♦♠ XXIV ♣♦

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NamJoon y SeokJin pasaron semanas en el hospital, aun así estaban tranquilos de estar a salvo. El de 23 iba todos los días al cuarto donde SeokJin se quedaba, ahí casi siempre encontrándose con sus tíos. Con ellos no actuaban como algo, era cuando único la realidad golpeaba a NamJoon y le costaba volver a tratar a SeokJin como su algo amoroso. Cosa que el de 27 entendía, a pesar de que él no sentía la conciencia pesada por ello.

- ¿Sigues aquí, NamJoon? Pensábamos ya te habías marchado. - parecía que al de cabellos negros le afectaba cada vez más esas visitas molestas, pues eran ellos quienes lo culpaban de todo lo que le había pasado a su hijo.

- ¡Dejen de tratarlo mal, por amor a Dios! ¡Hacen a NamJoon sentirse mal! Entiendan que no pudo hacer nada para ayudarme por más que quiso. Además, ¿Quienes son ustedes para hablar cuando fueron quienes me apostaron y me dejaron en su casa? Él me cuidó mejor que ustedes. - El menor entre todos agarró la mano de SeokJin con algo de timidez.

- No importa, estoy acostumbrado a que me culpen por todo. - Susurró con la mirada baja.

Ahí estaba otra vez el chico que le encantaba tanto a SeokJin a pesar de no ser el momento indicado de sentir ternura o algo. NamJoon sentía mucha culpa y se sentía un enfermo por amar a su primo. SeokJin acarició la mano de NamJoon y suspiró.

- No quiero que vuelvan a hacerle esto a NamJoon. Sean más agradecidos de que me sacó de ahí, y quiero se disculpen. Él no tuvo nada que ver con todo lo que pasó.

- ¿Qué no? ¿Qué demonios, Kim SeokJin? ¿Te golpeaste la cabeza con algo mientras escapabas o algo? - El de 27 se indignó.

- Bien, entonces no se disculpen, no es como que NamJoon lo necesite. Fuera de mi cuarto, no me vuelvan a visitar. - el de 23 suspiró.

- Siento mucho no poder ser de ayuda para SeokJin. - El de cabellos rosados lo miró sorprendido.

- NamJoon, ya hablamos de esto, no tienes porque disculparte, y mucho menos con mis padres. Es inútil que lo hagas, te seguirán culpando y no es tu culpa, ¿entiendes? - el menor miró a otro lugar.

- Sí -

- En fin, nos vamos. - los adultos se marcharon, SeokJin hizo espacio para NamJoon y este se acomodó como pudo.

Su cabeza quedó sobre el pecho de SeokJin y cerró sus ojos para suspirar. El de 27 sonrió, NamJoon hacía eso muy pocas veces y cuando era así, necesitaba que alguien lo reconfortara para el llorar un rato, aún no superaba lo sucedido. Era un gran trauma para él, SeokJin lo comprendía, a pesar de que él fue violado incontables veces, necesitaba estar para su novio tanto como pudiese.

- Te amo, SeokJinnie. Lo siento por no poder protegerte. - su voz se quebró y comenzó a llorar sobre el pecho del de 27, su sensibilidad había aumentado, parecía no sentirse tranquilo en lo absoluto y haber matado a YoungSoo era algo que había jurado y la rabia se apoderó de él haciendo que vacíe la pistola en su totalidad sobre su pecho; pero sentía un enorme cargo en la conciencia que no lo dejaba.

- Calma, ya pasó. -SeokJin acarició los cabellos negros de su novio mientras este se acurrucaba. - Calma, cariño.

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- Nammie, ven a la cama, ¡Haz estado todo el día trabajando! - frunció el ceño al NamJoon seguir con su trabajo.

Le tiró una almohada a la cabeza haciendo que se detenga y lo mire, haciendole notar que tenía audífonos puestos, le estaba hablando de muchas cosas que quería hacer con él y no escuchó ni una. Se recostó y suspiró molesto.

- ¿Qué ocurre? Te ves estresado. ¿Pasó algo en el trabajo? ¿Comiste? -ladeó la cabeza a cada lado por cada pregunta, parecía un perrito.

- Todo bien. No estoy estresado. - NamJoon dejó su trabajo de lado y se subió a la cama para abrazar a SeokJin.

¿Apostamos? {NamJin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora