La Muerte De Christián Grey

1. Día interesante

Parece ser un día como cualquiera. Nubes grises sobre la ciudad de Seattle amenazando con caer una torrencial lluvia, y al parecer sin posibilidad de escampar.
Sin embargo eso no me afecta, como todos los días, cada mañana y a la misma hora la sala de entrenamiento me espera para descargar mi tensión. Es mi rutina diaria.

Vivo en un gran apartamento en el edificio Escala y mi asistente de limpieza Gail Jones solo viene tres veces por semana, el único que está conmigo 24/7 es Taylor, mi amigo y guardaespaldas desde que empecé el negocio de telecomunicaciones.
También está mi novia Leila Williams quien pronto será mi esposa, aunque la familia diga que ella no es la mujer para mí, al parecer ninguno la quiere y aseguran que está conmigo por el dinero.
Bueno, ellos nunca me han mentido respecto a nada por lo que voy a darles el beneficio de la duda y pondré a prueba el amor que Leila dice sentir por mi.

- te lo digo Christián, antes de casarte con esa mujer deberías firmar el acuerdo. Ella no me gusta nada, sigo diciendo que esconde algo

- lo mismo piensan todos, incluso en la empresa pero nadie se atreve a decirlo en vos alta allí. Por eso esta vez no soy a hacer oídos sordos a lo que dicen y haré ese acuerdo

- estoy seguro que pegará el grito en el cielo y no firmara nada. Hará un drama.

- ya veremos.

***

Ya en la empresa Taylor va a la oficina de seguridad, pero antes de ir a la mia pasó por la planta tecnológica y doy el visto bueno a los nuevos prototipos de energía solar.

- buenos días señor Grey - Andrea y Olivia se levantan de sus sillas y me saludan cuando por fin llegó a mi piso.

- buenos días señoras. Andrea por favor llama a mi abogado y dile que lo necesito aquí en una hora a más tardar. Y Olivia te pido mi café y con dos muffins

- sí señor. - contestan al unisono y parecen dos robots, ellas son mas que eficientes y por eso ganan mejor que cualquiera aquí.

Y mientras espero a Charlie empiezo el trabajo pendiente. Olivia llega con mi café pero antes de salir se cruza en la entrada con Leila, quien veo le lanza una mirada envenenada a mi pobre secretaria.
¿Porqué es así con todos menos conmigo? Estoy empezando a creerme lo que todos dicen

- hola mi amor - me saluda con un beso apasionado

- hola cariño. ¿Que haces tan temprano por aquí?

- solo pase a saludarte, ya voy para la sesión de fotos y no te veré hasta mañana, hoy será un día largo y cansado. - De cierta forma lo agradezco, la quiero pero a veces es muy intensa

- no te preocupes. Ya pensaré en algo que podamos hacer mañana para pasar tiempo juntos

- eso me encantaría. Y de paso podemos buscar las flores para nuestra boda, quiero que las escojamos juntos

- me parece bien.

- ok, me voy que se hace tarde - solo me lanza un beso y se va.

Suspiro y continuó con el trabajo.
Charlie llega en ese momento y le digo que quiero que redacte un acuerdo prenupcial y de paso hacer algo así como un testamento, está de acuerdo y dice lo mismo que todos en estos últimos días sobre Leila, mejor asegurar mi patrimonio que dejarlo en manos de alguien sin experiencia en este caso.
¿Sería Leila capaz de hacerme una jugarreta?

Le doy con los puños cerrados y con mucha fuerza al saco de boxeo que tengo frente a mi.
Pienso con desgana en si estoy haciendo lo correcto en casarme con ella, no debería dudar si se supone que la conozco tan bien como ella misma me lo dice, pero me asalta su forma de ser tan extraña.

La campanilla del gimnasio de mi edificio suena y por esa puerta entra una chica castaña y menuda, su cabello llega hasta la cintura y posee los ojos azules más hermosos que he visto, parecen las aguas de las Islas Maldivas.

Se gana a mi lado y comienza a golpear el saco con demasiada fuerza, para ser tan delgada y pequeña tiene buena condición física.

- disculpa ¿Eres nueva? - me atrevo a preguntarle

- si, acabo de tomar el apartamento debajo del ático.

- que casualidad, soy el dueño del ático, mucho gusto soy Christián - estiró mi mano y ella la toma con un firme apretón

- igualmente, Ana

Disimuladamente sigo detallando cada cosa de ella, hasta su personalidad y sus gustos un poco extraños, su termo el que normalmente llevaría agua, tiene una especie de batido de color verde y tiene aspecto asqueroso.

- ¿Que diablos estás tomando? ¿Es saludable esa cosa al menos? - se ríe y se ve aún más hermosa

- si es saludable, solo es sábila

- ah. Lo siento no debí...

- no te preocupes. Si se ve raro pero... ¿Quieres probar? - me ofrece el termo y con desconfianza lo tomo, y descubro que de hecho sabe muy bien

- creo que tienes que darme la receta

- claro - se muerde el labio mientras sonrie. Un gesto muy sexy.

Por alguna razón desconocida no dejo de pensar en Ana, quien de hecho descubrí es Anastasia Steele hija de Carla Adams famosa diseñadora arquitectónica y el difunto Raymond Steele dueño de la editora más grande e importante de Seattle.
¿Pero porque vivir en este edificio cuando tienes una enorme mansión a las afueras? Quizás buscando su independencia.
La cosa es que me cayo bien y supongo que es una chica que tiene los pies bien puestos en la tierra.

Primer capítulo. Espero que les haya gustado.
Comentarios y estrellitas abajo please 🤗😘😘😘