —Sí y no. No tienen demasiada graduación pero las uso más como un disfraz.

— ¿Por qué?

—No me es fácil leer los labios, imagina si un grupo de personas me hablan a la vez. No puedo mantener una conversación social con muchas personas así que simplemente las evito. Nadie quiere hablar con una nerd... excepto tú. Tú eres muy terco... y molesto

Sonreí con su respuesta.