Capítulo XV

106 6 0
                                        


—Hyukjae. —gemí al sentir su entrepierna frotar la mía. No me dejaba contestar porque no me daba pausa entre un beso y otro —No. Nos van a ver. —casi grité.

—¿Crees que te arrastraría hasta aquí sin estar cien por ciento seguro de que nadie nos vería?

—¿Nadie? —cuestioné dudoso.

—Amor, no pondría en riesgo nuestra relación. —Nos encerró en uno de los cubículos, todos estaban vacíos, así que no tendríamos ningún problema a menos que alguien entre. Hyukjae estaba loco por querer hacer esto. —Ni mi halago-grafía diaria.

—Halago-grafía. —¿Qué había inventado ahora este chico?

—Halago —Me dio un corto beso. —mas —otro beso. —fotografía. —Por último, tomó mis muslos enredando mis piernas alrededor de su cintura, y me pegó a la pared para seguir besándome. —No perderé mi récord. —Se alabó orgulloso.

—Hyukjae. —volví a pedir.

—¿No quieres? —contestó al fin.

—No aquí. —Me permití tomar un respiro.

—¿Por qué no?

—¿En serio quieres hacerlo en un baño público?

—No lo digas así, que se escucha feo. —Su cara de indignación me daba mucha gracia.

—Hyukjae, estamos en un baño público. —Este hombre no podía estar hablando en serio.

—En la universidad. —dijo serio, lo que me confirmaba que no estaba bromeando ni un poco.

—¿Y eso lo hace más fino?

—No. —dijo alargando la palabra, sin tener idea de cómo responderme. —No es como si fuese cualquier lugar tampoco. —Me abrazó fuerte, pegando su frente a la pared a mi espalda. No era una posición incómoda para mí, pero me imaginaba que como él me cargaba, talvez sí que le molestaba mi peso.

—No te estoy reclamando nada. —acaricié suavemente su espalda. Suspiró.

—Lo sé. Es solo que es una de las pocas veces que te veo solo y me emociono demasiado porque no tengo que fingir.

—Hyukjae, mírame. —pedí con la mayor paciencia que pude hasta que sus ojos conectaron con los míos. —Si tú quieres les decimos ahora mismo a todos que estamos juntos.

—Maldición, te ves tan sexi cuando estás enojado. —golpeé su espalda, a pesar de hace solo unos segundos era aún acariciada por esa misma mano.

—No es mi cara de enojado, es seriedad.

—Te ves tan sexy cuando estas serio. —corrigió.

—Creo que nunca llegará el día en que te vea serio.

—Me has visto serio. —peleó.

—¿Cuándo?

—Horas después de conocerme, cuando te ayudé con la mudanza.

—Esa no era una cara seria.

—Claro que sí. —negué con mi cabeza repetidas veces.

—Era vergüenza.

—Bien. —estaba pensando cómo seguir defendiendo su punto. —Pero era mi cara seria por la vergüenza.

—No vas a convencerme. —afirmé.

—¿Y con un beso? —Lo besé tras su cuestionamiento.

—¿Cuál beso? —Me separó de la pared y se sentó en el inodoro aun conmigo encima suyo, mis piernas ahora colgando.

Pinkmilk - EunHaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora