21. Ojo por ojo

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- Christian por favor no vayas - Ana prácticamente está suplicándome pero no puedo hacerle caso.

- nena voy a estar bien, además no demoraré más de una hora. Ya te conté el principio del plan

- lo sé pero no puedo evitar preocuparme.

- ella está sola en este momento, ¿Que podría hacer si ya me mato? No la está cuidando nadie, y esta vez le haré pasar un infierno.

- entiendo, pero esa mujer es una víbora y si hace algo en ti contra, o Marcus...

- cariño puedes estar tranquila. Es más cuando esté allá te llamaré y podrás escuchar todo lo que quieras

- de acuerdo pero nada de hacer imprudencias.

- te lo prometo - la beso con intensidad y toco su vientre con ilusión

Que mas quisiera que quedarme con ella pero estoy ciego y lo único que quiero en este momento es ver a Leila y hacerla pasar el infierno que pase yo en el hospital.

Voy totalmente vestido de negro y cuando llegó allá Marcus y Franck están dentro del auto y dicen que llegó directamente a su apartamento y no ha vuelto a salir, que solo Isaac entro en la tarde y no tardó en salir nuevamente. Había olvidado a Isaac pero se lo dejaré a la policía, lo que me importa más en este momento es esa zorra.
Y como prometí llamo a Ana para hacerle saber que estoy bien y dejó la llamada en línea.

- no hay nadie por aquí así que es hora.

- de acuerdo. Estaremos pendiente

Conozco esa casa bien y se por donde meterme. Le daré un pequeño susto antes que la hará salir de allí.
La puerta trasera va a la cocina y freno en seco cuando doblo y la veo sentada en el sillón viendo una película y con un cuenco de palomitas de maíz en su regazo. Esta muy concentrada.

- Leila - hablo suficientemente alto para que me escuche y me mira abriendo los ojos como platos y la piel de su cara poniéndose pálida. - vas a pagar caro por lo que me hiciste. - cuando cierra los ojos un momento aprovecho para desaparecer de allí por donde entre.

Escucho un pequeño grito y miles de insultos cómo era de esperar, nunca cambiará ese vulgar vocabulario.
Ahora debe estar pensando que alucinó y que no es cierto que me vio porque ella misma hizo que me suicidara.

- ¡SAL DE DONDE ESTES ESCONDIDO MALDITO COBARDE! - la escucho gritar desde la puerta - NO PUEDES ESTAR VIVO, YO TE MATE - y recuerdo que deje a Ana al teléfono con la llamada y le hablo

- ¿Que fue eso Christian?

- no te preocupes Ana, solo deje que me viera un momento y ha salido a gritar eso. Estaba sola viendo una película

- Dios, ven a casa ya cariño.

- eso haré nena. - le hago la señal a Marcus para que sepan que es hora de actuar y asiente una vez.

Secuestrarán a Leila y le harán unas cuantas preguntas, y ya que he leído el expediente de Frank no creo que salga ilesa de esa bodega a menos que colabore.

Los veo salir del auto, encapuchados y con guantes para no ser reconocidos, van hasta la puerta de la casa y tocan. Veo que cuando ella abre intenta gritar pero ellos son más rápidos y la duermen para llevarla fácilmente. Ojo por ojo...

Yo vuelvo a casa con mi mujer.

- ya he pedido la cita con mi doctor, me atenderá mañana en la tarde - dice Ana mientras cenamos

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- ya he pedido la cita con mi doctor, me atenderá mañana en la tarde - dice Ana mientras cenamos

- está bien cariño. - como otro bocado. - la familia se pondrá muy contenta cuando lo sepan.

- eso creo, pero quisiera que guardaramos el secreto, y dar la noticia en la boda

- me parece muy buena idea. Es tu regalo de bodas para mí porque es una pequeña vida que hemos creado, y siempre imaginé que el día que fuera a ser padre lo sería con el amor de mi vida. - me sonríe. Cada vez que lo hace se roba un pedazo de mi corazón e ilumina mi día.

- creo que ya deberíamos volver a nuestras labores de trabajo. Debo ir a la editorial - la miró y pienso lo mismo.

- tienes razón nena, hemos estado ausentes mucho tiempo dejando a cargo a los demás y no queremos que el patrimonio de nuestros hijos se vaya a pique.

- supongo que sí.

Terminamos de cenar y como se nos ha hecho costumbre vemos una película, la cual siempre se queda a medias porque le hago el amor a mi mujer y me pierdo en sus caricias, en el calor de su piel y la entrega entera que me da.

- llévame al cuarto rojo - a ver, ¿Escuche bien?

- ¿Que?

- ya me oíste. Quiero terminar nuestra sesión allí con el mejor sexo que estés dispuesto a darme. - wow, wow, wow.

- espera, no se si sea seguro para el bebé

- no haremos nada pesado, solo quiero el máximo placer que puedas ser capaz de darme mi amor

- bueno mi señora futura Grey si así lo quieres...

La llevo cargada hasta allí y cierro la puerta con seguro. No hemos empezado y ya me la estoy comiendo con la mirada. Ay, mi sexy futura esposa.

La Muerte De Christián GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora