Vivías a cinco minutos de aquí en autobús y a quince caminando.
Tu corazón siempre estaba en la esquina siguiente, y en el patio de tu casa residía un vacío más grande que el de tu alma.
Mis manos nunca podían alcanzarte, ni siquiera cualquier cosa que anhelaras de la alacena.
Y en tu cuarto no cabían tantas heridas, mucho menos mis ganas de curarlas.
Vivías a cinco minutos de aquí, en mi alma, pero devolverme era lo más tortuoso de todo; el dejar ir los recuerdos atascados en el grifo del agua, el olvidarme de tu dirección y mudarme.
Vivías a quince minutos de aquí caminando, pero no bastó con caminar para entender que no podría regresar
No completa...
No sin ti...
Y aún sigo buscando el camino a ese sitio que a mí me pertenecía, que era sólo mío.

ESTÁS LEYENDO
Diario de un gran vacío
Thơ caLa tristeza te hace sentir vivo, el problema empieza cuando ya no sientes nada. Estás vacío.