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Despierto gracias a la maldita alarma, (les recomiendo no poner su canción favorita como tono porque la terminarán odiando). Me remuevo con mucha pereza tratando de despertar lo suficiente como para poder quitar la cobija que me cubre, pero como siempre, termino gruñendo y diciendo palabras sin sentido.
Me levanto tratando de no chocar con mi escritorio ya que gracias a la oscuridad de la madrugada, se me dificulta ver. Tomo mi celular que está en la mesita de noche a un lado de mi cama y miro la hora 6:10 a.m.
Prendo la luz de mi habitación y me encamino a la ducha.
Una vez ahí, pongo música y me despojo de mi pijama que consiste tan solo en una playera larga que me llega arriba de las rodillas, una vez sin esta, me quito las bragas y ya desnuda, me meto en el chorro de agua fría.
Cuando termino de lavar mi cuerpo, me seco y me pongo mi ropa interior, seco mi cabello y salgo a mi habitación para cambiarme.
Escogí un pans gris suelto, junto con una sudadera a juego con el pans y unos tenis Balenciaga blancos, literalmente toda mi vida me he cambiado con ese tipo de ropa suelta porque soy una chica de mierda insegura, no sé si es porque aquí en New York las chicas son muy perfectas o porque de verdad estoy muy jodida. Me desenredo el cabello y estoy lista, literalmente no soy de esas chicas que se quedan mil horas en poder escoger un atuendo ni mucho menos de esas que se maquillan, no necesito intentar verme diferente a como soy.
Apago las luces de mi habitación y me encamino a las escaleras para bajarlas rápidamente, pues ya casi es hora de qué pasa el bus y necesito de acomodar mis útiles, porque si, soy demasiado perezosa y dejo las cosas hasta el último.
10 minutos después estoy saliendo de mi casa y me encamino a la parada del bus, que de hecho ya se encuentra con algunas personas incluyendo a varios chicos de mi instituto, me pongo los auriculares y los conecto a mi móvil, pongo música y espero unos minutos hasta que el bus llega y me subo.
Me siento en uno de los asientos de atrás, específicamente los que son para una sola persona y siento mi estómago gruñir, pues no desayune nada ya que era tarde para el bus, pero llegaré a un Starbucks's que está cerca del instituto.
El bus hace parada y me bajo para encaminarme por mi café, entro y me encuentro con varias chicas hablando y riendo entre ellas, voy hacia la barra para pedir mi café y una vez que me atienden pago y me siento en una mesa cerca de la ventana esperando mi pedido. Saco mi libro de mi mochila y me pongo a leer, estoy tan sumida en la lectura y en la música que no sentí cuando la mesera llego a entregarme el café que pedí, le agradesco con una sonrisa y ella se aleja a atender otras mesas, miro la hora y es todavía temprano, así que todavía tengo tiempo para poder terminar mi café y leer un poco más.
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7 horas después

Al fin salí de la cárcel llamada escuela, en la última hora estaba a punto de quedarme dormida en medio de la clase, pero gracias a la campana, logré salir de mi trance de sueño, guardé mis cosas y salí disparada entre la masa de estudiantes que tanto como yo, deseaban irse.
Baje las escaleras sin cuidado ya que todos literalmente venían detrás de mi empujándose y riendo, y obviamente no quería quedar atrapada entre ellos.
Coloque mis audífonos en mis oídos y puse play a la música dejando que siguiera aleatoriamente.
Salí de el edificio arrastrando mis pies, mientras tanto, otros estudiantes hasta salían casi corriendo hacia sus autos o paradas de autobuses.
Yo en cambio, necesitaba relajarme y despejar mi mente, y casualmente el día se encontraba perfecto para irme caminando a casa.
Claro que estaba un poco lejos, pero era algo que valía la pena con este tipo de clima ¿no? .
Metí mis manos a la sudadera y caminé lentamente perdiéndome en la letra de la canción llamada painkiller de Ruel.
Voltee a el cielo y me di cuenta qué tal vez y se aproximaría una tormenta, así que apresuré un poco mi paso.
30 minutos después estaba fuera de mi casa, literalmente estilando, parecía que un huracán me había arrastrado junto con un tsunami, y si, como anteriormente dije, mis cálculos no fallaron y en menos de diez minutos ya estaba lloviendo. Gracias a mi mochila que tenía una pequeña bolsa por dentro que era de plástico, metí ahí mis auriculares y mi celular y por eso salieron intactos del agua.
Entre a casa justo cuando un carro gris, por su aspecto parecía ser último modelo, se estacionó fuera de la casa de al lado a la mía, que supuse, era de los nuevos vecinos que iban a llegar justamente el día de hoy.
Cerré la puerta detrás de mi y no le puse cuidado a lo que pasaba afuera, me quite mis tenis que de ser blancos se convirtieron en un color café oscuro con basura del suelo que se había mezclado con el agua que corría por la calle, y si, llovió como que si no hubiera un mañana, si en estos momentos estuviera mi yo de 7 años, me hubiera quedado afuera horas y horas hasta que la lluvia cesara. Pero no, hace tres meses acabo de cumplir 15 años, pero me sigo sintiendo igual que siempre, o bueno, casi igual, obviamente disfrute mojarme en la lluvia, pero eso ya era algo que no me emocionaba tanto como antes.
Deje mi mochila junto con mis tenis y saqué mi móvil junto con los auriculares y subí a mi habitación para darme una ducha y al fin recobrar el calor que hasta ahora, parecía que había desaparecido por completo de mi cuerpo.

JulieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora