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Su boca se abrió en una pequeña "o" mientras se adentraba a la oficina de Jeon.
Apenas al ver la fachada del edificio sabría que el resto lo dejaría bastante sorprendido. Eran varios pisos, pero la oficina de Jeon quedaba en el segundo.
La gente caminaba de un lado a otro con carpetas y papeles en brazos, algunos se mantenían con el celular pegado a la oreja.Dándose cuenta que la vida dentro de la oficina no era muy fácil como la pintan. Solo teclear y enviar emails...
Y JungKook sí que tenía trabajo por hacer ese día, ya que estuvo escuchando un poco de la conversación con su secretaria, Mina.
Se había negado a la propuesta de JungKook de acompañarlo pero por insistencia del mayor, terminó ahí.
Ahora estaba sentado en la silla donde el pudo deducir que era especial para clientes, mientras terminaba su magdalena de maracuyá. Saliendo de su asombro y detallando el espacio, el piso de madera de roble oscuro al igual que el escritorio. Las cortinas color vino y las paredes color hueso, todo hacía juego en aquel espacio.
Apenas JungKook encendió el portátil, las notificaciones empezaron a llegar haciendo un sonido bastante molesto. Jeon se sentó en frente de HoSeok y se centró en el aparato perdiendo el interés total sobre HoSeok y manteniéndose concentrado en los correos nuevos, transferencias, nuevas empresas que necesitaban ser administradas, entre otras cosas.
Seok dejó el papel de la magdalena a un lado y sacó su celular para jugar un rato en el, tal vez Clash Royale.
En verdad no tenía ni la menor idea de porqué JungKook lo trajo. No haría nada productivo, hubiera sido mejor que se hubiera ido con Jin Hyung y Tae a pasear.
Por otro lado, Kook amaba la presencia de Jung junto a el. Le encantaba tenerlo cerca así esté sin hacer absolutamente nada, tuvo la necesidad de tenerlo a su lado en la oficina ese día. De momentos le daba una miradita al pelinegro y sonreía al ver la expresión de aburrimiento del menor.
Sus delgados labios hechos un triángulo invertido, clara expresión de disgusto por la situación.
- HoSeok
-¿Ah?- despegó la mirada del celular justo cuando terminó de lanzar una carta, para prestarle atención a JungKook.
- Sabes que puedes hablarme, estaré escuchandote...
HoSeok sonrió y su partida terminó por lo que apagó el celular y su vista rápidamente dió a los diferentes bolígrafos y marcadores en una esquina del escritorio.
Sus ojitos de iluminaron al ver tal belleza. Todos los marcadores eran sharpie acrílicos, y maldijo internamente al no dar con una y empezar a utilizarlos como si no hubiera un mañana.
Y ni hablar de los bolígrafos. Su gusto extraño hacia la papelería lo hacía único, HoSeok no podía ver simple papel decorado con flores porque ya quería diez de esos. Él piensa que otra vida fue alguien ocupado con la oficina, alguien que le tocó vivir entre el papel y tinta.