GANADOR WATTYS 2017. Alyssa ha sido desgraciada la mayor parte de su vida. Con un padre déspota y malvado, se ve obligada a casarse con un hombre mucho mayor que ella, al que odia.
Durante sus años de sufrimiento lo unico que consigue hacerla fel...
Grace bajó corriendo a la cocina. Necesitaba contactar con Aaron, decirle lo que Rylan y Alyssa planeaban tan pronto como pudiera. Era su única oportunidad de poder permanecer allí.
Pero en el instante en el que sus pies llegaron a esa sala cálida y oscura, los ojos de las diez mujeres que trabajaban ahí se dirigieron a ella. Y no de forma agradable, precisamente.
—La señora Alyssa nos ha dicho que no puedes estar aquí —le increpó una lavandera.
Grace se giró hacia ella con los ojos entornados.
—Cállate, puta.
Y entonces el primer huevo le estalló en la nuca. No había sido la lavandera, sino una de las mujeres que trabajaban en la cocina.
—Largo del castillo. Eres el mal de estas tierras.
Otro huevo.
Y un chorro de leche agria en la cara. Una mujer incluso se acercó y le lanzó harina por el cabello. En menos de un minuto, Grace estaba recubierta de comida y apenas veía.
—Déjanos vivir en paz, Grace —le exigían—, márchate de una vez por todas de este lugar.
—Tienes lo que te mereces, lo que te has ganado.
Grace salió por la puerta del servicio con dificultad, pues los gritos parecían meterse dentro de sus oídos y quemarle las sienes. La comida le escurría por el rostro y el olor era nauseabundo. No podía entrar de nuevo, si no quería que los huevazos se convirtieran en golpes y tuviera que salir con un ojo morado.
Aaron había llegado aún y quedarse allí esperándolo sería un riesgo, pues, si cualquiera de los criados del castillo la veía, podrían atacarla de nuevo. Grace llevaba años llevando información de un lado a otro, no solo de la familia Seymour sino también de todos los que trabajaban allí. Varios sirvientes habían perdido su trabajo por su culpa, así como había causado infinidad de conflictos anteriormente.
En ese momento, a Grace solo se quedó una solución y lo sabía: marcharse de allí antes de que la tormenta que sea adivinaba en el cielo, a lo lejos, llegara hasta ella. No podía arriesgarse a que cualquiera de los habitantes del castillo se decidiera a tomarse la venganza que le debía por su mano ahora que estaba desterrada.
Ya casi hemos llegado al final de esta historia <3 Esta misma semana tendréis el siguiente capítulo, ¡estad atentas!
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