♦♠ XIII ♣♦

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SeokJin se encontraba dormido sobre el hombro de NamJoon, en aquel Jet privado. El de 23 estaba felíz de estar junto al mayor. Tal vez y si no estuvieran siendo algo, NamJoon lo hubiera dejado en la casa y así el de 27 esperara por él. Acarició el cabello de SeokJin y siguió indagando sobre el negocio y mercancía que iba a obtener.

- ¿Sigues leyendo eso? - preguntó adormilado, el menor asintió. - Solo serán algunas armas, NamJoon. ¿Qué tienen de especial?

- Bebé, dependiendo del estado de las armas y el precio que me piden puedo hacer un buen negocio. Si me las quieren vender por 500 mil y están en un estado deplorable en cuanto las vea, debería bajar el precio hasta llegar a un acuerdo. Lo más que podría darles serían 100 mil. - SeokJin miró el papel.

- ¿Y si no coinciden? - NamJoon sonrió y acarició el cabello de SeokJin.

- Se apuesta. Si gano me llevo las armas sin algún tipo de paga, si pierdo y aún quiero llevarme las armas, pago los 500 mil. - SeokJin sonrió.

- Pero vas a ganar, ¿verdad? Siempre ganas. -NamJoon rió y asintió.

- Tal vez gane; pero ¿Y si no gano? - Miró a SeokJin y este lo abrazó.

- Te consolaré. - Sonrieron y NamJoon se acomodó para descansar, dejando los papeles a un lado.

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Pasados catorce días mucho más que ajetreados, NamJoon se ha estado ocupando de muchas cosas, estresandose cada día más entre dinero, negocios y muchas molestias por parte de visitas inesperadas. Entre esas, el traficante de personas del cual SeokJin ha repetido y maldecido en lugar de NamJoon. Ese día se dividieron esas cosas, mientras SeokJin se encargaba de las visitas indeseadas, NamJoon se encargaba del resto, cosa que obviamente, él tenía demasiado conocimiento.
Al final de los días al verse se sonreían y abrazaban con fuerza, se dejaban caer en el mueble frente a la chimenea. Dándose cariños y diciendo cuanto se extrabañan, NamJoon estaba ya medio dormido de tanto trabajo.

- Cariño, vamos a dormir. - SeokJin acarició el cabello alborotado de NamJoon y este lo miró somnoliento.

- Estoy muy tenso, SeokJinnie. -el mayor sonrió y le dió un tierno beso en la mejilla.

- Ya, iré a preparar la tina. -NamJoon se levantó junto a él, no quería estar otra vez separado de SeokJin, suficiente con todos esos días que parecían eternos.

Pasaron unos minutos hasta que SeokJin ayudó a levantar NamJoon para llevarlo al baño. Le llevó junto a la bañera y se dió la vuelta para salir.

- Te esperaré afuera, tal vez esté dormido cuando termines. - NamJoon lo miró de reojo mientras se quitaba la ropa.

- Primero necesito ropa, no puedo caminar con una toalla hasta mi habitación.

- NamJoon, tu habitación queda frente a la mía. - el de 23 asintió.

- Pero quiero quedarme contigo. No quiero tan siquiera dormir solo - se volteó para ir con SeokJin y abrazarlo por la cintura. -Estoy pasando por mucho estrés, SeokJinnie.

- ¿Qué quieres que haga? ¿Te doy un masaje? - NamJoon miró a otro lugar y asintió.

- Me gusta la idea. - respondió sonriendo.

Pocos minutos después NamJoon se encontraba disfrutando de una relajante ducha en la tina, mientras SeokJin masajeaba sus hombros.

- ¿Mejor, cariño? - NamJoon asintió y tomó a SeokJin de una de sus manos para besarla.

- Sí. ¿Por qué no entras conmigo? - SeokJin rió por lo bajo.

- Porque yo ya me duche. - NamJoon se volteó un poco y ladeó la cabeza.

- ¿Y qué? Ven conmigo. - SeokJin rodó los ojos y suspiró.

- No -dijo serio, NamJoon no volvió a insistir, ya entendía que aún SeokJin no estaba listo para compartir algo más íntimo como ducharse juntos; pero no esperó todo lo contrario.

SeokJin se metió a la tina haciendo a NamJoon sonreír. Se acercaron todo lo que pudieron para besarse y abrazarse, el mayor entre los dos acarició la espalda del más pequeño y cerró sus ojos por un rato. Por el contrario, NamJoon dejaba pequeños besos por el ancho hombro de SeokJin. De alguna manera sentían que ese momento era necesario para ambos. SeokJin mojó la espalda y nuca de NamJoon mientras sonreía, acarició el cabello del mismo para tratar de relajarlo un poco más.

- Gracias, SeokJin. - Suspiró el menor nuevamente somnoliento.

- No agradezcas, cariño. Es lo menos que puedo hacer. - agarró a NamJoon de las mejillas para besarlo en varias ocasiones de manera corta y dulce.

NamJoon sonrió y se quedaron solo unos minutos más para salir de la tina y cada uno agarrar una toalla para secarse y luego ponerse sus pijamas de gabardina. SeokJin se acostó sobre la suave superficie y luego NamJoon hizo lo mismo, se miraron un largo rato, parecían querer hablar sobre algo para que no hubiera tanto silencio; pero tampoco les molestaba que no hubiera ruido. Se abrazaron y acurrucaron entre los brazos del otro, después dándose un par de besos buscando el dulce sueño.

- Manaña, ¿Estarás ocupado otra vez? -NamJoon negó.

- No. Ya acabó el trabajo pesado - quitó algunos mechones sobre el rostro de SeokJin.

- Tengo que cortarme el cabello. -

- Mañana pediré lo corten por tí y si quieres, pueden teñirlo tambien.

- Lo quiero de rosa. - NamJoon rió por lo bajo y asintió acariciando el cabello de su novio.

- De acuerdo, teñiran tu cabello de rosa y entonces serás hasta más bonito. Aunque eso no hará mucho por tí, cualquier cosa te favorece, cariño. ¿Lo sabes, no? - SeokJin sonrió y asintió.

La verdad era que no se ponía cualquier cosa y tampoco pensaba que con unas ropas que escogió de manera descuidada le ayudaran a verse más hermoso; pero escuchar esas palabras por parte de NamJoon, le hacía feliz.

- Te quiero, descansa, SeokJinnie. - NamJoon le dió un tierno beso esquimal y cerró sus ojos para así descansar hasta el día siguiente.

Esperaba que nada interviniera con su tiempo junto a SeokJin, quería hacer un picnic con él, aunque fuese en el jardín de la casa. Salir lejos de su hogar no era lo suyo y cada vez que viajaba solo deseaba volver y seguir con su trabajo diario.

¿Apostamos? {NamJin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora