♦♠ VII ♣♦

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SeokJin se encontraba mirando por la ventana él enorme jardín del lugar. Era ya de noche y la casa estaba callada. Sonrió y se puso una chaqueta para salir de la habitación. Miraba a todas partes con cuidado de no ser visto por tal vez seguridad. Fue a la parte de atrás de la casa y vió las puertas francesas que daban al jardín. Abrió una de ellas con cuidado e hizo lo mismo para cerrarlas. Caminó con una leve sonrisa, mirando el lugar con los ojos iluminados. El lugar era hermoso, se sentía tranquilo por una vez estando en esa casa.

- ¿Te gusta? -SeokJin se sobre saltó y miró detrás de él, para contestar solo asintió.

- Creí todos estaban dormidos. - NamJoon asintió.

- Yo también. - admitió.

- ¿Qué haces despierto a esta hora? - El de 23 rió por lo bajo.

- Eso debería preguntarte; pero para contestar a esa interrogante: Vine a beber un rato. - levantó un poco el vaso vacío en el que se supone hubiera whisky. - ¿Qué haces tú despierto a esta hora?

- Estoy en una casa desconocida y... Antes noté el jardín, así que, como tenía insomnio esta noche decidí explorar un poco. -NamJoon asintió y se acercó a SeokJin.

- Supongo debo acompañarte. Podrías perderte. - bromeó y caminó frente a SeokJin. - Ven.

SeokJin arregló un poco su cabello y chaqueta para caminar tras NamJoon. Ambos quedaron en silencio, el menor de los dos se quedó pensando en sus cosas, especialmente en aquella llamada que había tenido con un agente doble en la mafia contraria. No había manera de obtener más información, hubiera sido más fácil contratar un sicario, matarlo y quedarse con todas sus ganancias; pero tanto como a él, al otro le gustaba jugar y muchas veces sucio. Por otro lado, SeokJin se sentía cautivado por él hermoso jardín y sin percatarse chocó con la espalda de NamJoon quien lo miró de reojo.

- Lo siento. No me fijé. -NamJoon negó.

- Tranquilo. - NamJoon se volteó a verle y frunció el ceño. - Bonito y delicado.

- ¿Q-qué? -se sonrojó y NamJoon se mordió el labio para no sonreír.

- Necesito un favor tuyo, eres quien único puede hacerlo. -SeokJin miró a otro lugar asustado, había notado el intento fallido de NamJoon para no sonreír y esa curva en sus labios no era nada más que maliciosa.

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- ¿Por qué tengo que hacerlo? -SeokJin bajó la mirada, observando la delicada ropa enviada por NamJoon para hacer ese favor.

- El Joven le dijo que usted es el único que puede obtener más información del bando contrario. - SeokJin se abrazó y negó para salir de la habitación buscando a NamJoon.

- ¡NamJoon! - Este salió de su despacho con una copa de vino la cual fue arrebatada de sus manos al instante.

SeokJin tomó lo que quedaba como si de agua se tratara y miró a NamJoon, quien estaba sorprendido.

- ¿Por qué tengo que hacer esto? ¿Por qué yo? -parecía iba a hacer un berrinche, si antes se sentía inseguro, más ahora.

- Porque eres el único que puede ayudarme -SeokJin negó.

- ¡No quiero hacerlo! -le gritó y se abrazó con fuerza. - Me dices que tengo que seducir a ese tipo, sacarle información. En cuanto se entere me matará.

Sus ojos se aguaron y su respiración se agitó.

- ¿Por qué no lo haces tú? -

- Por que ya nos conocemos. -SeokJin lo miró, analizando su expresión irritada.

- ¿Y qué? Jamás debí ir al Jardín anoche, si no ahora estuviera en mi cuarto con mi pijama. -NamJoon le agarró del mentón y le miró con detalle. - Me dijiste que no me harías nada.

- No voy a dejar que te pase algo. No te estoy vendiendo, ni mucho menos. Solo sedúcelo, no tienes que tocarlo y si se pasa de la raya lo detendrán. - SeokJin lo empujó.

- ¡Tan siquiera estarás ahí! - NamJoon lo acompañó al auto que le llevaría al lugar de la fiesta. - ¡Deja de arrastrarme al auto!

- No te estoy haciendo nada. Estas siendo demasiado paranoico. Habrán sicarios por todas partes y varios de seguridad en cubierto, cálmate. - SeokJin volvió a negar con un nudo en la garganta.

- Yo no se supone que esté aquí, tampoco debería estar haciendo esto. Me obligaste y aún no me haz dicho realmente porque debo hacerlo yo. - NamJoon lo miró y suspiró hastiado.

- Porque eres atractivo. -SeokJin lo miró de reojo, el que habló miraba a otro lugar, admitir algo como eso le era penoso.

- ¿Eso crees? - NamJoon se alejó.

- Cállate y sube, estarás seguro. Si lo haces el jardín es tuyo. -SeokJin parpadeó un par de veces.

- ¿Lo dices en serio? -NamJoon le restó importancia.

- Puedes hacer lo que se te venga en gana ahí, no me importa. - Le hizo una seña con la cabeza para que subiera al vehículo y le dió una máscara a SeokJin.

- ¿Y esto? -

- No puedo dejar que vean el rostro de mi agente especial en cubierto. - se alejó del auto al SeokJin agarrar la máscara. -Suerte.

Cerró la puerta y vió la camioneta marcharse. SeokJin miró hacia atrás viendo a NamJoon entrar a la casa. Suspiró tratando de calmarse y tiempo después se puso la máscara. Se sentía un poco más seguro de esa manera por alguna razón. Pronto llegó a una enorme mansión, trató de no estrujar su traje y se bajó al su puerta ser abierta. Acomodó su traje y suspiró.

- Tranquilo, Jóven, todo saldrá bien. - Eso suplicaba SeokJin.

Entró al lugar, estaba lleno de gente que no conocía. Miró a un lado y luego a otro, hubicando una esquina vacía, agarró dos copas de champagne al un mesero pasar por su lado y las tomó. Necesitaba calmar sus nervios. Caminó a la zona, justo dando con un grupo de mujeres que alardeaban sobre el dueño de la casa, ¿Qué era lo que NamJoon había dicho sobre él? ¿Que era atractivo? Al lado de esas mujeres voluptuosas no tendría alguna oportunidad. Se alejó de ellas dejando las copas por alguna esquina y luego sintió unos pequeños toques en el hombro, se volteó encontrándose con un hombre desconocido.

- ¿Podría acompañarme, Jóven? - El de 27 asintió y siguió al hombre vestido de negro y corbata roja.

¿Apostamos? {NamJin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora