Hora de volver.

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Era la mañana del día Marzo 24; el día anterior había sido maravilloso, no tenías quejas ni reclamos por nada, incluso los contratiempos, pero era hora de volver a la realidad, y mi realidad era que restaban pocos días para rememorar el día 6 de Abril, la muerte de mis mas fieles compañeros.

Creo haber despertado temprano, ya sea por la costumbre de despertar a primera hora y trabajar, o porque mi cabeza no le dejaba espacio al descanso.

Tengo que lidiar con el mal ánimo de todos... los espacios en blanco de Fugo, las largas e interminables charlas y llantos de Trish y el malhumor de Mista. Ser el jefe no es sencillo, y como amigo de ellos el asunto no es muy diferente. Ahora comprendo a Bucciarati, siempre tan perfecto, con sus sonrisas y su pulcra fachada de "estará todo bien". Patrañas, por dentro estaba quebrado y nadie sabía sobre eso, vivía una mentira constante para otorgarles un futuro a los suyos, y estoy paso a paso acercandome a esa imágen.

A veces quisiera decirles: tengo quince años, quiero dormir, quiero llorar por mis amigos, quiero tener mis propios deseos libres de reglas. Pero bien, no tengo derecho a quejas, vivo todo lo que me merezco.

-¿Ya estás despierto?- Balbuceó Mista aún dormido.

-Sí, me daré una ducha para relajarme, recuerda que debemos volver en unas horas, hoy tengo una reunión importante- Avisé con la mirada perdida en la ventana que descuidadamente dejamos con las cortinas abiertas.

-Ya empezaste desde tan temprano- Gruñó con voz grave hundiendo la cabeza en la almohada.

-Sí Guido, ya empecé- Suspiré dejando la cama para abrir las ventanas.

-Cierra...-

-Pero quiero que entre luz...-

-No me importa, quiero dormir- Lanzó una almohada a dónde estaba.

No insistí mas, cerré tal como quería.

Entré a la bañera, llené la tina de agua caliente y me sumergí.

"Los problemas flotan, Giorno, no intentes ahogarlos" Me dije a mi mismo.

-Ni modo-

Jugué con mi cabello debajo del agua, el nuevo problema de hoy era ver como hacer que todos levanten el ánimo, despues de todo los necesito fuertes y atentos para lo que sea, y con su estado anímico no cumplian mis exigencias.

-¿Al cine?... no- Descarté -¿A la ópera?... no son de eso, al menos Mista se aburriría- Rodé los ojos con fastidio -¿A comer? Nah, hay chefs en la mansión-

Últimamente nada los satisface, y los entiendo, no me siento lejano a eso, pese a ser posiblemente el hombre mas rico en toda Italia. Tener dinero, joyas, y valer mas que cualquier otro hombre... no me sentía para nada rico.

Aun recuerdo los primeros meses en el puesto... a pesar de todo me encontraba muy feliz por haber cumplido mi sueño, Mista era atento, todo marchaba bien, luego encontrar a Fugo y convencerlo... no fue fácil, y hasta el día de hoy no ha presentado mejoras en cuanto a sus sentimientos, pero aun así, todo parecía mejor. No logro entender cuando fue que mi relación empezó a empeorar... o desde cuando me volví tan distante con mi propia banda. Fugo no parece ser amigo de nadie, Mista creo que a veces no me soporta, y Trish me culpa inconscientemente por lo que le pasó a los chicos.

Extraño al señor Polnareff, era como un padre para mi, me aconsejaba cuando estaba mal, solía despertarme cuando mi cuerpo caía ante el sueño y me ayudaba a superarme cada día "por el buen camino"... en realidad él es mi buen camino, pero desde que se fue a Japón con Jotaro no he sabido nada de él. Y para colmo, apenas y sé quién es Jotaro Kujo.

Uno los dos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora