Capítulo: 19

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Lalín

Estaba súper preocupada, ansiosa y no sabría cómo decirle que extrañaba a Markon, tenía ya varios días largos sin venir al instituto. No podía saber de él porque no tengo cómo localizarlo ¡Dios necesito un celular! Porque el mío se lo dí a mi madre, en fin, ya juntaré para comprar uno. 

Pero puedo sentirte.

Aunque yo sabía que no estaba bien, bueno la visión sólo me dejó ver fuego y sentir calor eso interpretado en el mundo humano quería decir fiebre, ya he descifrado algo, mi amigo Markon tenía fiebre, delirios y sabrá Dios qué más. La visión/revelación del oráculo no me dejaba ver todo completo yo tenía que interpretar el 50 % el otro 50 restante me lo hacía ver mi poder oráculezco vale no existe esa palabreja pero las acabo de inventar. Las, porque “palabrejas” tampoco existía hasta mi creación.

—¿Lalín tienes... Facebook?

>>¡Dios mío! Pero que manía tienen de sacar a uno de sus pensamientos.

—No.
—¿Yo no sé por qué ella no se crea Facebook? —respondió Mark a sus amigos. —Créate facebook Lalín.
—Si tal vez lo haga en unas semanas, tengo unos asuntos más importantes que chatear.

Vale, tiene razón debo crearme esa red social para saber de mis amigos. De tí caramelito, aunque ya sé lo mal que estás.

No puedo verte, pero si interpretarte. Puedo saber lo mal que estás porque tenemos una conexión, de amigos, pero sirve, puedo sentir tu aura decaída pero no puedo llegar a ti. A menos no ahora. No hoy.

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Los días seguían pasando, ya hacía una semana y dos días que Markon no venía, incluso hasta celular tengo, mi padre me dió plata y pude comprar uno decente. Pero el problema era que lo busqué hasta por la red que no existe y no aparece el mendigo.

—Lalín te extrañé pequeña bestia. —Markon corre hasta mi, y me carga dando vueltas conmigo y yo apenas proceso que es él.

Me río luego de volver a mí misma.

—Yo también te extrañé caramelito. —finjo cara de tristeza, porque ahora estoy feliz por verlo. Me baja y nos disponemos a caminar. —Tenías fiebre, ¿Cierto?
—Sí... espera, ¿Cómo sabías?
—Duh, lo puedo saber casi todo, cada vez que el oráculo se activa puedo tener revelaciones.
—Sí verdad. Lo olvidaba, das miedo cariño.
—¡Oh vamos! Tú no me temes.
—Lo estoy empezando a hacer. —Ambos nos reímos, mientras lo arrastró hacía adentro de la institución educativa.

Vimos a Mark y nos detuvimos. Mi amigo y mi novio se saludaron, y pues yo igual lo saludé pero como si fuésemos amigos. Nosotros seguimos utilizando el mismo saludo que cuando éramos amigos: besos y abrazos. Aunque ya media institución sabía de lo nuestro.

—¡Oye Markon! ¿Por qué faltaste tanto?
—Estaba muy enfermo.
—Sí, eso me estaba contando Markon, que estaba muriendo de fiebre.
—Estar así es de lo peor.

Caminamos y entramos a mi sección, y Mark vino con nosotros no habían tantos alumnos en su clase, algunos estaban pasillándo. Tomé una silla y me senté al revés como se sientan los chicos, y Mark se sentó detrás mío como si estuviesemos en una moto.

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Una vez más yo estaba a solas con Mark, ya se había convertido en tendencia juntarnos en mi aula, con tan sólo verlo cerrar la puerta mi cuerpo convulsiona por los nervios. No entiendo mi reacción hacía él, no entiendo por qué mis nervios se disparan a tal punto de provocarme una falla en mi sistema respiratorio, mi corazón se acelera cuando Mark sin siquiera yo notarlo lo tengo en frente mío, él siempre sonreía, antes de besarme o hablarme siempre llevaba esa sonrisa tan hermosa. Le sostuve la mirada, porque yo amaba leer y conectarme con las personas, él también parecía gustarle hacerlo, lo malo era que él me ponía muy nerviosa. En mi vida dos chicos me han hecho sentir así, Allen con el que nunca pude llegar a nada y ahora Mark. No pude pensar más porque el jodón comenzó a besarme lentamente eso hizo que me concentrará sólo en el beso, en él, pero como era curiosa abrí mis ojos buscando... ¿No sé... Qué cosa? así que cerré mis ojos, los nervios son muy traicioneros, porque por estar así corté el beso en busca de oxígeno, no duré mucho tiempo porque Mark volvió a atacar mis labios nuevamente, sentí sus traviesas manos tocar en diferentes partes de mi anatomía, se sentía raro, nunca me habían tocado y eso me alarmó mucho, creó que hasta pálida me puse. Cuando sus manos viajaban por ciertos lugares prohibidos yo lo alejaba de mi un poco ya que estar entre la pared y su cuerpo hacía difícil apartarlo aunque físicamente no se veía muy fuerte él lo era, yo lo apartaba pero él era insistente y volvió a reclamar mi cuerpo. Unió nuestros labios y yo busqué su lengua a lo que él rápidamente me siguió el juego.

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⏰ Última actualización: Aug 25, 2020 ⏰

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