Capitulo I

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—¿Llevas a Bada? —preguntó mi hermano, al parecer era su objeto número nueve mil en su lista de cosas que no podía dejar de llevar a Seúl.

­—Por supuesto que lo llevo—dije con obviedad—No puedo dejar a mi bebé a tu cargo—Lo mire con reproche—no le darías de comer

—Es un peluche Donghae­—trato de disimular inútilmente su sonrisa—Aunque le hables no te contestara, te lo he dicho muchas veces.

—Cállate idiota—susurre ferozmente—puede escucharte

—Bien, no te diré nada si me das un abrazo—abrió sus brazos para que yo me acercara a abrazarlo, cosa que obviamente hice.

—Debo irme—Tuve que decir por fin luego de varios minutos abrazados. Tampoco quería alejarme de el

—promete que regresaras si no soportas el ambiente de esa universidad

—Donghwa—me aleje de él, habíamos discutido este tema muchas veces

—Promételo Donghae

—Lo prometo—sonreí para que no se preocupara más por mi

—¿Llevas todo? —pregunto de nuevo.

—Llevo todos mis documentos, ya te lo dije

—No está de más revisar—se veía prepotente diciendo eso a pesar de ya haber visto todos mis documentos en orden. Sonreí

—¿Quién se supone que es el niño ahora? —dije con obviedad. Al parecer quería seguir discutiendo, pero la alarma de mi celular comenzó a sonar y lo interrumpió.

—Debo irme—dije abriendo la puerta de mi auto. Tomó mi mano y evito que me ingresara en el al apresarme entre sus brazos.

—Te extrañaré—dijo separándose y viéndome con esos ojos llenos de tristeza

—También te extrañare. Llamare al llegar—ingrese en el auto y cerré la puerta.

—Para el camino—Me entrego una cajita de pinkmilk—Esperare tu llamada—Un sonoro beso fue dado en mi mejilla—Ni en Seúl te libraras de mí.

—No quiero librarme de ti, molesto hermano sobreprotector—puse mi cinturón de seguridad.

—Ve con cuidado—se alejó del auto.

—Adiós, te quiero—comencé a avanzar y unos momentos después lo escuché gritar

—¡Te quiero, mi pinkmilk! —sonreí soportando las enormes ganas de llorar que surgieron en mí. Lo extrañaría tanto, al igual que a Siwon y Kangin, que, aunque se habían enojado conmigo por no decirles a tiempo que estudiaría en Seúl, pero es que sabía que, si lo hacia ellos irían conmigo, y eso no serviría en mis intentos de ser independiente.

Y aunque quedamos en que el próximo semestre ellos también irían conmigo, eso me daba tiempo de acostumbrarme por mi propia cuenta a vivir solo o casi solo ya que compartiría una casa con dos chicos más, y cuando fueran mis amigos no dependería de ellos, y hasta tenía la ilusión de que ellos me pidieran consejos para sobrevivir en la gran Seúl.

Nadie puede negar que soy muy soñador,

............

Luego de un par de horas de trayecto por fin había llegado a mi destino. La casa en la que me alojaría parecía muy linda desde afuera, al igual que las fotos que vi hace unas semanas. Saque de mi bolsillo la llave que me había enviado por correo y me dirigí hacia la puerta principal para poder ver de mejor forma que unas simples fotos la casa que a partir de ahora sería mi hogar, era de dos pisos y se veía grande. Claro, que Donghwa no dejaría que me quedara en cualquier lugar. Ni siquiera quiso que alquilara un departamento yo solo, como le había insistido que hiciera.

Pinkmilk - EunHaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora