Capítulo VII

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Jace.

        Estaba dormido plácidamente. Lucía tan tranquilo, vulnerable incluso; toda presencia de dureza en su rostro había desaparecido. Se veía como el chico que realmente es. Pero ¿quién es él en realidad? Lo único que de verdad sé sobre él es que es increíblemente guapo, que besa de maravilla (han sido los mejores besos de mi vida de hecho), sé su nombre: Aleksey Smirnóv, que es un auténtico bipolar y que parece que disfruta de todo ese rollo de: "Soy un chico misterioso y eso te encanta''. 

        No hemos hecho más que besarnos y por poco hasta terminamos teniendo sexo. Seguro ya hasta parecía de esas chicas que se abren de piernas a todo lo que tenga buen cuerpo y un pene. Y no sé nada de él ¡Oh! Se me olvidaba, conozco su color favorito. Excelente Jace, ahora si quiero puedo perder mi virginidad con él.

        Me senté en el colchón y me le quedé mirando un rato más, suspiré. Gateé hasta la ventana en la pared del fondo y miré hacía fuera. Al parecer había nevado muchísimo toda la noche, habían como dos metros de altura de nieve. Me rugió el estomago audiblemente, giré la cabeza para comprobar que hubiese sido la única en notarlo. La sorpresa fue grande al ver un par de ojos grises contemplándome con avidez, sentí mi cara arder al instante.  

        -Buenos días Jace, Luna- sonreí por lo de luna.

       -Ho-la- me aventuré a decir entretanto contemplaba como se le marcaban los músculos a través de la camisa mientras se sentaba en el jergón. Me mordí los labios mientras imaginaba como se vería sin esa camisa, sacudí la cabeza ¿qué carajos me sucede?

        -Entonces... ¿tienes hambre?- me preguntó con una sonrisa bailándole en los labios.

        -Ah -reí- me parece que es obvio, ¿no?

        Alek asintió con la cabeza, seguidamente se arrastró a través de la cama y cuando estuvo lo suficientemente cerca de mí depositó un suave beso en mi cabeza. A eso me refiero con lo de bipolar, ¿a qué venía eso? Digo, no es que no me gustara es solamente que... No sé, qué hombre más incomprensible.

        -¿Dormiste bien?- me preguntó con una mirada ¿dulce?

        Simplemente asentí.

        Se alejó de mí y se dirigió a la escalera, se puso a bajar.

        -¿Vienes a desayunar?- me preguntó y tuve una idea, iba a cocinar yo esta vez.

        Bajé rápidamente y antes de ir a la cocina me dirigí al baño. No quería tener mal aliento mientras le hablaba, además así me arreglaba un poco. Me miré al espejo y me dio pena mi aspecto. Me lavé la cara, me cepille el cabello y usé un poco de su pasta dental. Cuando me sentí mejor me dispusé a salir del sanitario. 

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⏰ Última actualización: Jun 18, 2015 ⏰

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