17- Los Beach Boys

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Saliste a pasear a "Uvita" (me reí cuando lo escribí), yo volvía de la casa de un amigo mío. Vos ibas por una vereda, yo iba por la misma. Vos te dirigías hacia un lado, yo hacia el lado opuesto. Vos estabas acercándote, yo también.

Mierda, de nuevo los nervios (esa frase la borré, pero se leía si se ponía empeño en hacerlo).

Uvita, tengo unas cuatro palabras para vos: gracias, y no gracias.

Porque cuando te acercabas, Amina, tu perra decidió olfatearme, un rato largo largo.

Así que gracias; porque así pude estar un poco más con tu dueña, Uvita.

Y no gracias; porque gracias a ese tiempo, tu dueña me ignoró un rato más, Uvita.

Bueno, no del todo, pero algo así. Porque esbozaste una pequeña mueca y miraste hacia otro lado, con tus auriculares puestos y tarareando una canción. Y aunque casi no podía escuchar tu preciosa voz que me dejaba mudo, logré distinguir el tema.

-Esa, la canción que cantas, - yo hablaba pausado, nervioso pero intentando disimularlo. - es Farmer's Daughter, ¿no?

Me escuchaste porque abriste bien bien grande los ojitos preciosos color café que tenes. Volteaste rápido y mirándome dijiste:

-Ehhh, si, es esa ¿Te gustan los Beach Boys?- te sacaste los auriculares.

Estabas rosada, rojita, rojísima, bordó, morado, multicolor y no sé cuántos colores más, pero estaban todos en tu cara. Capaz te daba vergüenza que te escuchen cantar, capaz no querías que sepan tus gustos musicales, no lo sé.

-Los amo, son lo más- (lo más significa lo mejor).

Tu perra, que ya había dejado de olfatearme, intentaba seguir con su camino, pero –a diferencia del momento anterior- en ese momento eras vos quien la frenaba. Vos hablando conmigo.

-¿Enserio? Que loco, creí que ya no se encontraba gente así...

Reí un poco: -Creí lo mismo.

Realmente creía lo mismo, de hecho no podía creer que escuchabas a los Beach Boys, es decir, sí, eran iconos de la música pero de conocerlos a escucharlos habían diferencias enormes.

Y hablamos de algunas boludeces (tonterías) más, y después de un silencio incómodo, seguimos con nuestros caminos.

Pero vos ya habías hablado, vos ya me habías hablado, y eso era lo importante del asunto, y eso era lo que había mejorado mi día.

Saber cosas simples sobre vos, tan simples como cuantos aritos tenes o que te gustaba hacer un día de lluvia –cosas que aún no sabía-, o desde cuando conocías a los Beach Boys –cosa que me habías dicho en nuestra breve conversación-, me hacían sentir bien.

Me hacían sentir que vos eras un mapa que yo estaba transcribiendo de tu mente a la mía.

Y eso me encanta. Conocerte me encanta. Vos me encantas.

-yo

Febrero 2017

Cartas que definitivamente no te voy a mandarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora