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Capítulo 20: Entre el silencio y la tormenta.

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-Hasta un memento que cambió toda mi vida. Hasta esa persona que entró como la tormenta más grande de la historia, destruir todo lo que creía que era imposible.

Hasta que llegaste tú...

Baekhyun no pudo ver a Kyungsoo a través de la película de lágrimas en sus ojos. En su primer encuentro, Baekhyun había tenido la vaga impresión de que quienquiera que fuera este vampiro, sabía cómo se sentía la soledad. Había estado escrito en sus ojos. En aquel entonces, la situación y su odio inherente lo habían mantenido ignorante de un simple hecho: había visto su propia soledad reflejada en los ojos de Kyungsoo, pero no lo había reconocido. O eligió no hacerlo.

Hasta este momento, Baekhyun no había comprendido exactamente cuán profunda y desgarradora había sido la vida de Kyungsoo. O su muerte.

Toda su vida, e incluso después de la muerte, había estado esperando que alguien borrara su soledad. Baekhyun se tragó los gritos que querían salir. Kyungsoo estaba observando el techo, una mano jugando con el cabello de Baekhyun. Todavía no se había dado cuenta de cuán afectado estaba Baekhyun por su historia. Me había estado esperando.

Incluso mientras trataba de mover la cabeza para que sus lágrimas pudieran desaparecer en la almohada, todo el cuerpo de Kyungsoo se quedó quieto y su mirada se dirigió a la cara de Baekhyun. De inmediato, la mirada lejana se disipó y todo el ser de Kyungsoo se centró solo en Baekhyun. La preocupación, el miedo y la tristeza surgieron. Baekhyun no podía respirar, no podía creer que a alguien le importara tanto.

-Hey- suspiró Kyungsoo, limpiando suavemente la cara de Baekhyun con el pulgar. -No llores, amor. No soy la persona que era antes, sabes. Pero mi vida ha cambiado para siempre ahora que te tengo. Taekwoon ... sus sueños ... ya no son míos.

Baekhyun intentó sonreír. Pero su corazón se estaba rompiendo por Kyungsoo. -No es por eso ... no estoy triste por lo que has hecho, por qué tuviste que pelear. Eso no me importa.

Kyungsoo frunció el ceño e inclinó la cabeza de una manera que Baekhyun le estaba volviendo dolorosamente familiar. No pudo evitar acercarse, agarrar a Kyungsoo en un abrazo protector. Confundido, pero feliz, Kyungsoo lo permitió.

Respirando el cabello de Kyungsoo, Baekhyun susurró: -Estoy triste de que hayas tenido que pasar por eso solo. Ojalá ... te hubiera conocido hace mucho tiempo ...

Kyungsoo se estremeció, y luego Baekhyun sintió sus frías lágrimas en su piel. Lo abrazó aún más fuerte, silenciosamente prometiéndose a sí mismo. Te voy a mantener feliz. Cada vez más para compensar todos esos siglos.

-Pensé que ... me odiarías después ...- sollozó Kyungsoo, su voz insegura contra la piel de Baekhyun, -después de que supieras todo ...

-No ... no, nunca ... nunca te odiaré ...- le aseguró Baekhyun. Había intentado odiar a esta persona, mucho. Pero cada vez ... todo explotó en su rostro. -No puedo odiarte más. Es imposible ahora.

-Gracias- Kyungsoo se atragantó. Parecía un peregrino en un altar. -Muchas gracias...

Baekhyun sonrió. Una espada. Kyungsoo pensó en sí mismo como una herramienta para matar. Pero ahora, Baekhyun no podía pensar eso. Kyungsoo nació siendo un guerrero. Murió siendo un guerrero. Y había estado viviendo como guerrero hasta ahora. Un guerrero solitario sin hogar para llamar suyo.

Como yo.

Pero ya no importaba. Porque ahora estaba claro. Estos guerreros, se habían encontrado. Ellos vendrían a casa.