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Había pasado un mes desde que habían conseguido que el mismísimo Stephen strange se presentará en las instalaciones.

Maya le suplico que no mencionara su estadía allá, y strange accedió al hacerle prometer que no lo culparía en caso de que algo saliera mal.

La joven madre, rezaba todas las noches, y estuvo presente en cada junta, en cada estudio sobre su hijo, apartandola cada vez más del Dios del engaño, que comenzaba a molestarle su ausencia.

Una noche, cuando maya salió de una de las reuniones que strange hacia para planear un simulacro de cirugía junto a doctores especialistas. El hechizero supremo le detuvo justo cuando iba por la sala, que se encontraba vacía a altas horas de la noche.

— Maya.

Ella volteo, y sonrió cansada al hombre, que saco de su bolsillo un pequeño saco color camil, se lo dio en las manos con cuidado.

— Son las tarjetas y las llaves que nos diste.

— Es mi pago por todo lo que estás haciendo.— maya trato de devolverlo pero Stephen negó apretando las cosas levemente contra sus manos.

— Es mi deber proteger. Recibir un pago no está en mis planes.

— Debo agradecerte de alguna manera! Cuando mi niño este de vuelta, me iré lejos de aquí y no pienso volver.

El hechicero colocó una mano en el hombro de maya con media sonrisa.

— Podría ayudarte en eso. Conozco una realidad en la que eres presidente...

— Espero que estés bromeando.!— ambos rieron, maya suspiro y al ver la hora sonrió.— Tengo que darle las buenas noches a Matías.

— No lo hagas esperar más.— se hizo a un lado y creo una reverencia.— Adelante damisela.

Maya río divertida y antes de irse, beso su mejilla.

— Gracias, strange.

Y finalmente la chica se alejó del hechicero que se quedó en silencio viéndola partir y perderse en la oscuridad de los pasillos.

Mientras que un par de ojos gélidos y fríos, veían al hechicero con odio, soltó una especie de gruñido y desapareció entre las sombras antes de ser visto.

Maya entro a la habitación de su hijo, y su pecho se encogió al verle dormir bajo aquella pequeña cúpula verde, soltó un suspiro y acaricio los barrotes de la cuna que lo rodeaba.

Se habían cumplido ya dos semanas sin tocar a su bebé, y la espera la estaba matando, la castaña deseaba que llegara el día para salir de ahí y poder estar con su hijo como una madre normal haría.

Le dio otra mirada a su pequeño y salió de la habitación para ir a la de al lado, su cuerpo inmediatamente se relajo al entrar y estaba a punto de quitarse los zapatos cuando la puerta fue cerrada fuertemente haciendo que ella se sobresaltara en su lugar, vio asustada a Loki que se acercaba con la mirada más seria que jamás le había dado.

— ¿Qué sucede?— El Dios no respondió.— ¿Estás bien?

— Acaso yo no te he ayudado?— Murmuró con voz ronca, maya no entendía nada.

— De que estás hablando?

— Te he dado todas mis posibilidades y no recibo nada a cambio!— casi grito, se mostraba la indignación en su voz, simplemente no podía entender por qué strange merecía recibir más que él. Si él era el que la guío a strange!

La mente del Dios estaba dando vueltas y vueltas, en miles y cientos de teorías, pero Maya le veía casi con un signo de interrogación en el rostro.

— Podrías explicarme que está pasando?— grito en susurros.—y  baja la voz!

— Quieres que baje la voz?— grito, Maya abrió sus ojos enormemente.— Olvídalo! Quiero que escuchen...

En todos los años que Loki llevaba vivo, jamás había sido callado de una manera tan mundana y repentina.

La mano de maya yacia en los labios de Loki, y su otra mano lo había empujado contra la pared, deteniendo cualquier movimiento en falso.

— Vas a despertar a Matías!— chillo cerca de su rostro sin soltarlo.Loki trato de hablar, pero Maya rodo sus ojos y lo empujo a la pared.— Te soltaré si te bajas la voz, está bien?

Loki entrecerró sus ojos en su dirección, viéndole con molestia e indignación, pero asintió tras varios segundos.

Maya le soltó lentamente, amenazando con volver a callarlo si alzaba la voz. Ella sacudió sus manos y se alejó de él.

— Ahora. — prosiguio la psicóloga.— ¿Podrías explicarme por qué tanta molestia?

—Oi tu conversación con strange.— hablo con repulsión. Luego limpio sus labios.— Tocaste su cara y tapaste mi boca con tus manos, iugh

Ella rodo sus ojos.

— Escuchar conversaciones ajenas es malo, Loki.

— Soy un Dios. Puedo hacer lo que sea. Y lo que no entiendo, es por qué no he recibido un gesto de gratitud de tu parte. Por mi Matías está a salvo.

Los ojos de confusión de maya, se calmaron al entender y sonrió tiernamente.

— Y lo agradezco de todo corazón, créeme.

— Eso es todo?— pregunto al ver qué ella se quitaba sus zapatos.

— Que más quieres?

— Mi cetro.

— No tengo idea de dónde está tu cetro. Pero puedo dibujar uno si deseas.— bromeó sacando su pijama de un cajón.

— Estoy hablando enserio maya.

Ella sonrió, se acercó a el lentamente y, se puso de puntillas para después besar su fría mejilla, Loki se quedó mudo.

— Estoy hablando enserio Loki, no hay cosa material que te pueda dar para agradecer todo lo que has hecho por mi.— Murmuro.— Buenas noches, Loki.

El dios le vio alejarse hacia el baño, y llevo una mano a su mejilla, sonrió de lado y antes de que ella pudiera entrar, el la jalo del brazo devolviéndola para que chocará contra su pecho.

Maya le vio confundida y Loki, tomando su barbilla con sus dedos fríos, beso sus labios con fervor, calmando la necesidad de besarla que había sentido desde que la había conocido mejor.

Maya abrió sus ojos sorprendida, y sintiendo el intenso golpeteo de su pecho, y de su cerebro gritando el peligro en el que se estaba metiendo, lanzó la prenda de la pijama que había tomado anteriormente y entrelazó sus brazos sobre su cuello, para besarlo con la misma intensidad.

Quizá se arrepentiría al día siguiente, pero en ese momento, Maya no tenía su mente despejada.

✨✨

VOLVIII.

Que les pareció?

Próximo capítulo y quizá maratón.

Quédense en casa, y si tienen que salir por necesidad tomen las medidas necesarias.

NO COPIAS NI ADAPTACIONES

MAJO

Analizando al enemigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora