La sonrisa

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Saitama se terminó llendo a hacer su rutina de ejercicio diario, dejando solo a Genos en la casa, quién estaba analizando las respuestas de Saitama y haciendo un esquema de, posibilidades de cómo pudo haber sido la vida de su Sensei.

La curiosidad era tanta, siempre se preguntó cómo vivía su sensei antes de ser un superhéroe de tan alta fuerza. Es decir, ¿Había un motivo en especial que le llevo a esta desición de su vida?, ¿Extrañaba cosas de antes?, ¿Se arrepentía o decepcionaba de otras cosas?.

Aunque, muy por encima de eso. Tenía la duda de cómo pasaba la vida sexual Saitama; no lo mal entiendan, no es que en sí sea un pervertido o esté pensando exactamente en una imagen de Saitama de ese calibre, es que, le da curiosidad como se pasa esa etapa donde simplemente te dan ganas de descubrirte y todo eso.

Tuvo algo de eso antes de que pasará lo del Cyborg, y aunque deseaba tener más de ello, le causaba bastante duda como Saitama parecía vivir sin preocuparse de eso o en siquiera pensarlo.

Genos no está dispuesto a hacer una charla, porque estaría usando más de veinte palabras para describir lo que está pasando en estos momentos, por ello, las preguntas se veían como sus mejores aliadas para aclararse dudas sin pasarse de hablador y molestar a su sensei.

Soltó un suspiro y dejó sus notas en la mesa, poniéndose el delantal que había ahí, para hacer la limpieza como la comida de hoy. ¿Le molestaba?, para nada, con algo debía pagarle a su sensei por dejarle ser su discípulo y permitirle quedarse en su casa.

Estaba limpiando el baño sin ningún problema, hasta que pasó la escoba por detrás del retrete para limpiar, ya que sacó algo de ahí. Era una foto de un pelinegro cuyos ojos parecían estar muertos en vida, aunque su sonrisa parecía ser medianamente tranquila y calmada.

— ¿Quién será?. — Pensó por un momento, siguiendo viendo la foto, tratando de identificar cualquier rasgo con alguien conocido de su sensei. Hasta que, dió la casualidad que compartía con nada más y nada menos que con Saitama; parpadeando con sorpresa, Genos parecía ver la foto como si fuese oro.

¡Era Saitama con cabello!, estaba viendo una foto de su maestro antes de ser un superhéroe, y no se creía lo guapo que estaba de alguna manera en la imagen. Aún es un adolescente, dejenle.

Genos simplemente no dejaba la foto de lado, ya que consideraba el objeto como lo más importante que haya encontrado en su vida. Era como la prueba crucial de que su sensei, en su momento, estaba a medias a gusto con lo que pudo ser su trabajo. (O eso intuía, no lo sabe todo al cien por ciento, le tendría que preguntar a Saitama después)

Decidió guardarse la foto, para de ahí, continuar con lo que faltaba de limpiar y ponerse a hacer la comida. Aún no podía quitarse de la cabeza la foto, es que, ¡Por dios, parecía tan lindo!. Y aunque suene bastante gay, si veías la foto, comprenderás un poco a Genos y estarías como él.

Era raro que la foto no contará con un cristal y que el marco estuviera tan mal cuidado, pero no iba a cuestionarse algo al respecto, está no era su foto.

Miró hacía la ventana, sintiéndose un tanto estupido al preocuparse por dónde estaría su sensei, ya que, se estaba tardando un poquito más de lo usual.

— ¿Se habrá encontrado con algo, o alguien?. — Se preguntaba internamente, haciéndose un revuelo de posibilidades entre tantas cosas que pueden pasar. Tomando nuevamente una bocanada de aire para aclarar sus pensamientos, sabiendo que Saitama puede valerse por su cuenta y no necesita protección alguna.

Es decir, nada le puede pasar. Él volverá, siempre lo hace, jamás le ha dejado o viceversa. Estaba exagerando, siempre lo hacía.

Debería dejar de pensar en esto y mejor concentrarse en lo que hace, casi se quema el arroz. Vaya que se encontraba muy distraído pensando en el tema, es una suerte que no le pasará algún accidente en la cocina.

« T A C T O » (Genosai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora