XI

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Y como si la confusión del sueño no bastara, los sentimientos encontrados que despertaron por el beso ¨actuado¨ hicieron que Naomi duplicará su interés por Montero

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Y como si la confusión del sueño no bastara, los sentimientos encontrados que despertaron por el beso ¨actuado¨ hicieron que Naomi duplicará su interés por Montero. Tenía la sensación de haberlo visto muchas veces antes, de conocerlo en piel y alma a profundidad y aunque no era simpatizante de creer en las reencarnaciones, delante de él, todas sus ideologías se iban al caño.

Mientras tanto para Gael, el beso le había servido para dos cosas.

Una, venirse a piqué emocionalmente y otra buscar con urgencia un buen desahogo. Y es que no podía comparar su situación actual a ningún momento de su vida, ni siquiera cuando Naomi lo dejo se sintió tan confundido. Tal vez el problema recaía que ese día ella tomó la duda decisión de alejarse y hoy tenía él que afrontarlo y llegar a la verdad.

—... y así pasaron las cosas, ¿cómo ves? —indagó sentado frente a Sebastián.

Habían pasado cerca de dos horas hablando sin parar de su gran historia de amor, no escatimó detalles, eventos o errores, por el contrario, el cantante se sinceró ante su amigo. Y era justo el momento ya que sospechaba que si seguía solo con todo pronto enloquecería.

Sebastián se acomodó en la acojonada silla, una risita irónica se le escapó sin permiso alguno.

— ¿Y le crees a esa...? La ex reportera...

— Paty —atinó Gael poniéndose de pie en la ya oscura habitación. Hace horas que habían terminado las grabaciones y la noche los encontró en la plática—. El doctor me lo confirmó. Si tuvo un aborto...

— ¿Voluntario?

Gael guardó silencio. Y ahí estaba justamente el asunto, eso no lo sabía a ciencia cierta.

—Paty dice que si...

—Volvemos a lo mismo, ¿le crees?

La respuesta era obvia y de esa mujer se podía desconfiar hasta de su nombre de pila.

—No, bueno no lo sé —corrigió volviendo a tomar su lugar frente a Sebastián—, tenía razón con lo del aborto, ¿no? Además porque Nao no me lo contó. ¡Chingado, yo hubiera respondido, que digo eso, yo me hubiera casado con ella!

Sebastián asintió, cruzó los brazos y como si hubiera resuelto el problema de seguridad del país él solo, ensanchó una sonrisa esplendorosa.

—Entonces investígalo...

—Sería muy raro que volviera con el doctor a hacerle preguntas de algo, que se supone, yo sé. Aunque, siempre podría sobornarlo...

—Aquí nadie va sobornar —soltó con seguridad colocando sus codos sobre las piernas para acercarse un poco más al cantante—. Tienes que hacer que Naomi recuerde.

Gael dejó caer la espalda en la silla. No era una idea tan descabellada después de todo, ¿quién más conocía mejor los detalles que la misma Naomi?

La última y nos vamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora