Pinkmilk - EunHae

Capitulo XIII

Sus labios seguían embriagándome de pink-fresh, se sentían suaves y llevábamos horas en esto. Sintiéndolo, oliéndolo y saboreándolo con cada caricia de estos. Sentía mis labios entumecidos, pero igual no nos separábamos. Estaba consciente de que Hyuk podría tener mucha experiencia en esto, pero era algo nuevo para mí y me sentía curioso. Como nunca en mi vida lo había hecho, ahora debía aceptar que esto de los besos no era tan malo; de hecho, me gustaba. Nos encontrábamos acostado en el sofá más grande; o más bien yo lo estaba en el sofá, mientras él estaba encima de mí, abrazándome. Nos separamos poco a poco, aun con mis ojos cerrados solo lo sentía acariciar mi rostro con la punta de su nariz.

—Me encanta tu olor. —siguió su camino hasta mi cuello, él también olía bien pero no entendía su fascinación por tener su nariz pegada a mi piel. Sentí sus labios hacer su camino por cualquier lugar que estuviera descubierto de tela, y eso no fue lo único que sentí, al notar mi tensión él se separó de mi de un movimiento.

—¿Qué pasa? —pregunté a pesar de saber la razón por la que se había separado de mí. Y si la dureza no me había dado una idea, su gemido no tenía ninguna otra explicación más que la obvia.

—¿Quieres que me vaya? —abrí mis ojos ante su pregunta, estaba de pie a un lado, con un cojín escondiendo su entrepierna.

—¿Por qué lo preguntas? —Lo vi directamente a sus ojos—. Se supone que debías cuidarme ¿no?

—No si te estoy incomodando. —Me senté porque era incómodo intentar hablar con alguien estando acostado de esa forma.

—No he dicho que me incomodes—obvié.

—¿Has —dio un largo suspiro y se acomodó el cojín, él sí que se veía incómodo —has tenido novio?

—¿Por qué preguntas eso?

—Porque importa. —dijo con seguridad y ¿nerviosismo? —¿Has tenido pareja?

—Creo que es obvio que no. —contesté.

—¿Entonces por qué haces esto? —Se sentó en el extremo contrario del sofá.

—¿Qué se supone que estoy haciendo?

—Me dejas besarte.

—Se siente bien. —Me acerqué a él, pero su mano frente a mí me detuvo de seguir haciéndolo. —Quiero seguir.

—¿Con cuantas personas te has besado? —apretó el cojín en su cuerpo.

—Te acabo de decir que no he tenido ninguna relación. —se detuvo de apretar más el objeto y me miró intensamente.

—No se necesita ser pareja para besar a alguien. —y fue en ese momento que entendí a que se refería, nos habíamos besado durante horas y apenas nos conocíamos, me sentí tan tonto. —¿Quieres ser mi novio?

—¿Novio? —Su pregunta me sorprendió, aun así, fui sincero—. No tengo problemas con ello.

—Esa no es una respuesta muy linda. —Se recostó en la pared y cerró sus ojos.

—Te estoy diciendo que no tengo problema con serlo. —En serio no era una idea que me entusiasmara demasiado, pero él era un chico divertido y no sentía ningún tipo de aversión ante una relación con él.

—No estás en una relación con alguien solo porque no tienes problemas con ello.

—¿Entonces por qué me preguntas esto tan de repente?

—Nos estamos besando —Me estaba confundiendo.

—¿A todos con los que te besas les pides que sean tus novios?