Estuvimos acostados en un abrazo alrededor de media hora reímos y hablamos de varias cosas sin sentido, aunque bien, Giorno insistió en vestirse un poco antes de todo eso; después de todo él ama cuidar tanto su salud como la nuestra.
Su aroma es tan suave y delicioso que no pude evitar perder el hilo a la conversación un par de veces. Pero era gracioso, él jamás se enoja conmigo aunque me porte como un idiota... lo que me hace pensar... ¿Por qué nos enojamos?.
-¡Oh cierto!- Escupí de la nada -Giorno, venía a disculparme contigo- Dije cortando la conversación por completo.
-...- Giorno solo me miró sin expresar nada, lo cual era encantador y atemorizante, así nunca sé que piensa.
-... Pensé que lo habías olvidado ya...- Murmuró el rubio sin despegarme los ojos.
-¡Claro que no! ... es decir... bueno... sí- Admití con un puchero rascándome la nuca -Pero creí que debías oír mi disculpa, siempre te hago enojar con mis tonterías- Bajé la mirada involuntariamente, creo que por temor a que esos ojos amables me miraran con desaprobación ésta vez.
-Te perdono- Escuché en cuanto unos labios carnosos tocaban mi frente y sus manos mis mejillas que delataban mi sonrisa.
Y solo eso bastó para sellar y acabar otra tonta pelea.
Giorno sabía perfectamente como actuar, amo que él sea el que lleve la relación, aunque sé que suena egoísta de mi parte porque yo soy el adulto aquí. Pero es taaan lindo sentir que por primera vez no seré yo el que lídere algo así... es como... ¡es como si estuviera por primera vez con una persona! Me siento un completo inexperto, y es tan divertido no saber que decirle, no creo en cursilerías pero a veces siento que tengo bichos en mi estómago que quiero vómitar. Pero a la vez tengo miedo, no me quiero apresurar porque aunque me sienta como un niño aprendiendo a caminar, en comparación a mi, él es un recién nacido que aún no sabe ni gatear, y no está bien aprovecharme de eso, mucho menos precionarlo a que quiera crecer tan pronto... Y-yo... solo tengo claro que...
-Ti amo- Dije sin pensar cerrando los ojos con fuerza.
Pero ¡BOOM!, para mi sopresa Giorno se había incorporado para ir a su clóset y buscar algo.
-Diablos, ¿cuándo mierda se levantó?-
-¿Dijiste algo Mista?-
Apenas me miró de reojo pero aun así hizo que me pusiera como un tonto.
-¡No!- Grité cortante.
-Mierdaaa, relajateee, no te escuchó, no te escuchó, no te escuchó-
-Uh... Claro....- Musitó de manera armoniosa arqueando una ceja con duda -Como supongo que no me oiste... lo repetiré solo una vez más por ser tú- Dijo despreocupado sacando unos pantalones azules como los que suele usar.
Genial, era o un golpe de suerte o un golpe a mi nula habilidad de prestar atención, aunque eso no importaba, debía demostrar que podía tener una buena actitud con él.
-¿Entendiste?- Dijo volteandose para verme.
-Eh...- Emití entrando en un leve pánico por la mirada que me ponía-¡AHHHHHH, NO DE NUEVO!- Chillé llevándome las manos a la cabeza.
Lo último que vi y que recuerdo, es que Giorno rodó los ojos y me dijo muy serio que me vistiera rápido.
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Una ducha a la fuerza más tarde.
_________________________Giorno me echó de su habitación y abriendo el picaporte lentamente entré a la mía con flojera, haciendo solo un bufido antes de buscar en mis cajoneras algo para usar.
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Uno los dos.
RomanceGiorno Giovanna y Guido Mista tenían una relación bastante complicada, ser el jefe de la mafía no era una tarea fácil ya que debía mantener una imágen. Lo que enfadaba a Mista incontables veces, provócando ciertas dudas sobre ellos en el más joven. ...