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Capítulo 24: Que seamos nosotros.

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Jaehwan recurrió a la artimaña de preguntar por Baekhyun. Se juró a sí mismo que esa era la única razón de su llamada. Que ya no echaba de menos al Rey después de pasar una dulce velada juntos. No había sido una noche planeada. Después de lo que sucedió en la sala de reuniones, y su decisión precipitada y repentina de hacer lo que su destino exigiera, Jaehwan se encontró conduciendo a la mansión justo cuando terminaba su turno en la oficina. No se dio cuenta de su dirección hasta que fue demasiado tarde, y el Rey, Taekwoon, se permitió pensar su nombre, estaba de pie al comienzo de la entrada, casi como si lo hubiera estado esperando.

Habían entrado. Y habló como si nada hubiera cambiado. Pero todo cambió, ahora que Jaehwan lo pensó. Esa pequeña distancia profesional que tenían ahora se había ido. Su conversación estaba cargada de tensión no resuelta y comentarios francos. Sin mencionar que Taekwoon había estado sonriendo todo el tiempo.

Y una vez que fue demasiado fingir que no estaban pensando en su beso, y que no querían volver a hacerlo, Taekwoon lo acercó al sofá en el que estaban sentados. Y Jaehwan se derritió con un suspiro de alivio. Se habían besado de nuevo y Jaehwan había respirado mejor. Jaehwan no sabía cuándo terminó encima de Taekwoon, o cómo sus manos se deslizaron entre la camisa del Rey. Solo sabía que los colmillos de Taekwoon estaban fuera, y estaba resistiendo el impulso de hacer más. Se resistió tanto que Jaehwan pudo sentir los efectos agotadores que tuvo en Taekwoon.

-Déjame abrazarte en su lugar- había dicho Taekwoon. Y así como así, se habían quedado dormidos. Jaehwan no podía recordar la última vez que había tenido un sueño tan tranquilo. Y ahora, ya, extrañaba a Taekwoon.

-¿Hola?- Taekwoon dijo al otro lado de la llamada. Sonaba esperanzado, pero tímido. Casi como si esperara que Jaehwan comenzara a hablar sobre asuntos comerciales.

-Um ... Hola- Jaehwan puso los ojos en blanco porque ¿podría ponerse más incómodo? -Quería verificar la situación de Baekhyun.

Taekwoon no respondió por un momento. -¿Su situación? ¿Qué quieres decir?

Esto era un puro estancamiento, y Jaehwan lo sabía. Apreciaba que Taekwoon era el que prolongaba la conversación. -Si se ha recuperado completamente, quise decir. Y si Do-ssi se está ocupando de él.

-Está bien cuidado- respondió Taekwoon. Después de una pausa, -¿Te gustaría hablar con él?

Jaehwan solo quería hablar con el Rey, pero no sabía cómo podía expresar su deseo. -Umm, seguro.

Hubo una pausa más larga, en la que el Rey parecía estar mirando alrededor de la casa. -Bueno ... ya no están aquí.

Preocupado como estaba, Jaehwan no podía encontrarlo en sí mismo para preocuparse. Si Baekhyun estaba con su compañero de vida, entonces era una mierda de suerte. -Veo.

Se quedaron en silencio entonces.

-Si eso es todo ...- se aventuró Taekwoon.

-No lo es- jadeó Jaehwan. Fue demasiado. Demasiado. -Por favor...

-No digas cosas así, Presi- susurró la voz de Taekwoon. -O podría comenzar a esperar.

Jaehwan sonrió. Esperanza. No fue tan malo. Entonces él dijo: -Por favor, ven.

Taekwoon sonaba ahogado. -¿A-a la sede?

-No, a una dirección que estoy a punto de enviarte.

-Estaré allí.

Jaehwan desconectó la llamada. Tecleó la dirección y se la envió al rey. Luego salió de su oficina.

La prisa que sintió cuando casi voló su auto hacia el destino previsto lo estaba haciendo sonreír. Quería bajar la ventanilla y gritar. Quería que el mundo supiera lo feliz que estaba. Pero toda esa prisa y felicidad se redujeron a la única conclusión decisiva cuando finalmente se detuvo fuera de su modesto hogar. Taekwoon ya estaba allí, apoyado contra la cerca que rodeaba el pequeño jardín de Jaehwan. Debe haber corrido aquí. Jaehwan salió del auto y lo cerró mecánicamente. Y descubrió que sus pies tenían una mente propia. Lo llevaron al lado de su rey.