UNA NOCHE MAS//AU//compadretes y fnaf

CAPITULO 19 (maratón 4/5)

Luego de la pequeña broma por parte de sus contrarios, el peliazul estaba bastante molesto, y con razón ya que luego de las disculpas y más carcajadas del Golden Retriever, no pudo pegar un ojo.

MIKE:Amé tu expresión…

Exclamó divertido, la imagen de su amigo sobresaltado no se eliminaba de su cabeza. El pelinegro se unía a la cargada con risas renovadas al oír los recordatorios del rubio.

TROLLINO:Fue divertido…

TIMBA:Si, divertido…¡Para ustedes!

Se hallaban sentados en el escenario haciendo tiempo; o mejor dicho intentaban hacer que el de gafas oscuras se olvidará del pequeño susto, para que luego no tratase de matarlos cuando menos se lo esperen.

Al cabo de unos pocos segundos,  las risas se habían apasiguado, los divertidos recuerdos del susto del peliazul ya no causaban estruendosas carcajadas, eso sí; aún lograba sacar leves sonrisas. Algo que el peliazul agradeció internamente para luego recuperar su sonrisa diaria.

TROLLINO:Bueno…¿Qué hacemos hoy?

Preguntó con curiosidad, estaba emocionado por hacer algo el día de hoy, quizás jugar a algo o dar un pequeño paseo por el local. Los demás no estaban tan lejos de aquella idea.

MIKE:¡Juguemos!

El de corona sonrió frente a aquella palabra, su amigo siempre; y cuando nos referimos a siempre es que, sin falta pedirá jugar a algún juego sin importar las circunstancias que se presenten.

TIMBA:Ok…¿A qué?

El Golden Retriever lo pensó por un momento, su rabo canino dejo de moverse frenéticamente como si se hubiera cansado de tanta carrera, para luego finalmente sonreír alegremente.

MIKE:¡Al ahorcado!

Exclamó alegremente a lo que sus contrarios sonrieron en señal de que aceptaban, a excepción del pelinegro al cual su vista se volvió sería y sombría a cada paso en el cual el Golden Retriever se alejaba del lugar. Bajó su vista para luego llevar una de sus manos a su cuello, en lo que mientras tanto sus recuerdos le invadieron.

El peor día de su vida, más bien el último, tuvo lugar en esa pizzería endemoniada hace unos meses atrás, y regresó a ese mismo instante al ser pronunciada una palabra, quizás simple pero con un profundo significado: "ahorcado"; así es, quizás todos conozcan ese juego en donde hay un pequeño personaje a punto de ser colgado y debes adivinar la palabra secreta letra por letra, y si el claro objetivo de salvar al muñequito era errado, este moría y quién contemplaría aquella escena sería el espectador quien daría reinicio una y otra vez el juego hasta cansarse.

El joven animatronico de orbes azules, fijo su vista en la nada; no podía ser capaz de hablar y mucho menos moverse o quitar su mano de su cuello, cual lleno de vigas, cables y dispositivos fríos y sin vida, sin embargo podía jurar que por un breve período de tiempo se sintió con vida, pero no en el buen sentido, era difícil de explicar y para se más precisos, estaba en shock.

Su corazón, atravezado y muerto dentro de su traje, a pesar de no cumplir más su función de mantenerlo con vida suplicaba a gritos piedad, quería volver a latir pero los cables y vigas se lo impedían, su cuerpo atrapado aún, deseaba salir y volver a sentir la suave brisa de la tarde, sus ojos ansiaban con volver a ver y contemplar los paisajes, flora y fauna del mundo, pero en respuesta a todos sus anhelos eran cortados en seco por su estado y recuerdos, su familia, amigos e incluso mascota; deseaba mucho acariciar a su muy querido amigo de cuatro patas y recibir algo de cariño, un abrazo, al menos por una vez más, aunque sea una última.

Regresando al presente, el peliazul batía su mano delante del de corona, frente a sus ojos y bastante cerca de su nariz en un intento de recuperar la atención pérdida hace apenas unos instantes atrás, movía su extremidad en un rápido y continuo movimiento de arriba hacia abajo, mientras decía unas palabras imposibles de captar por el pelinegro, quien después de varios segundos sacudió su cabeza, alejó su mano y observó al peliazul quien al darse cuenta de que había captado su atención rápidamente habló antes de que su amigo volviera a hundirse en sus pensamientos.

TIMBA:Trollino a tierra…Trollino a tierra…¿Estás ahí?

TROLLINO:¡Si!…si, si ¿Que te pasa?

El ojigris se encontraba a su lado, había retirado su mano para luego posar sus ojos en su contrario.

TROLLINO:Si, nada todo está bien…solo estaba pensando.

No quería preocupar más de lo usual a sus amigos, tenía muy en claro de que ellos también estaban sufriendo y que al igual que él, ellos tuvieron una familia, un hogar antes de toda esta historia en el local, pero lo último en su lista era alarmar y preocupar a sus compañeros en vano. Así que decidió mantener en secreto su reciente recuerdo que por suerte había terminado.

TIMBA:¿En qué?

Sus vistas se cruzaron, el joven labrador todavía no regresaba así que decidió inventar una mentira piadosa y de esa forma evitaba tocar aquel tema que le generaba dolor.

TROLLINO:En una palabra para que ustedes no puedan adivinarla.

Sonrió de lado, en intento de sonar convincente, algo que logró por pura casualidad.

TIMBA:Ah…yo igual, no la adivinarás ni en esta vida ni en la siguiente.

El contrario rodó los ojos un poco molesto por aquel comentario. Lo que más odiaba era hablar de temas como ese; como por ejemplo referencias con la muerte y vida, del futuro o pasado, familia y amigos que no eran Mike o Timba, incluso el solitario. Sin embargo no decía nada a sus compañeros de sus molestias, no solo porque le dirían:"Eres un vinagrito", si no por el hecho de que no quería arruinarles la diversión a los demás.

TROLLINO:"Ya estoy pensando cómo el Solitario".

Se dijo a si mismo, al ser conciente de sus pensamientos e ideas. Se estaba comportando como su amigo, quien no salía y se mantenía encerrado, apartado de todo lo conocido.

TROLLINO:"Vaya…morir por un pequeño error si que le afectó mucho". No juegues con eso…

En ese instante el joven canino regresó con una lapicera y algo de papel en su otra pata, además de que una gran sonrisa decoraba su rostro. Se acercó al escenario al trote ligero directamente en donde sus dos amigos le esperaban pacientes.

MIKE:¡Volví!

TROLLINO:Tengo una palabra que no adivinaran nunca.

TIMBA:¿Pues que esperan?¡A jugar!