Diario de un gran vacío

Lluvia

No le quieres ver empaparse

Entonces te marchas en silencio

Sigilosamente

Escapando en cámara lenta como una llovizna en Mayo

Llorando eternamente como la tormenta del año

Sus ojos no te vuelven a ver con el mismo brillo

El tacto de las sábanas hubiese sido un buen recuerdo

Pero ya no lo ves,

cuando ves su rostro en verdad no lo ves

Cuando miras al pasado no le recuerdas

Pero el aroma sigue allí

Perseguido por un relámpago

Existiendo y no existiendo

Como un sueño nublado

Arrasando con todo a su paso

Dejando estelas

Choques eléctricos por todo tu cuerpo

Tal vez una rosa a la que no le sientes los pétalos más que las espinas

Pero que sin embargo extrañas

Ahora que abunda la sequía.