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VI

- ¿Es muy solitario aquí?

- No tiene importancia

Kiran observó el tablero de ajedrez. Lif recién había realizado su jugada y ahora debía concentrarse en su siguiente movimiento. Era difícil ganar cuando también estaba concentrado en conversar con su captor de tal manera que pudiera sacarle información sin ser evidente. El principal problema eran las respuestas del general, tan ambiguas que llegar a conocerlo era casi imposible. Ya llevaba... quizá varios días, no podía estar seguro sin el paso del día y la noche o un reloj que le ayudara a saber cuánto llevaba ahí. Lif solo lo alimentaba cuando estaba despierto ¿Dormía aún a horario?

- Parece serlo... hasta ahora solo he hablado contigo, ni siquiera Hel ha venido a revisar mi estado

- La reina del inframundo delega este tipo de tareas a sus subordinados. – Explicó sin dejar de mirar a Kiran. El invocador quizá estaba concentrado en el tablero, pero Lif no le quitaba los ojos de encima salvo en su turno. Si debía ser franco, no estaba pensando tanto como debería sus jugadas a causa de eso.

- ¿Y te asignó a ti este trabajo tan aburrido? – Kiran finalmente movió su pieza.

- No es aburrido – Lif bajó la mirada al tablero – Extrañaba esto

- ¿El ajedrez?

- Podría decirse

Thrasir sabía jugar, no lo disfrutaba mucho pero lo hacía ocasionalmente y era muy buena. Sin embargo lo que extrañaba el general eran las partidas con Kiran. Siempre eran una buena ocasión para conversar y comer un bocadillo con su persona favorita, Sharena a veces los acompañaba y los tres pasaban horas y horas conversando y jugando sin preocuparse tanto por la guerra que se desarrollaba afuera. Eran momentos de paz, tan escasos en su memoria que ese tablero viejo estaba en el estatus de tesoro desde que viajara al inframundo. Extrañaba las partidas que se extendían por días, el sabor de los emparedados y la curvatura de la boca de Kiran cuando se quedaba pensando por mucho tiempo. Eso era lo que en verdad echaba de menos, y lo que de una u otra forma pretendía recuperar ahora.

- Yo extraño otras cosas de mi mundo – Intentó empatizar el cautivo – supongo que no es lo mismo

- ¿Recuerdas algo de tu mundo?

- Un poco, nada muy detallado pero recuerdo olores, objetos y edificios. Era un mundo muy distinto a este, con menos árboles pero construcciones tan altas que parecían tocar el cielo. Y podías viajar de un lado del mundo al otro en horas, volando en máquinas gigantescas que parecían dragones de metal...

Lo dejó hablar, conocía todas esas historias pero escucharlas de nuevo era como un sueño. Dejó la cabeza apoyada en su mano y se permitió de nuevo los relatos de carruajes sin caballos, dragones de metal más veloces que cualquier criatura conocida, barcos enormes que eran como pequeñas ciudades que recorrían el mundo y una red de comunicación e información tan grande que las cartas llegaban en tiempo real y las enciclopedias de todos los países, en todos los idiomas, estaban al alcance de cualquiera que pudiera "conectarse a la red". Amaba esas historias, a veces se imaginaba a sí mismo regresando con Kiran a ese mundo y lidiando con los extraños aparatos de los que hablaba. A veces, solo a veces se preguntaba si su familia lo hubiera perdonado de hacerlo. Todos los días rogaba que Kiran no hubiera muerto, solo regresado a ese lugar donde todo esto sería no más que un mal sueño.

- Tu mundo suena maravilloso. El mío no tenía nada parecido

- ¿Cómo era?

- No tan diferente del Askr que ya conoces. Un reino próspero con los problemas propios de cualquier nación, pero muy bello. Estuve listo para darlo todo con tal de protegerlo - "Todo" no fue suficiente

- ¿Tu Askr...?

- Sufrió el mismo destino que sufrirá el tuyo – El tablero se quedó inmóvil. El juego de repente parecía demasiado irrelevante.

- Es distinto. Nuestro Askr podrá sobrevivir, son tiempos e historias distintas

- Mi Askr tenía un enorme poder militar, héroes de todas partes y la fuerza de un estratega que... - Se quedó mirándolo, mirando al estratega invencible que fue derrotado en contra de todas posibilidades. El estratega que se quedó atrás - ... parecía invencible, debió ser invencible. Creímos tener todo para derrotar a Hel y fallamos.

- Siguen siendo situaciones distintas – Kiran levantó una ceja y se preguntó qué tan grande y bien constituido podría estar el ejército de un reino naciente. Se suponía que Lif era el primer rey de Askr, si este Lif había muerto tan joven ¿Cómo podía hablar de un poder militar ya consolidado? Se guardó esa observación para sí, hacía varios días que las historias y comentarios del general no coincidían entre sí ¿Le mentía o acaso sus recuerdos ya no eran claros? – Eso es lo que extrañas realmente ¿Verdad? Tu reino, tu vida ¿Jugabas mucho ajedrez cuando vivías?

- Sí, tenía un amigo que amaba jugarlo. Era muy bueno

- ¿Él no está aquí?

- Su muerte fue diferente. A veces visito su tumba y la de mi familia, es lo más cerca que puedo estar de ellos

- ¿Visitas mucho el mundo de los vivos?

- Solo para conseguir tú alimento y cumplir los mandatos de Hel. Mi mundo ya no es "De vivos"

- ¡Lif! – Desde fuera la voz de Thrasir interrumpió la conversación de ambos.

El general movió el tablero lejos del prisionero y se levantó. Salió de la prisión y apenas cerró la puerta Kiran retomó su labor de afilar el hueso de conejo. Ahora sabía que Lif no solo podía ir al mundo de los vivos, sino que también viajar entre mundos. ¿Habría portales distintos, o sería un poder de los generales? El siguiente paso era descubrir eso. Debía ser paciente y rogar que sus compañeros no hicieran algo imprudente que los pusiera en riesgo.

Lif no tenía idea de qué planeaba Kiran, pero se alegraba de poder tener una conversación completa con él en lugar de las interacciones secas de antes. Por eso le costó volver al mundo real y comprender el ceño fruncido de Thrasir. La bruja omnicida lo esperaba de brazos cruzados y sin decir palabra alguna comenzó a escoltarlo lejos de la celda. Una vez estuvieron a suficiente distancia, habló:

- Eres en verdad un tonto sentimental – regañó ella – no te apegues a él o cometerás algún error estúpido

- No sé de qué hablas – evadió

- Le estás dando información que no deberías sobre ti mismo. Limítate a vigilarlo o enojarás a nuestra señora – La mujer se tomó un momento para no perder la calma. Lif era su compañero desde hacía tiempo, quería que siguiera así. No era una sentimental, pero contaba con pocos aliados desde la caída de su mundo y Lif era de los pocos en los que podía confiar – y Hablando de ella, solicita nuestra presencia

- ¿Sucedió algo?

- Al parecer el príncipe Alfonse, la princesa Sharena y la comandante Anna han decidido entrar al inframundo por las malas.

Love Is (Not) Dead | Fire Emblem HeroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora