☆00☆

797 70 2
                                    

Ahí estaba, Min YoonGi a las siete de la noche empacando sus cosas, para por fin irse de Daegu. Si, gracias a su mente prodigio -según sus maestros- logró conseguir una beca completa al hacer su exámen de ingreso a la Universidad, puesto que era la nota más alta para su carrera, logrando los completos cien puntos, si, una mente prodigio, y Min lo sabía.

Se iría a la Universidad Nacional de Seúl, una de las mejores de toda Asia, que decir, sus padres estaban muy orgullosos de él, tanto así que le hicieron una pequeña cena invitando a sus maestros y algunos ex-compañeros, por supuesto que al peligris no le parecía nada agradable la idea, puesto que no era de ir a celebraciones o fiestas, simplemente no era de su agrado, prefería estar en calma, escuchando música en su habitación, o componiendo una que otra canción, porque, aparte de ser un genio, era un muy buen compositor, de raps generalmente. Vendía éstas letras a precios muy bajos para conseguir algo de dinero, su familia era de bajos recursos, por eso había elegido una carrera un tanto difícil, producción, para así poder ayudar a sus padres, pagándoles así todo lo que habían hecho por él.

–¡Uff! Por fin...– El de ojos gatunos se tumbó en su cama  dejando escapar un suspiro pesado. –¿En serio todo esto es mío? Debería de haber limpiado mi habitación antes y tirar toda esta basura.– Si, debió haberlo hecho, aunque su habitación siempre estaba ordenada tenía "basura" Según él, objetos que guardaba de los regalos que le daban sus tíos, abuelos, incluso maestros por su buen rendimiento o celebraciones importantes como Navidad, Pascua o su cumpleaños -Que para él, eso no era muy importante.- los guardaba por simple respeto, porque nada de eso era su estilo. –Bien... Saquemos toda esta chatarra...– Se levantó de su cama con desgano levantando dos bolsas de plástico negras dónde había botado todo lo que no se llevaría con él a Seúl.

Cuando iba pasando por la sala su madre hablaba con su padre. –Y-Yo, estoy m-muy feliz por él...– Habló su madre con la voz entrecortada mientras sonaba sus mocos con una toallita. –No podíamos... Ya no podemos... Son demasiadas deudas.–Agregó, Min escuchaba todo con nostalgia. –No importa, no me importa no comer, ¿Pero él? ¿Cómo lo dejaría sin comer? No podría atreverme, es mi niño, no lo dejaría pasar hambre...–

La mujer se oía destrozada completamente, el varón frente a ella solamente le consolaba soltando una que otra lágrima, el pálido sonrió con nostalgia cerrando sus ojos y suspirando. –Yo los sacaré de todo esto... Algún día...– Musitó. –Algún día, solo... Solo tenganme paciencia...– Min exhaló todo el aire que no sabía que estaba conteniendo para ir a tirar los cachivaches que estaban dentro de las bolsas.

Entró a la sala  y le sonrió a sus padres, los cuales lo miraban con tristeza. –YoonGi... ¿Vienes recién?– El mencionado asintió.

–Si, solo bajé a tirar éstas cosas... ¿Por qué tantas lágrimas?– Se hizo el desentendido, pero su madre sabía muy bien que no era así, su hijo siempre los comprendió, siempre, no replicaba cuándo les pidió un carrito a los siete años y no se lo dieron, o cuando cumplió trece, que pidió una bicicleta, su hijo siempre había sido fuerte, agradecía tener a YoonGi como su hijo, los amaba aún estando en su situación, y la señora Min estaba agradecida por ello, aunque su hijo no lo demostraba muy seguido, sabía que lo hacía.

–Oh, nada, solo hablábamos de como será no ver a nuestro pequeño en las mañanas ya.– Min sonrió con dulzura y tomó la mejilla de su progenitora dejando las bolsas en el suelo.

–Mamá, voy a volver, nunca los dejaría solos, lo prometo.– La mujer comenzó a sollozar más fuerte abrazando fuerte a su niño, el más grande de todos se unió al abrazo, tomando a su mujer y a su hijo con dulzura.



{...}

Por fín, el día había llegado. Se despidió de sus progenitores soltando algunas lágrimas en el proceso. –Hijo, cuídate mucho, por favor, mantente en contacto.– Dijo la mujer sonriendo a la vez que besó a su hijo en la mejilla.

–Pórtate bien, muchacho.– Su padre le sonrió con nostalgia, luego de varias palabras y lágrimas derramadas, el pálido se vió obligado a entrar al avión. Dónde su "amigo" Lo esperaba.

–¡YoonGi hyuuuung~!– llamó su dolor de cabeza, Taehyung, saltando de su asiento. Se conocían de pequeños pues vivieron en el mismo barrio toda su vida, según Min, el pequeño era una garrapata para con él. 

–Espero que cumplas la promesa de dejarme tranquilo todo el camino, mocoso.– Ignoró que el más pequeño quería darle un abrazo. Kim Taehyung iría con él a Seúl, no por sus buenas notas, sino que solamente era por capricho, y seguir a su queridísimo hyung en su viaje, Kim tenía estabilidad económica así que podía irse sin problemas. A pesar de haber visitado la casa del menor algunas veces, el peligris nunca deseó nada de lo que su compañero tenía. 

–Entendido, lo dejaré dormir hyung.– El pelinaranja se sentó al lado de su mayor tratando de no hacer bulla, pues sabía que si despertaba a su amigo de su siesta, capaz y lo aniquilaba. Taehyung era menor que YoonGi solo por unos meses, nueve, para ser exactos.



{...}


–¡Es muy grande!– Comentó un emocionado Taehyung viendo la parte delantera de la que sería su nueva universidad. 

–Si, ahora vamos a las habitaciones, tengo sueño.– YoonGi bostezó y Taehyung lo miró con incredulidad. 

–¿Es en serio, hyung? Venías dormido todo el camino.– 

–Como sea, solo vámonos.– Dijo el mayor sin ganas, comenzando a caminar hacia el campus para instalarse en la que sería su universidad, seguido de un Taehyung bastante contento, mirando todo a su alrededor, como si de Narnia se tratase, el peligris sonreía levemente al ver a su menor con los ojitos ilusionados con los cuáles miraba a su alrededor. Aunque Min no le gustaba admitirlo, le tomó mucho cariño al chico junto a el.

Cuando retiraron las llaves de su nueva habitación pasando por la recepción, se dirigieron inmediatamente a la misma. Al llegar, el pálido dejó su equipaje al lado de su cama y se tumbó en esta. –Ahh, pon fin.– Dejó escapar un suspiro mientras sonreía con sus ojos cerrados. Taehyung lo miró y también sonrió, debe aceptar que su hyung es demasiado apuesto, tenía las facciones tan finas, que fácilmente lo confundirían con una chica.

 –¿Quieres que te despierte mas tarde?– Preguntó el pelinaranja hacia su mayor, el cual negó y se acomodó en la cama para dormir a gusto. Taehyung solo sonrió y empezó a desempacar sus cosas. Cuando terminó, también se dispuso a dormir, el viaje había sido un poco agotador. 

Tú no eres mi Holly. •||• Yoonseok/Sope.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora