-¡Maldición, Fugo me matará!- Escuchaba los quejidos roncos de una voz que conocía.
Vaya... mi pecho se siente muy cálido, y puedo sentir una agradable brisa en el ambiente... ¿Estaré soñando?
-Ugh... mi cabeza...- Hablé despacio llevando una mano al lugar dónde me dolía.
Pero, ¿Uh? Al abrir con dificultad mis ojos, me pillé con todo un escenario distinto a mi alrededor, había un gran árbol haciendo sombra sobre mi, logrando que apenas viera los rayos del sol a través del denso follaje.
-¿Giorno, estás mejor? ¿Cómo te encuentras?- Dijo Mista preocupado, quitándo su mano de mi pecho para acariciar mi cabello con cuídado.
Así que eso era...
-No tengo nada, ¿por qué preguntas?- Cuestioné en cuanto me sentaba frente a él para verle mejor.
-¡¿Qué te ocurrió en la cara?!- Grité abalanzandome sobre él y examinar si tenía más heridas.
-¿No recuerdas nada?- Me preguntó con una ceja levantada. Aunque no le presté atención por ver el corte que le hicieron.
-...-
_________________________Una hora antes.
_________________________-¡¿Qué te pasa maldito?!- Gritó Mista con la rabia al tope.
Mista giró rápidamente para ver el rostro del agresor y defenderlos, cosa que le fue imposible al verse rodeado de 3 hombres que lo sujetaban y golpeaban.
Giorno trató de intervenir y separar a esos pandilleros de su novio, pero en el momento justo en el que había logrado noquear a uno de ellos, un cuarto apareció y reventó con todas sus fuerzas una botella de vino en la cabeza de Giorno, dejandólo caer desmayado al piso.
-¡Me las pagaran!- Sentenció Mista safándose de su agarre y así sacar fuerzas para golpear a los que dañaron a su querido jefe. Primero partió con el que sujetaba su brazo izquierdo, dándole un gran golpe rompiéndole la quijada. El que anteriormente golpeaba su estómago ahora se encontraba tumbado en el suelo con la bota de Mista estampada en la cara, salpicando unas cuantas gotas de sangre a ésta.
Su cara sangraba a mares por el corte en su mejilla que hicieron los otros mientras Giorno aún estaba consciente, pero eso no importaba, no único que podían hacer era salir cuanto antes y curarse las heridas.
_______________________
De vuelta al parque.
_______________________-Y básicamente eso fue lo que ocurrió- Me explicaba con calma masajeando su nuca con la mano.
-Lo siento, te dejé todo a ti y no pude ayudarte- Dije con rabia guardada empuñando las manos en mis rodillas.
-Mira lo que te hicieron... si tan solo yo... hubiera prestado atención... no estarías así- Hablé por lo bajo.
-Giorno, soy pandillero desde antes que te unieras, se lidiar con éstas cosas- Dijo dulcemente para consolarme.
-¡Aún asi! Debí hacer algo- Corté -Debí ser un mejor lider y protegerte, no puedo llamarme jefe si dejo que cualquiera les haga daño- Proseguí antes de ser interrumpido.
De imprevisto la mano de Mista tomó mi rostro y pronto su cuerpo también, quedándo sobre mi en una posición bastante comprometedora para ambos.
-¿Qué haces?- Pregunté algo incómodo por su actitud repentina -Aléjate, nos verán de nuevo- Ordené con actitud más firme.
-Yo soy quién lo lamenta, no te protegí como debía, soy tu guardía y no cumplí bien mi deber- Susurró cerca de mis labios sin soltarme.
No quería que sucediera nada malo otra vez... pero Mista tenía razón, debemos hacerlo funcionar juntos. Aunque eso implicara diversos tipos de agresión hacía nosotros.
No estaba seguro si lo que hiciera a continuación estaría bien, pero por una vez le demostraría que dejaría de pensar tanto y actuaría más.
Y sin más cerré los ojos para ignorar todo y besar sus labios con desición.
Rápidamente fui correspondido, pues no era nuestro primer beso, pero sí era la primera vez que lo haciamos con gente mirandonos.
-¿A qué viene eso?- Rió como tonto -¿Planeabas callarme?-
-Es una buena excusa- Comenté en cuanto me acomódaba debajo suyo para besarlo mejor.
-Son un asco- Oí que decían unas personas a lo lejos, pero eso no nos detuvo para nada.
-Si sigues no te protegeré de los botellazos- Comentó alejándose un poco de mi, siempre con esa sonrisa idiota que tenía.
-No me sorprendería- Le dije empujando su cuerpo hacía atrás.
-¡Hey! ¿Es en serio Giovanna?- Gritó antes de tirar mi brazo para hacerme caer cerca suyo.
-No te pongas rudo, te lo advierto, Guido- Amenacé del mismo modo.
-¿Y que me harás?- Indagó con una mirada desafiante.
-Tal vez... echarte de la mafía, ir con algun viejo con los que tengo reuniones tan seguido... o salir con Fugo, él es guapo e inteligente-
Molestar a Mista era tan sencillo como divertido, algo de lo que no creo aburrirme jamás.
-¡Mocoso maldito!- Soltó a carcajadas tirándose sobre mi nuevamente, pero ahora haciéndome molestas cosquillas por doquier -¿Así que eso piensas de Fugo, eh? Ya verás- Decia ánimado.
-¡Va-vamos! Sueltame- Pedí conteniendo la risa.
-No hasta que te retractes-
Traté de resistirme pero fue imposible, él sabía perfectamente mis puntos más sensibles.
-Ya déjame, no lo volveré a repetir- Anuncié retorciendomé un poco por el tacto.
-Quiero ver eso- Dijo provócandome.
-¡Gold experience!- Llamé haciendo aparecer a mi stand.
-¡Yaaa, fin del juego!- Chilló alejándose de mi -Eres un tramposo-
-Y tú un tonto, te lo advertí- Le recordé.
Bufó cual perro regañado y apoyo su mentón en la palma de mano para verme y cambiar el tema.
-¿Ahora que haremos? Arruinaron nuestra comida- Dijo un poco fastidiado por recordarlo.
Unas chicas pasaban a unos metros nuestro cantando algo sin vergüenza a nada, lo cual llamó nuestra atención -"Yo te diré lo que podemos hacer, amemónos a escondidas nena, estemos dónde esté, hagamos de nuestro amor, el secreto más profundo y que lo cante todo el mundo, ¿y qué?" - Cantaban totalmente desafinado, lo cuál era gracioso.
-¿Hm?- Volví mi vista a Mista que me miraba con una sonrisa algo... ¿traviesa? Tal vez.
-¿Qué?- Pregunté curioso.
- "La paródica alegría de oponernos ante el resto"- Cantó sin dejar de verme en tanto la música continuaba - "Que nos escapemos te propondré"- Dijo al final.
Me dió un beso corto en los labios y me subió a sus hombros como si solo fuese un pequeño bulto.
-¡Gracias!- Gritó saludando a las chicas que cantaban.
-¡Bajáme!- Reclamé enrojeciendo mis mejillas.
-¡Kyaaaaaa!- Gritaron las mismas chicas al vernos montar tal show.
-Mista- Llamé tratando de soltarme otra vez.
-Sujetate- Pidió justo cuando echó a correr conmigo encima.
_________________~~~________________
Uhhh, momento de la canción diva✌
-Hasta la otra actu.
-Masha♡
ESTÁS LEYENDO
Uno los dos.
Любовные романыGiorno Giovanna y Guido Mista tenían una relación bastante complicada, ser el jefe de la mafía no era una tarea fácil ya que debía mantener una imágen. Lo que enfadaba a Mista incontables veces, provócando ciertas dudas sobre ellos en el más joven. ...