Capítulo 6.

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—¿Está muy pesado para ti, Kaspbrak?— bromeó Jane, mientras ella y Eddie salían a dejar al contenedor del edificio las bolsas de basura.

Eddie frunció el ceño en una expresión irritada.

—Cállate.

—Uy— rió Jane de forma burlona.

Después de depositar las bolsas en los contenedores, Eddie no pudo evitar preguntar:

—¿Por qué te quedaste?

Jane ladeó la expresión.

—¿Eh?

—¿Por qué te quedaste a ayudarnos?— y luego agrega:—Digo... El baño parecía la masacre del hombre lobo y tú... tú no ayudas a nadie sin motivo...

¿Qué pretendía Eddie Kaspbrak con esa maldita pregunta?

—Se supone que estoy con su pandilla para evitar que Henry Bowers me pille sola, ¿no se los había explicado ya?— alzó una ceja.

Eddie comenzó a enrojecer y Jane no comprendió porqué.

—¿No tienes... miedo?

Miedo.

—¿De qué? ¿De la sangre en la par...— Jane se interrumpe al ver la expresión de Eddie—. Un momento, tú viste algo también...

—No, yo...

—Eddie, viste algo, ¿verdad?

Eddie arroja las bolsas de basura en el contenedor y habla sin mirarla (porque no es bueno mintiendo y si la mira se delataría):

—No... No sé de que estás hablando.

—¿Asustado, Kaspbrak?— Jane intenta bromear un poco con la ironía para bajarle la tensión a la conversación, pero logra el efecto opuesto.

—Oh, ¿bromeas? ¡Por supuesto que lo estoy! ¡Estoy aterrado!— Eddie hace unos ademanes con las manos, alterado. Su respiración comienza a volverse silbante—. Es decir, ¿tú no?

Jane abre la boca para decir "Obviamente no", pero se le atascan las palabras. Miedo, ¿cuándo fue la última vez que lo sintió? ¿lo siente ahora?

—No tengo razones para tener miedo, yo no he visto nada— mentira, mentira, mentira.

Eddie jadea. Apoya la espalda en el contenedor de basura.

—Mierda, asma— masculla.

Jane aprieta los labios, y es mientras Eddie Kaspbrak rebusca en su cangurera su inhalador y respira entre jadeos que ella lo observa de verdad por primera vez.

Eddie tiene el cabello castaño, una nariz pequeña (como todo el resto de él) y unos ojos en un intenso color miel. Si baja un poco más puede ver sus labios, rosados, levemente agrietados. Y están sus pecas, salpicadas en sus mejillas como chispas de chocolate.

Es la primera vez que Jane lo observa de verdad, y siente una especie de retorcijon en el estómago.

A Eddie se le resbala el inhalador de las manos. Está agitado.

No los ayudes, no son tus amigos.
Pero Jane se acerca rápidamente a recoger el inhalador y devolverselo a Eddie, quién se lo lleva a la boca y aspira profundo.

—Gracias...— le dice Eddie cuando ya puede hablar de nuevo.

—Vah— Jane desvía la mirada, intentando demostrar desinterés—. Sólo volvamos ya, aquí huele a mierda— señala el contenedor de basura y Eddie suelta una risita algo cansada.

Fear | Eddie Kaspbrak.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora