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Loki caminaba por los pasillos seriamente, veía a los agentes pasar por su lado sin dirigirle la mirada y sonrió, se sentía superior a ellos y el que no le vieran le hacía sentir muy bien.

Paso por la habitación de Matías y le dio una rápida mirada antes de seguir su camino.

La esfera donde lo tenía era resistente aún, los poderes de la gema estaban en una especie de descanso después de haber atacado a Maya.

Estaban a salvo por ahora.

El Dios había cuidado de Maya esos cuatro días, no se separaba de ella en ningún momento, le agradaba su compañia. Más de lo que le gustaría admitir.

Entro a la habitación de la psicóloga y borro la pequeña y casi invisible sonrisa que tenía en sus labios.

— ¿Que estás haciendo?

Maya tenía varios cuadernos sobre la camilla y el suelo, ella yacía muy concentrada en una llamada, caminaba con difícultad ante el dolor de sus costillas de un lado al otro, sin detenerse.

La mujer al verle alzo una mano pidiéndole que espere, el rodó sus ojos y paseo por el cuarto tomando los libros y leyendo los títulos.

—¿Podria agendar una cita lo más pronto posible? Si, es para mi hijo, tiene cuatro años.— espero una respuesta y anoto algo en un cuaderno, al parecer no le gusto lo que obtuvo por lo que hizo una mueca y tacho lo que acababa de escribir.— Agradecería que le comentará mi caso, es de suma importancia, si, claro, gracias.

Maya suspiro y tirando el celular al sofá se sentó en la camilla enredando sus manos en su cabello frustrada.

— Con quien hablabas?

La voz de Loki le hizo enderezarse, limpio sus lágrimas de frustración.

— Un médico cirujano. Quería que viera el caso de Matías.

— Un midgardiano por más profesional que sea no podrá con eso.— negó Loki tratando de ser amable.— Estamos hablando de una gema del infinito Maya, pocas personas pueden tocarla.

— Lose. — froto su rostro.— Lose, solo que....no puedo quedarme sin hacer nada, ver a mi hijo en esa cosa me hace sentir dolor, el debería estar jugando con sus cosas, no estar cautivo, es solo un bebé.

— ¿Fury ha dicho algo?

Ella negó viendo el suelo, Loki dejo un libro de lado, hizo una mueca, no le agradaba ver a Maya en ese estado, y debía admitir que extrañaba al pequeño monstruo revolotear a su alrededor.

Además, Fury no había dicho nada desde hacia días, ni siquiera James. Thor y el capitán no habían vuelto y no había manera de contactarlos.

Estaban en blanco.

Hasta que una idea paso por la mente del Dios, que dudo al hablar, lo pensó múltiples veces, sabía en el problema que se metería y quizá solo sea una perdida de tiempo, pero Loki odiaba ver a Maya de esa manera.

La puerta se cerró de un portazo, sobresaltando a la castaña, está vio que Loki se asomaba por la mirilla y volteó a verla de inmediato.

— Hay alguien a quien no hemos recurrido.— murmuró solo para que ella escuchara.— Pero solo tú irás con el, mi rostro no es bienvenido allá.

— No puedo salir del edificio.

— Lose, yo te llevaré y te traeré de vuelta sin que lo noten.

— Estás detenido hasta que todo acabe.— trato de hacerlo entender.

— ¿Soy el dios del engaño recuerdas?

—Que hay de Matías?

— Yo lo cuídare.— tomo sus hombros, puede que sea la última oportunidad que tengamos, así que se rapida y esperemos que no se niegue a ayudarnos.

— ¿De quién estás hablando?

Loki negó levemente al oír pasos cerca.

— Tienes que tomar la llave que Thor tiene en su habitación. Después me quitarás el brazalete, te llevo allá y cuando vuelvas me lo pondré de nuevo.

Ella le vio dudosa.

—  ¿Como se que no te aprovecharás de esto?

— Por que te doy mi palabra.— ella entrecerró los ojos.— También por que existe la posibilidad de que si me voy Matías despierte y nos mate a todos, feliz?

Ella rodó sus ojos y asintió.

— Iré, y volveré.

—Nadie más que tú y yo debemos saberlo.

Ella asintió y salió de la habitación, Loki revolvió su cabello nervioso, sabía el gran problema en el que se metería si odin notará que no traía el brazalete, pero al ver la mirada esperanzada de Maya le hizo darse cuenta que valía la pena.

******

Maya camino tranquilamente por las instalaciones, la llave que había tomado minutos atrás estaba en los bolsillos delanteros de su pantalón, y sentía que está quemaba, estaba profundamente nerviosa, y esperaba no arruinar todo.

Se detuvo frente a la habitación donde estaba su hijo y tocó el vidrio que los separaba, su pecho dolió de nuevo, lo tenía que salvar para acabar con todo ese martirio.

Se prometió que después de eso, se irían lo más lejos de todo para que nadie los volviera a encontrar.

Beso su mano y la pego a la ventana, soltando un par de lágrimas.

Lo hacía solo por el.

Entro a su habitación encontrando a Loki con un cuaderno en sus manos, leía intensamente y mordía su dedo pulgar.

Al verla, se acercó y cerró la puerta.

— La tienes?

— Si.— la saco, era una llave pequeña de color dorado con un rubí al costado, era bastante pesada.— Ahora que?

— Quítame esto.

Levantó las mangas de su camisa, mostrando el brazalete de color dorado de su muñeca, ella dudo de nuevo.

— Que tan mal nos irá si nos descubren?— susurro, Loki le vio.

— No tengo nada más que perder.— admitió sincero.— Después de esto me devolverán a mi celda por siempre.

— Oh.

— Pero no importa.— acercó su nuñeca a Maya.— Hazlo.

Ella suspiro y encajando la Pequeña llave en la herradura, soltó el brazalete, Loki sobo su brazo y casi de inmediato tomo a Maya de la cintura y les hizo desaparecer en una especie de humo azulado.

Cuando Maya abrió sus ojos, noto que ya no estaba en su habitación, si no enfrente de un edificio enorme, se soltó de Loki que veía el lugar tranquilamente

— Volvere por ti en una hora.

Iba a desaparecer cuando ella lo detuvo.

— ¿A quien se supone que estoy buscando?

Loki se preparo para teletransportarse de vuelta con Matías, vio a Maya y respondió.

— Stephen strange.

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NO COPIAS NI ADAPTACIONES

MAJO

Analizando al enemigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora