Epílogo

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Maratón

Jack observaba el corazón de Jones sin saber qué hacer.

-Will. Lizzy colocó ambas manos sobre el rostro de Will, yo intentaba aguantar mis lágrimas.

-Oh. Exclamó Jones mientras observaba la escena.

-No me dejes te pondrás bien. Will observaba a Elizabeth.

De repente el padre de Will pareció reaccionar y se lanzó contra Jones. Jack miraba el corazón hasta que nuestras miradas se unieron, mi hermana no paraba de llamar a Will.

-Por favor Jack. Susurré sin fuerzas.

- ¡Will, Will!. Escuchaba los gritos desesperados de mi hermana. - ¡Mírame, mírame!.

Jones seguía forcejeando contra el padre de Will, hasta que se libró de él.

-¡No puedes impedir mi sentencia!. Jones estaba a punto de matar al padre de Will hasta que se giró a nosotros con dolor.

Jack se encontraba a mi lado y había colocado el corazón de Jones en el suelo mientras la mano de Will sujetaba la espada rota de Jack que había apuñalado su corazón. Antes de que Jones cayera hacia el remolino susurró un último nombre.

-Calypso.

Abracé a Jack y este no dudó un solo instante en envolverme en sus brazos. Vimos como con la ayuda de una bala de cañón la Perla se deshacía del mástil del Holandés y escapaba del remolino.

Elizabeth miraba desesperada a Will hasta que este terminó por cerrar sus ojos.

- ¡No, no, no!. Los gritos desesperados de mi hermana hicieron que mis lágrimas aparecieran y Jack me apretó más contra él.

Los tripulantes de Jones comenzaron a aparecer mientras repetían una y otra vez la misma frase.

-Parte del barco, parte de la tripulación. Jack me observaba preocupada mientras yo veía a Lizzy.

Jack agarró a mi hermana mientras esta se negaba a dejar a Will.

- ¡No voy a dejarte!. Controlé mis llantos ante la desesperación de Elizabeth y la sujeté con mi mano mientras Jack agarraba una cuerda y una escopeta.

- ¡Agarraos!. Jack disparó y gracias al trozo de tela empezamos a sobrevolar el barco mientras ambas nos agarrábamos de Jack. Jackie apareció sujetándose de mi pierna.

Observamos como el Holandés desaparecía entre el remolino.

Finalmente caímos a unos cuantos metros de la Perla y la tripulación nos ayudó a subir a bordo. Una vez arriba abracé a mi hermana mientras esta sollozaba en mis hombros.

-Gracias al cielo Jack, la armada sigue ahí. Jack comenzó a avanzar para observar lo que decía Gibbs. – Se acercan por estribor, creo que es el momento de abrazar la más noble y antigua de las tradiciones piratas.

-En realidad nunca he creído en las tradiciones. Jack observó los barcos de la armada. -¡Ponedlo en facha, velas al límite y encarado al viento!. Jack comenzó a avanzar mientras yo seguía con Lizzy.

- ¡Anuladlo!. Exclamó Barbossa. -Seríamos un blanco fácil. Barbossa encaró a Jack.

- ¡Anulad lo anulado!. Miraba a Jack sin entender que pretendía.

-Pero capitán. Jack no dejó terminar a Gibbs.

- ¡Anulado!.

-Yo. Otra vez lo interrumpió.

- ¡Anulado!.

-Pero.

- ¡Basta, basta, callaos!. Nunca había visto a Jack así, este subió hacia el timón acompañado de Gibbs, con una mirada dejé a Lizzy sola y subí a ver a Jack.

Piratas del Caribe: En el fin del mundo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora