Un comienzo

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Capítulo 1

Ahí estaba yo, la primera a las puertas del Alcampo para comprar materiales para el nuevo curso.
Abrieron y ya todos los dependientes estaban en sus supuestas cajas.
Vine en mi Ducati y mi hermana como es una cobarde pues vino unos 10 minutos más tarde en el autobús.

-¡Ojú! ¡Qué calor hacía en el autobús!- Dice mi hermana al llegar, estaba empapada de sudor.
-Eso te pasa por cabezota.- Le contesto triunfalmente al saber que yo era la más lista de las dos por ir en moto.
-Me quedan 2 años para sacarme el carnet de conducir.- Me dice mientras que yo estaba planteándome comprarme una agenda de Mr Wonderful.
-¿Tienes tu lista de materiales?.- Le pregunto y ella niega con la cabeza. Yo resoplo, ahora entiendo por qué me quería acompañar.- Tienes que ser más responsable.- La reprendo.
-Si si.- Me dice mirando una cartuchera negra. Yo pongo los ojos en blanco. El color negro no es mi color favorito.
-Mira yo creo que necesitas unos libros de física.-  Le digo enseñándole uno muy guay.
-No, gracias. Prefiero usar mi tiempo libre en no leer cosas aburridas que luego no me van a servir en nada.- Suelta un grito ahogado.- ¡Un libro de matemáticas y ecuaciones!
Mi hermana quiere ser matemática así que le flipan los problemas y ecuaciones. Yo soy todo lo contrario y soy más de letras.

Terminamos las compras y le volví a ofrecer un viaje con mi moto a casa pero se volvió a negar rotundamente.
-Vas a pasar calor.- Le digo por última vez para que usara su mini cerebro. En Jerez hace mucha calor a las 2.
-Ya me tomaré el gazpachito que hace mamá en casa.- Dice sonriendo, le encanta el gazpacho.
-Está bien, yo voy a Chiclana, he quedado con algunos amigos.
-¿Chiclana? ¿Es una isla?- Preguntó mi querida e inteligente hermana.
-Si, está al lado de Ibiza.- Digo sarcásticamente.
Ella asiente y se va a la parada de autobús.

Me pongo mi casco y emprendo la marcha hacia Chiclana.
Mierda, cuantas caravanas. Si es que me tendría que haber quedado en Jerez o haber ido con el coche de mi padre.
Después al adentrarme en la ciudad intentar buscar un aparcamiento para motos era misión imposible.
Menos mal que faltan 1o minutos para que empiecen a ir al bar donde quedamos.

Al final puedo aparcar y me bajo de la moto.
El bar es pequeño pero es una tradición el ir ahí cuando estoy con mis amigos.
-Hola.- Me saluda Lucía con Iker que han venido mucho antes para coger nuestra mesa en la esquina.
-Hola, ¿quienes vienen?- Pregunto.
-Todo el team.- Me dice ella dándome la carta para ver que hay.
Todos llegan y Alba es la última (como en otras quedadas) con Cloud que la había traído en su coche.
Nadie sabe que tengo una moto y me lo guardo para mí misma.
El camarero viene y yo pido una cerveza cruzcampo. Además de unos filetes con vino al Pedro Ximenez.
Luego para compartir pedimos todos croquetas.
Hablamos del instituto.
-Me quiero independizar.- Dice Alba poniendo pucheros.
-Yo también, me gustaría vivir en un apartamento.- Le digo compadeciéndola.
-Yo no quiero vivir con mi hermana.- Protesta Iker uniéndose a la charla.
-Yo tampoco, mi hermana es una pesada, me roba la ropa.- Protesto yo también indignada.
-Pero Iker no creo que tenga ropa de chica para que su hermana se lo robe, ¿o si tienes?- Dice Alba picándolo con cara de pilla.
Entonces empiezan a discutir y yo triste, no puedo seguir hablando con esos dos más.
Así que la otra persona con la que más confianza es Lucía así que le pregunto qué tal en la casa donde vive con su novio.
-Estamos muy bien, tenemos una casa grande.- Me explica sonriendo y enseñándome fotos de ella.
Me quedé boquiabierta, joe aquí mi amiga no se anda con chiquitas.
Menuda casa. Los mire y vi que en efecto están muy bien.
Luego hablé con Ale y Adrián.

Terminamos y nos fuimos a un parque a seguir charlando y a beber cerveza.

Luego nos despedimos y mis amigos me preguntaron cómo iba a volver y yo me inventé que iba en tren.
Tengo dos opciones: O son muy ingenuos y no saben cuándo miento o es que yo miento mejor que los políticos.
Me quedo con la segunda y muy feliz de mi misma.
-Hola cielo.- Le digo a mi Ducati.
Empieza a ronronear y entonces me voy directa a la carretera.
A Jerez, mi casa.

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