Capítulo 10.

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Bill voltea a mirar a Jane como si la respuesta a su pregunta fuera obvia.

—No los obligaré a venir conmigo— afirma, antes de salir pedaleando rápidamente.

Todos saben que se refiere a la casa Neibolt.

—¡Espera, Bill!— lo llama Beverly, pero es inútil, el tartaja ya ha desaparecido de la vista de todos.

—Mierda— masculla Richie.

—No podemos dejarlo ir solo, tenemos que seguirlo— afirma Beverly con decisión—. ¡Vamos!

Pero Jane Alestair tiene otra opinión, que se ve demostrada cuando, mientras todos corren a sus bicicletas, ella no se mueve de su lugar. Eddie es el primero en darse cuenta, y se la queda mirando casi con desesperación.

—¿Jane?

—Es una locura y tú lo sabes— afirma Jane, reacia—. Solo haremos que nos maten.

—Tienes que venir, tenemos que ir todos— le pide Beverly, inquieta.

Jane cruza los brazos por sobre el pecho y niega con la cabeza.

—Es suficiente, hasta aquí llegué.

—Jane— Mike da unos pasos hacia ella.

—Por favor— agrega Ben.

Stanley solo la mira. Jane nota que en parte él también quiere quedarse.

Richie rueda los ojos.

—Olvídenlo, ¿no se lo esperaban o qué? Es una traidora— dice con mordacidad, ajustándose los lentes—. Solo le importa ella misma.

Jane aprieta los labios. En parte, tal vez Richie tiene razón, pero hay algo en su interior que es mucho más profundo que solo el miedo a morir. Estaba empezando a sentir, a confiar de nuevo, y si va con ellos y los pierde... No, no quiere volver a pasar por lo que significa perder a alguien que te importa.

Richie y Beverly suben a sus bicicletas. Mike le da una última mirada a Jane y los sigue. Ben, Stan y Eddie se le quedan mirando un poco más.

—¿De verdad tú no...?— Ben no acaba la pregunta, pero está implícita.

—Tampoco deberían ir, ¿quieren morir?— Jane mira directamente al judío—. ¿Stan?

—Yo... Es Bill, no puedo abandonarlo— desvía la mirada, se nota que está temblando.

—Son nuestros amigos, y Bill nos necesita— afirma Eddie para rematar.

Jane recuerda la sonrisa de su hermana y la promesa que salía siempre de sus labios: "estaremos juntas". Debió saber que nadie podía prometer algo así. Aunque, si hubiera tenido la oportunidad de hacer las cosas distintas y no dejarla sola, ¿lo habría hecho?

—Maldita sea— masculla, cuando Eddie, Stan y Ben ya se están subiendo a sus  bicicletas—. Los odio.

Se sube a su bicicleta y pedalea rápido junto a Stanley, Ben y Eddie para alcanzarlos, para alcanzar a Bill...

Porque no puede perdonarse cometer el mismo error dos veces, y ya no puede abandonarlos.

....

Al llegar, Jane baja ágilmente de la bicicleta y la deja de pie acomodada a un lado, en caso de que tenga que salir huyendo.

Bev y Richie se toman un instante para mirarla, algo sorprendidos de que esté allí.

—¿Qué?— pregunta ella alzando una ceja.

—Gracias— Beverly le sonríe.

Fear | Eddie Kaspbrak.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora