Analizando al enemigo.

12

— El que hayas salvado a mi gente. No hará que te soltemos. — hablo Fury cuando escoltaban a Loki hacia su habitación.

— Me ofenderias si lo hicieran.— hablo sarcástico, escuchando el roce de sus cadenas.

Cuando le dejaron adentro, solo Fury se quedó a su lado, firme y seguro.

— Pero por haber salvado a una de nuestras trabajadoras, mereces un trato.

Loki sin verlo, se sentó en la cama.

—Nos ayudarás a salvar al mismo.— hablo sin conjeturas.

—¿que obtengo a cambio?

— No pasarías todo el tiempo encerrado.— Loki no respondió.

— Señor, ella ha despertado.— un agente entro rápidamente a la habitación encontrandose una mirada de Fury y a un Loki inquieto de pie en la habitación, su ansiedad era muy obvia, el quería saber cómo se encontraba ella.

.— Piénsalo, volveré en unas horas por tu respuesta.

Sin más el hombre salió de la habitación, Loki se dejó caer en la cama con un suspiro.

Alzó las manos frente sus ojos aún sintiendo la sangre hirviendo de Maya entre sus dedos, se estremeció al recordarlo y aquello que tanto le molestaba volvió, era una molesta sensación de la que no estaba muy orgulloso, cada que recordaba a la psicóloga eso volvia.

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— ¡Quiero ver a mi hijo!— grito Maya por quinta vez removiendose en la camilla donde estaba esposada, sus muñecas comenzaban a tener marcas de las esposas por cada movimiento.

— El está bien.— hablo la enfermera tras comprobar el suero que le estaban suministrando.

— Necesito verlo yo misma!— movió bruscamente sus manos sintiendo ardor en su piel. — ¡Sueltenme maldita sea!

Los gritos de maya se escuchaban en toda la enfermería de shield, los agentes heridos por la batalla reciente se compadecian por la pobre madre que pedía a gritos ver a su hijo que le fue arrebatado cuando llegaron los refuerzos.

— Tendremos que darte morfina si sigues asi.— gruño la enfermera molesta viéndole desafiante, Maya tenso su mandíbula y dejo caer su cabeza en la almohada de mala gana.

— Quiero hablar con Nick Fury.— pidió seriamente y la enfermera río.

— Cariño, nadie habla con el. El habla contigo.

Maya abrió sus labios para ofenderla cuando la puerta se abrió y un rostro conocido entro, Maya casi salta sobre el.

— Iván dile que me suelte!— pidió Maya desesperada.

Iván vio las esposas y molesto observo a la enfermera que veía orgullosa su acción.

— Yo me encargo.

— Pero....

— Está no es manera de tratar a un paciente, sería una pena que le comentará a Fury sobre este trato.

La mujer palideció y asintió rápidamente, salió de la habitación no sin antes darle las llaves de las esposas. Cuando se fue Iván quito su porte militar para poner su rostro de preocupación, camino hasta ella y le quitó las esposas con cuidado, Maya se frotó las muñecas notando varias cortadas en su piel.

— Voy a matarla.— gruño sentándose con dificultad, soltó un jadeo al sentir un enorme dolor en su hombro.

—¿hace cuanto te operaron? — pregunto Iván ayudándole a ponerse de pie.